Narras Tú:
Luego de llorar unas horas más, Harry me encontró tirada en el suelo. Se preocupó tanto que llamo a Val y a Niall No supo qué hacer, pero no lo culpo. Yo estaba pasando por uno de los momentos más difíciles de mi vida y nadie nunca entenderá como me siento.
-Hermosa, ven, vamos a darte una ducha. –Me dijo Harry. –Val fue a comprarte comida y Niall ya está por llegar. Me estas preocupando demasiado. Haz un esfuerzo, vamos. –Me cargó en sus brazos hasta llevarme al baño. Comenzó a quitarme la ropa, lento y con cuidado. Haciendo de una manera u otra que mis hormonas comenzaran a revolcarse; pero no podía excitarme con Harry. No con él.
-Harry, si sigues aquí, juro que te besaré, ya déjame sola, por favor. –Dije mientras dejaba caer mis shorts, quedando solo en mi sostén y mis bragas.
-______, no quiero que cometas una locura. –Dijo dándome una profunda mirada. –Haz sufrido demasiado y no puedo soportarlo. No lo mereces.
-Harry, estaré bien. –Insistí. Juro que si se quedaba un instante más, lo besaría. Comenzó a acercarse a mí.
-De acuerdo, me iré. Estaré en mi habitación por si me necesitas. –Susurró en mi oído, dejando correr un escalo frio por mi piel. Gemí inconscientemente, provocándome sonrojar. Sonrió y depositó un corto beso en mi mejilla.
-Claro, adiós. –Dejé de verlo y esperé a escuchar el ruido de la puerta para quitar la ropa restante y abrir el grifo para dejar el agua correr. Solo esperé unos minutos mientras el agua caliente comenzaba a acumularse en la bañera. Luego de estar completamente mojada, el agua caliente comenzó a entrar por mis poros, provocando una inmensa relajación en mi cuerpo. Eché un poco de espuma y luego esperé unos minutos más. Cuando decidí levantarme, dejé que la bañera comenzara a vaciarse. Ya parada, terminé de lavar mi cuerpo con los ojos cerrados. Estaba por fin, bastante relajada. Hasta que pasé el jabón por mis muslos. Solté el jabón y comencé a subir mi mano. Toqué mi feminidad, acariciándola. Comencé a jugar con mi clítoris, provocándome placer, para luego introducir un dedo en mi centro. Solté un gemido de placer. Comencé suavemente a meter y sacar el dedo, dándome placer yo misma. Luego mas rápido, el agua resbalaba por mi cuerpo, recorriendo cada rincón de mi piel. Seguía jugando, pero en dos segundos, sentí como un calor humano, no común se aproximaba a mi cuerpo; pero estaba muy ocupada para detenerme, así que seguí. Hasta que comencé a sentir unas grandes y suaves manos en mi piel. Sacó mi mano y luego me volteó para quedar frente él.
-Ni..Niall, ¿Qué haces aquí? –Pregunte jadeando.
-Shh! Juguemos un rato, ¿sí? –Me plantó un beso. Al que yo, por supuesto, correspondí. Él estaba completamente desnudo, pero a diferencia de mi, el no estaba mojado. Llevé mi mano nuevamente a mi feminidad. Debía terminar lo que había comenzado, pero este no me lo permitió. Sacó mi mano y la sustituyó por la suya. Introdujo un dedo, a lo que yo gemí como respuesta. Esto hizo que cortara la pasión del beso. El sabía cómo darme placer. Comenzó a besar mi cuello, succionándolo de a poco y chupando el rastro de agua que había en él. Di un paso atrás para que el agua lo cubriera igual, y conseguí mi propósito. Ahora ambos estábamos mojados. Empezó a cambiar la velocidad de su dedo, cada vez mas rápido. Comenzaba a gemir más fuerte, pero mis hormonas ya estaban revueltas hace unos minutos. Quiere decir que mi orgasmo no tardo en acercarse.
-Mas. Más rápido. –Insistí jadeante. Siguió instrucciones, pero esta vez, introduciendo un segundo dedo. –Más. –Volví a insistir. Sonrió.
-Eres potente. –Dijo divertido. Metió su tercer dedo y se podría decir, que no podía ir mas rápido de lo que iba.
-Me...Me corro. Me corro. –Gemí, comenzando a gritar. –Me corro. –Lo hizo mucho mas fuerte. – ¡Aaaahh! –Grité. Llevé rápidamente mi mano a mi clítoris y comencé a jugar con él rápidamente. Esto hacia que me excitara un poco mas y me calmara un poco a la vez. El removió sus dedos y luego llevó uno a mis labios. Lo chupé unos segundos y luego los lavó con agua y jabón. Me había corrido tan placida y excitantemente, que lo hubiera hecho diez veces otra vez.
-Me debes una, nena. –Dijo mientras daba un corto beso en mis labios. –Ahora salgamos de aquí. Debes comer y luego iras con Harry a tus clases. No vas a faltar.
-Pero Niall...
-Pero nada. –Me interrumpió. –No seas tan perezosa. No vas a vivir toda la vida en una cama o dándote placer en un baño. –Me guiñó el ojo y salió de allí. Todo mojado y desnudo. No pude evitar reír. –Te veo afuera. –Dijo y cerró la puerta.
Luego de secarme, salir y cambiarme, decidí ir a la cocina. Allí se encontraba la pelirroja. Con una de sus hermosas sonrisas como siempre.