Capítulo 1

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La tormenta va a ser demasiado fuerte y su principio es inminente, no vamos a encontrar ninguna población ni gente que nos ayude. Al final era verdad que no convenía hacer un viaje que nos aleje de nuestra zona, nadie lo hizo antes y yo estaba convencido de que íbamos a lograrlo, pero no estamos llegando a ningún lado. ¡Qué increíble! Ya caminamos más de una semana y no encontramos todavía a nuestra zona vecina, nunca pensé que estuviéramos de verdad tan lejos entre sí. Una semana sin lluvia fue mucha suerte, tanto no nos podía durar. Ella está muy agitada y yo también, aunque en menor medida, y ninguno de los tres podemos sobrevivir en esta situación. Soy el que tiene mejores posibilidades y aun así no las tengo. En cuanto la lluvia empiece a caer, gruesa y pesada, nuestros músculos se paralizarán en poco tiempo por el dolor y el efecto inevitable. Podría correr pero no podría vivir con esa consciencia que abandona a su familia. Yo insistí en viajar, en buscar algo más allá de los límites permitidos.

Aunque yo cargue a 5302, ella sólo sigue caminando por amor propio desde hace un rato y yo también estoy empezando a hacerlo. No veo las luces de ninguna zona y cada vez es menos creíble que lleguemos a algún destino antes de que la tormenta nos cubra; lo único que ilumina nuestro camino son los rayos que caen cada vez más cerca de nosotros y cuyos truenos son cada vez más intensos y terroríficos. La miro con culpa y a nuestro hijo también, mi ambición y curiosidad por averiguar qué hay más allá nos puso en esta situación, querer saber cuánto de verdad hay en los límites a los que tememos. Y acá llegamos, los límites nos mataron finalmente... yo nos maté. La tos de Paloma me hiere de culpabilidad, el temblor en mis piernas también. Su mirada dice la verdad, no podemos hacer nada.

Después de caminar más de media hora y de no pensar en nada, sólo en nuestra casa y en nosotros dentro de ella a salvo, cosa que nunca va a volver a pasar, la lluvia empieza a caer. Paloma entre llantos y tos me toca el hombro para que me detenga. El final es nuestro y mío porque yo nos maté.

Algo parecido a la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora