Capítulo 28

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Veo el cielo. Tengo miedo. Con la cabeza en su hombro, siento los pasos de quien me carga. Ella tose caminando detrás de nosotros y también tiene miedo. Ahora lo sé. ¿Quién no lo tendría? Miro el cielo y tengo miedo. Él va perdiendo firmeza a medida que avanza y que la tormenta nos comienza a cubrir, ella ya la perdió; pero ahora algunas gotas, muy pocas, empiezan a tocarnos, entonces ella se acerca más rápido y pone su mano, mirándome, sobre el hombro de él que no ocupa mi cabeza. Dice llorando cosas sobre "salvar", de "por lo menos intentarlo".

Ya no caminamos más y siento cómo las gotas que se preparaban a llover para nosotros, para mí, en las nubes, se liberan totalmente y nos condenan. Ella se saca su capa y se la da a él, llorando y tosiendo. Él empieza a hacer lo mismo, cargándome con cuidado. Caen de rodillas, él todavía sosteniéndome contra su pecho, se siguen sacando la ropa de abrigo y el hombre empieza a cubrirme con esas prendas. Ella está en el suelo, me mira y ahora me sonríe. Veo el cielo...

Algo parecido a la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora