Mientras nos conducen a nuestra área médica y vestuarios, para prepararnos para la primera prueba, nos dicen que hay que descender cinco subsuelos hasta llegar a ellos, al subsuelo 5, el único al que nunca habíamos podido entrar –salvo el 1 y el 2 a los que nunca vamos a poder entrar–. Si el Salón resulta increíble por fuera y por dentro, lo que es por debajo no tiene, tampoco, palabras que le puedan hacer honor.
Debajo de la superficie del Salón hay un subsuelo dormitorio y comedor, el 3, con capacidad para dos poblaciones zonales con sus respectivos baños; otro, el 5, que contiene el comedor, vestuarios, dormitorios, sala de juegos y ejercicios, área médica y todo lo que necesiten los competidores.
En los subsuelos pares y también en el primero, casi en su totalidad, se encuentran maquinarias de todo tipo, de las que conocemos su existencia pero nunca vimos, salvo algún vestigio que se puede captar desde la superficie, cuando entran en funcionamiento las que están en los subsuelos 1 y 2, y con las mismas butacas que están en la arena.
En los subsuelos 1 y 2 se encuentra la maquinaria encargada de controlar los obstáculos y construcción de elementos para las pruebas que vamos a atravesar, para el escenario, para la movilidad de butacas y para el armado de las camas, baños, mesas y sillas para las dos zonas que habitan la superficie del terreno de pruebas durante la semana de competencias.
En el subsuelo 4 hay, en su mayor parte, un purificador de aire para la gente que está en el subsuelo 3, que funciona con un mecanismo que, por medio de ventiladores y ductos, incorpora aire del exterior y saca el del interior del subsuelo 3 en un funcionamiento continuo, manteniendo el aire respirable aunque el lugar esté a esa profundidad y tan atestado de gente; en el 4 también hay máquinas que se encargan del preparado y movilidad de camas, mesas y sillas del 3; además, se encuentra el área médica, ante cualquier necesidad, disponible para toda la población de las cuatro zonas, y las duchas, que son numerosas y sus turnos son asignados y distribuidos para que no se generen congestiones de gente. A las duchas y el área médica también va una pequeña porción del oxígeno purificado por estos filtros.
El subsuelo 6 tiene un purificador como el del 4, aunque bastante más pequeño, que distribuye una mínima parte del aire para nosotros, los competidores en el subsuelo 5, y el resto lo envía a la superficie, a la arena de pruebas, donde, debido a sus dimensiones y a que tiene ventanas, el aire es mucho más abundante sin necesidad de tanta ayuda mecánica; el resto del subsuelo 6 es la zona de juegos y entretenimientos para todos los habitantes y, como las duchas, también funciona con turnos y recibe la purificación de oxígeno de los filtros que se encuentran en este mismo subsuelo.
Durante toda mi vida, cada vez que estuve en este Salón sólo pude estar en la superficie, en los subsuelos 3, 4 y 6, sin poder entrar nunca en el 5; ahora sólo puedo estar en el 5 y en la superficie, pero en este último caso sólo para competir. Todo está diseñado para que ningún habitante zonal abandone el Salón desde que llega hasta que es trasladado nuevamente a su hogar (de hecho nadie que no pertenezca al Sector conoce sus instalaciones a excepción del Salón, ni siquiera desde afuera, salvo por ese vistazo que puede darse cuando uno llega o se va en los aerodirigibles) y para que los competidores y la población sólo se crucen durante las pruebas y a una prudente distancia, para evitar la desconcentración de los participantes y mantener ardiente el misticismo que generan las figuras de los competidores.
Ya me tocó vivirlo a mí, estar al tanto de competidores pasados, de su desempeño en las clases de la escuela, espiándolos, a veces con mi hermano y a veces solo, mientras practicaban algún terreno. De las últimas Competiciones, 4122 fue mi figura ejemplar a seguir, excelente su desempeño en la Zona B. En una de mis intromisiones solitarias a las prácticas de los participantes del año pasado, buscando espiar a mi ídolo apenas mayor que yo, el profesor Aire me descubrió escondido detrás de unas tablas que estaban tiradas en un rincón y que ya había usado como camuflaje en otras ocasiones con mi hermano. Cuando me vio, no sé qué habrá delatado mi presencia, se acercó y me dijo: "Ahora te quedás hasta el final y cuando terminan hacés el recorrido hasta terminarlo, te cuesten los intentos que sean". Caí tres veces esa noche sobre la red de contención del terreno de prácticas de Aire de la escuela de mi zona, a la cuarta terminé el recorrido. Nunca más me colé en una práctica del profesor Aire y cuando lo volví a hacer con otros profesores siempre fui con #, creo que es más astuto que yo para esconderse.
Mientras me sigo dando charla para mantenerme distraído, dejamos de descender para empezar a caminar por el subsuelo 5, no hablamos, evidentemente estamos todos algo nerviosos. Lo que se encuentra más cerca es el área médica y pegada la de los vestuarios. Entramos a los segundos, cada zona al suyo, y nos encontramos con un grupo de personas que serán las encargadas de prepararnos para la primera prueba. Después de que cada uno de ellos se acomoda en la cabecera de una camilla, somos llamados por nuestros números y los enfermeros comienzan con su tarea.
Lentamente, me envuelven los pies con las telas de resistencia. La última vez que un desconocido me había cubierto los pies con las telas que soportarían todo mi cuerpo durante la carrera fue durante las competencias intraescolares de selección de los diez años, cuando el primer 70% de nuestra generación fue seleccionado para continuar con el entrenamiento y el otro 30% recibió su destino reproductivo siendo niños aún. La sensación es cómoda y rara a la vez, salvo mis padres o mi hermano, nadie hizo esta tarea sobre mis pies.
# tiene los ojos cerrados y parece estar dormido aunque inquieto, tiene los ojos apretados, como si quisiera dormirse... si pudiera lo intentaría, pero apenas puedo bajar los párpados para pestañear. Sé lo que nos espera pero a la vez no tengo ni la más remota idea. Si quedara algún testigo de los competidores anteriores nos hubiese podido anticipar estas sensaciones, pero nunca queda ninguno, por supuesto.
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Algo parecido a la lluvia
Science FictionEn un futuro lejano, distópico y post-apocalíptico, el mundo presenta un clima arbitrario y peligroso y, en él, la sociedad se encuentra organizada de un modo muy diferente al de nuestros días, dividida en cinco comunidades separadas. Un grupo reduc...