Capítulo 10

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Después de bromear con nuestra madre un poco y de tratar de pasar un último episodio feliz, de trasmitirnos nuestro cariño y sonrisas (lo mejor que tenemos las cuatro zonas), golpean la puerta antes de abrirla; es una costumbre de las patrullas recolectoras no esperar a que abran los habitantes de las casas porque si no la competencia no empezaría jamás. Abrazamos a mamá, que se quedó sostenida en nuestros brazos por un segundo, y salimos de la casa. Si pudiera enseñarle a mi hermano cómo salir de la casa por última vez como hice con el agua me sentiría más útil. Esto no es aguantar la respiración, es como dar el último suspiro.

Con mi mano derecha, la más manchada, acaricio el pelo de mamá y apoyo mi palma contra su cachete antes de cruzar la puerta; 5271 besa el otro cachete libre; mamá mira y lagrimea.

Ahora sí, el principio del final o de otro principio.

Algo parecido a la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora