La señal del patrullero indica que hay un camino sin retorno que comienza ahora. En cualquier momento va a aparecer el Heredero y lo que pase después definirá nuestro futuro segundo por segundo. Del centro del escenario asciende una melena escasa, débil y blanca, síntomas del paso del tiempo que nosotros los zonales jamás llegamos a ver. Cuando las verdaderas arrugas están llegando a nuestra cara, cuando aparecen las primeras canas, también nos alcanza la muerte. La persona más vieja en habitar alguna zona después del Desastre Atómico llegó a los cincuenta y cuatro años, una mujer llamada Mariposa, y esto fue hace mucho tiempo. En general, los habitantes de las zonas nunca superan los cuarenta y cinco años, salvo escasísimos casos en los que viven uno o dos años más.
Después de subir el último escalón de esa escalera que no se ve y que, al parecer, baja al interior del escenario, el Señor Heredero mira a cada grupo. Al llegar a mí detiene su mirada, cualquiera diría que por la distancia no podría estar seguro pero lo estoy. Siempre vi muy bien de lejos, de cerca, en el agua o la neblina. Me está mirando y sin saber por qué siento un malestar. No sólo me siento observado, siento como si además me quisiera sacar algo...
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Algo parecido a la lluvia
FantascienzaEn un futuro lejano, distópico y post-apocalíptico, el mundo presenta un clima arbitrario y peligroso y, en él, la sociedad se encuentra organizada de un modo muy diferente al de nuestros días, dividida en cinco comunidades separadas. Un grupo reduc...