✘Capitulo 7✘

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Doy otra vuelta en la cama, no puedo dormir. Miro el reloj de mi mesilla. Son las dos de la mañana. Suspiro. Bueno, tengo demasiadas cosas en la cabeza. Tengo que hacer algo o me acabaré volviendo más loca de lo que ya estoy. Cojo mi ordenador portátil del escritorio, me siento en la alfombra y tecleo *hijo de Lucifer*. Tras diez minutos leyendo pasajes de la biblia que no sé muy bien como interpretar y ver fotos aterradoras, encuentro una página interesante.

"Se dice del hijo de Lucifer que es el mayor guerrero del inframundo. El cielo tiene al arcángel Miguel, el infierno tiene al hijo de Lucifer cuyo nombre se desconoce, pero todos se refieren a él como el anticristo. Muchas leyendas hablan sobre el poder de atracción que ejerce en las mujeres, lo describen como una criatura bella y despiadada. Su misión es acabar con el reino de Dios y sembrar el caos en la Tierra."

Se me escapa todo el aire de los pulmones. Joder, si lo que Kail ha dicho es cierto, si es el hijo de Lucifer entonces él es... el puto anticristo.  Vale Dana, respira.

Necesito hablar con el ya. Antes de irse me dijo que iba a estar cerca y me dio su número de teléfono. Ahora mismo me da igual que sean casi las tres de la mañana. Marco el número, al segundo tono contesta.

-¿Estás bien? - noto la urgencia en su voz.

- . Dijiste que estarías cerca, sé que es tarde, pero necesito que hablemos.

-Abre la ventana, voy a entrar.

Me quedo con la boca abierta. - ¿Estás ahí fuera?

-Te dije que estaría cerca ¿no? - casi puedo ver su sonrisa a través del teléfono. - Abre la ventana Dana. - cuelga y me apresuro a abrir la ventana.

-Apartate. - me dice desde abajo. Hago lo que me dice y en pocos segundos está dentro de mi habitación. - Hola. - dice. Se le nota nervioso. Me resulta raro verlo así de inseguro.

-Hola. - le dedico una pequeña sonrisa para tranquilizarlo. Lo que menos quiero es que piense que le tengo miedo. Parece funcionar ya que se relaja y se sienta en el borde de mi cama.

-¿Y bien?

-¿Eres el anticristo? - la pregunta sale de mi tan de prisa que al instante me arrepiento de ser tan directa. Kail sube una ceja. - Yo... He sentido curiosidad y he buscado en internet. - me muerdo el labio. Él coge el ordenador que tiene al lado y abre la pantalla. Se queda cinco largos minutos mirándola. Me estoy empezando a poner de los nervios cuando me mira intensamente y dice. - ¿Poder de atracción sobre las mujeres? ¿Criatura bella? - sonríe y me relajo al instante.

Niego y sonrío. - Esto es serio ¿sabes? - aunque no parezco muy convincente.

Se levanta y se queda tan solo a unos centímetros de mi cara. - ¿Te sientes atraída hacia mi Dana? ¿Crees que soy una criatura bella?

Noto su aliento cálido en mi mejilla. Sé a lo que está jugando. Intenta distraerme, pero esto es demasiado importante, además estoy segura de que sabe la respuesta a sus preguntas.

-Kail es en serio, necesito hablar de esto. - suspira y se aleja.

- Está bien. - se vuelve a sentar en la cama. - Sí, cielo. Soy el anticristo. Mi deber es acabar con todo. Soy la destrucción. - sonríe y sé que no es todo cuanto tiene que decir de esto.

- ¿Pero...?

- Pero no quiero hacerle el trabajo sucio a mi padre. Todos esperan de mi que cumpla con mi destino. Tengo que luchar en una guerra que comenzó mi padre. Sinceramente, me importa una mierda lo que pase, no voy a luchar. Solo iba a romper los sellos, pero ahora es otro quien se encarga de eso, ya que yo, tengo otras cosas en mente... - la mirada que me dirige es tan intensa que se me escapa un suspiro, sus ojos se oscurecen en respuesta.

-¿Y tú no quieres cumplir con tu destino?

-Hago lo que me da la gana, no lo que todos quieren que haga. - se encoje de hombros.

-Pero ¿por qué dejar que lo haga otro cuando es tu deber?

-Ya te lo he dicho, ahora tengo otras cosas en mente...

- Los demonios no pueden sentir nada... - no me refiero a lo sentimental, pero soy bastante consciente de que ha sonado así.

-¿Eso también lo leíste en internet? - no contesto a su pregunta, suena patético pero sí. - No te voy a hacer una promesa de amor, vas muy rápido, debería de salir huyendo antes de que me pidas matrimonio y quieras tener cuatro niños. - se queda muy serio y tardo un poco en darme cuenta que está bromeando.

-Ohhh por favor Kail, tienes que tomar esto en serio. - bufo.

-Dana, no sé que siento por ti, pero estoy dispuesto a dejar todo atrás por seguir a tu lado, he desafiado a mi padre y a mi gente por quedarme, si eso no te vale, no sé que más puedo darte.

No me esperaba que fuera tan franco. Mi mente se desconecta y solo soy capaz de sentir... La necesidad de tenerlo cerca y descubrir cada uno de sus oscuros secretos es tan fuerte, casi insoportable.

Mi corazón se acelera. - Bésame. - mi voz sale ronca. Kail se levanta y se acerca. Coloca su mano en mi mejilla y se queda tan solo a unos centímetros de mi boca. - ¿Estás segura? Ya no habrá vuelta atrás. - dice y noto que su respiración es irregular. - Bésame. - repito. No sé que estoy haciendo, ya no escucho a mi cabeza, no escucho la voz insidiosa que no para de gritarme que me detenga.

Sus labios rozan los mios suavemente, y me vuelve loca, poco a poco el beso se va intensificando, su lengua encuentra la mía y se le escapa una especie de gruñido. Nunca había sentido esto, me tiemblan las piernas, es una conexión perfecta. - Joder... - dice. - Joder. - repito.

Hablamos durante horas sobre cosas totalmente normales y me duermo con la cabeza en su pecho, sus dedos enredándose en mi pelo.

InfernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora