✘Capitulo 32✘

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-¿Cómo vas? - le pregunta Eyden a Kail.

-Tirando. - responde él. Ya parece encontrarse bien, el cansancio ha desaparecido de su rostro.

-¿Los matasteis a todos? - pregunto, estoy ansiosa por obtener respuestas.

-No, la mayoría escapó. Creo tan solo vinieron a asegurarse de que la traición del anticristo era cierta. - explica Lia.

-¿Por qué nos ayudaste? - le pregunta fríamente Kail, sé que él confía tan poco en ella como yo.

-Porque esto es una locura. Si vencemos a los ángeles y abrimos las puertas, ¿qué pasará después? No soy estúpida, no habrán reglas, nos autodestruiremos.

En cierto modo es lo que Eyden me explicó una vez, sin bien no puede haber mal y viceversa.

Kail pasa su mano arriba y abajo a lo lago de mi espalda. He visto a Lia varias veces mirarnos con curiosidad, pero a él no parece importarle lo más mínimo.

-No confío en ti, no te quiero cerca. - dice sin dejar de acariciarme.

-Kail, puede ayudarnos. Sabe cosas que nosotros desconocemos. - intervine Eyden.

-En la guerra las alianzas no siempre son del agrado de todos. Además, puedo ayudarte a mantener a salvo a tu juguetito. - no se me pasa desapercibida la forma en que dice "juguetito".

-No confundas lo que eres tú con lo que es ella, por que no hay punto de comparación, te lo aseguro. - le escupe Kail con asco. No pueden pelearse, la verdad es que lo que piense Lia de mi me da igual.

-Vale, ya basta. - zanjó el tema. -Tenemos cosas importantes en las que centrarnos.

-Lia, cuéntales lo que me has contado a mi. - dice Eyden sentándose en el sofá frente a nosotros. Lia está de pie recargada contra la pared.

-Preguntad y yo contestaré. - dice ella sin importancia. Es raro no verle los ojos completamente negros como los ha tenido todas las veces que nos hemos visto. Así casi parece normal, casi...

-¿Qué significa jurar lealtad? - soy la primera en preguntar.

Kail detiene su mano y la deja en mi espalda. -Da su sangre y jura que moriría por nosotros y hará todo por nosotros, sin importar nada ni nadie. - explica.

-¿Tan solo eso? - pregunto ladeando la cabeza. El sonríe con cariño, y pongo los ojos en blanco. No es como si estuviera puesta en el tema de juramentos sobrenaturales, además parece tan sencillo.

-Se le conceden unas habilidades, dejan de ser humanos, pero tampoco son demonios. - explica al captar mi pensamiento.

-¿Y qué son entonces?

-Impuros. - contesta Lia. -Quieren ser como nosotros, pero no pueden así que se quedan en un punto medio, donde no son nada. No son completamente humanos ya que poseen ciertos poderes, pero tampoco son demonios ya que esos poderes no son ni una cuarta parte de los que tiene un demonio puro.

-Los demonios los usan para hacer el trabajo sucio. No se les respeta se les aborrece, no valen nada. Para los demonios la lealtad a la raza es irrompible y cuando un humano jura lealtad renuncia a la lealtad que le debe a su propia raza. - ahora es Eyden quien habla.

-No lo entiendo. ¿Han jurado lealtad a los demonios y ellos los aborrecen por ello?

-Juran lealtad a una especie sobrenatural y renuncian a su propia gente por codicia, los demonios saben que ahora a ellos si les serán leales, pero simplemente los utilizan, nunca se les trata como iguales.

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