✘Capitulo 16✘

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Alis me ha convencido para venir a comprar ropa con ella. No tengo la cabeza para pensar en complementos, pero quedarme en casa esperando a que Kail me llame es una tortura, y sí, lo sé, preocuparme por él es una estupidez. Además no podía decirle que no, Dan la ha dejado y la zorra de Reese ha tenido algo que ver. Alis intenta hacer como que no pasa nada pero yo la conozco, pronto estallara y necesitará que yo esté cerca para evitar que arrase con todo a su paso. Es lo que hemos hecho desde pequeñas y ni los demonios ni Nill cambiarán eso.

-Estos pantalones se ven genial con esa blusa de botones. - dice mientras coge y suelta prendas. - ¡Oh vamos Dana! Desde que sales con Blake estas en las nubes. - se echa la coleta rubia hacia atrás.

-¿Tiene nombre sabes? - digo tirándole unos pantalones, ella los atrapa al vuelo y se queda mirando al suelo.

-¿Cómo les va? - pregunta.

-Bien, no te preocupes Alis, estoy mentalmente estable. - intento quitarle seriedad al asunto. Ella asiente y sigue mirando ropa de los estantes. Yo miro el reloj, solo falta una hora para ir a ver a mi padre.

-Si quieres puedo llamar a mi padre y decirle que nos vemos otro día.

-No no no no. Dana, mirame. ¡No! - dice agarrándome de los brazos suavemente. -Cuanto antes se solucione eso, antes volverá a estar todo bien. - yo le sonrió para tranquilizarla.

Me sudan las manos, estoy nerviosa. Le he pedido a la camarera cuatro vasos de agua en los diez minutos que llevo sentada en el restaurante esperando por mi padre. Lo veo entrar, está muy guapo, lleva unos vaqueros y una camisa lisa, está afeitado y bien peinado. Veo sus ojos verdes brillar la esperanza vuelve a inundar mi alma.

-Hola cariño. - dice dándome un beso en la mejilla con una sonrisa radiante. Huele a su colonia habitual.

-Hola papá. - le sonrió, estoy tan feliz de verlo tan bien.

-Vamos a comer pues. - me rio. Sabe que odio las conversaciones tensas y me lo está ahorrando.

Pasamos dos horas hablando tranquilamente, me cuenta que ha buscado ayuda profesional y que está mejorando mucho. No hablamos de lo que pasó ese día, no sé como sentirme ahora que sé que gracias a eso Kail se fijó en mi. También le hablo de él, sin contarle claro que es el anticristo. Papá me acompaña hasta casa y en la puerta nos despedimos. Le doy  un abrazo fuerte y le digo que lo quiero, el sonríe y se marcha.

Entro a la cocina donde está mi madre preparando lo que parece ser un bizcocho.

-Vaya, vienes sonriendo. - dice y se le ilumina la cara, sé que esta contenta por mi.

-Sí, mamá lo está haciendo de verdad, está cambiando.

-Claro mi amor. - me da el bol de masa que a sobrado y me lo como con los dedos.

-Voy a terminar la tarea de latín. - digo suspirando. Mamá se ríe y sigue a lo suyo.

Estoy concentrada en entender lo que leo en el libro de clase cuando mi móvil suena. Es un mensaje de Alis.

"¿Podemos vernos?" Ya debe de haber estallado, cierro el libro y le contesto con nuestro famoso "20 min".

Le digo a mi madre que seguramente me quedaré a dormir en casa de Alis y me marcho. Cuando llego a su casa está todo oscuro y me parece extraño. Toco pero nadie abre, así que pruebo a girar el pomo. Está abierta.

-¿Alis? - la llamo desde el pasillo.

Nadie contesta por lo que subo a su cuarto.

-Ha sido tan fácil que no me siento ni orgulloso. - la voz de Nill detrás de mi me hace meter un brinco.

-¿Qué le has hecho? - pregunto asustada.

-Nada, no está aquí. Se ha ido a hablar con Dan, no ha sido difícil convencerla y ya sabes, su padre viaja mucho y su hermano nunca está en casa. - un gran alivio recorre mi cuerpo. Nill avanza hacia mi.

-Nill, no. - digo poniendo la mano entre nosotros y alejándome lo más que puedo. La habitación de Alis no es muy grande y no me da mucho margen.

-No voy a matarte, al menos no hasta que me ayudes. Vas a abrir las puertas para mi  Dana.

-No sé como hacerlo.

-Pues averigualo, porque esta vez tu novio no te va a salvar el culo, está demasiado ocupado siguiéndome, o eso cree. - se acerca más y yo choco con la pared, él me agarra del cuello. -Matarte es la otra opción, será divertido ver la rabia de Kail.

Intento deshacerme de sus manos pero me aprietan fuerte, no puedo hablar, no puedo respirar. Se me empieza a nublar la vista.

-Tantos años cerca de ti, cerca de la llave. Debí estar más atento. - dice apretando más. Cuando pienso que es el fin, me suelta y caigo al suelo con un golpe sordo. -Levanta, nos vamos. - Me coge del brazo y me arrastra hasta el coche. Aparca en una zona desierta donde solo se ve un almacén. Dentro está oscuro y solo veo una silla en mitad de la estancia. Nill me empuja hasta ella y después de sentarme me ata con fuerza.

-Espera aquí querida. Un viejo amigo te ayudará a aprender a usar la llave, luego todo habrá acabado. - su voz suena burlona.

La inconsciencia puede conmigo y me despierto cuando un liquido congelado me empapa. Abro los ojos con dificultad, Nill está enfrente de mi con un cubo en la mano, sonríe de oreja a oreja. A su lado hay un hombre con expresión sombría.

-¡Empecemos! - grita Nill.

El otro hombre se acerca y me habla. -Busca dentro de ti, es una fuerza mayor, lo notaras enseguida. Cuando la encuentres solo tienes que empujarla hacia fuera. - dice. Ni siquiera lo intento, no abriré nada para ellos, antes prefiero morir.

-Vamos Dana, haz lo que te dice. En cuanto lo hagas iremos a cumplir con tu destino. La puerta se abrirá y todos... -no termina de hablar, se pone tenso. La única luz que había estalla en mil pedazos dejando en una profunda oscuridad el almacén y la puerta se abre con gran estrépito dejando entrar la luz de la luna al lugar. Dos figuras entran y se abalanzan sobre Nill y su acompañante. Intento desatarme, pero solo consigo hacerme daño. Veo al hombre de expresión sombría en el suelo sobre un charco de sangre. Kail tiene a Nill contra el suelo, lo mira con rabia.

-Te dije que no la tocaras. - escupe las palabras con tanto desprecio. Eyden pone un pie sobre la cabeza de Nill y Kail aprovecha para acercarse a mi. Me desata y me lanzo a sus brazos.

-¿Estás bien? - pregunta y noto la desesperación es su voz.

-Matalo. - asiento y me separo para mirarlo a los ojos. -Si no lo matas tarde o temprano conseguirá lo que quiere, matalo Kail.

Eyden coge a Nill del brazo y lo pone de rodillas frente a Kail.

-Tarde o temprano tu padre vendrá y acabará con esto. - dice Nill con rabia justo antes de que Kail le clave una espada en el corazón con un odio profundo en la mirada.

-Vamonos a casa. - me tiende su cazadora de cuero cuando nota que estoy tiritando.

En casa de Kail sentada en su cama sigo dolorida. Me he dado un baño y he comido algo, también he cambiado la ropa mojada por una camisa de Kail y unos pantalones cortos de chándal. Se sienta en la cama a mi lado y me pone un mechón de pelo detrás de la oreja con ternura.

-Si te hubiera pasado algo... - dice cerrando los ojos con fuerza.

-No ha pasado. - intento quitarle importancia.

-No volverá a pasar. Estaré más pendiente.

-Lo sé. - digo.

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