✘Capitulo 11✘

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-¿Me has seguido al centro comercial? - es lo primero que se me ocurre preguntar.

-Es un poco más complicado que eso. - dice sonriendo de lado.

-Te escucho. - se que estoy siendo borde, pero tiene que empezar a tomarse las cosas en serio.

-Verás, puedo saber donde estás en cada momento, con los humanos es fácil, también puedo meterme dentro de tu cabeza. Y no me mires así, no lo he hecho aún.

Estoy que hecho chispas, no me creo que no se haya metido en mi cabeza ya. - ¿Cómo sé que no has estado dentro de mi cabeza? - digo enfadada.

-Cielo, es mas complicado de lo que piensas. Necesitaría que me dieras acceso a tu bonita cabeza. Sin tu permiso no puedo. Una vez que me permitas entrar, podré hacerlo siempre que quiera.

-Vale... ¿Qué más puedes hacer?

-Es más divertido que lo vayas viendo. - dice.

-Si tú lo dices.

-Siguiente pregunta. - quiero preguntarle tantas cosas que no sé por donde empezar. - Vamos, contestaré a todo lo que me preguntes. - me invita.

-¿Qué me ocultas?

-Eso no es preciso.

Vale tal vez tenga razón, ha sido lo primero que se me ha ocurrido.

-¿Estás interesado en mi por algo en concreto? - Lia dijo algo de que él solo se había quedado conmigo por algo que yo no sabía.

-Sí. - dejo de respirar. ¿Lo acaba de aceptar así tan fácil? -No solo es atracción por una humana, es por ti, no pienso con claridad al tenerte cerca, me nublas los sentidos. Necesito tenerte cerca.

Soy estúpida, pero le creo. No sé si hago bien, pero lo hago. Oh mierda Dana, cómo ha conseguido tener este poder sobre ti en tan sólo unos días.

Kail se acerca a mi y pone su mano en mi mejilla.

-Tienes que entender que hay cosas que es mejor no saber. Estarás a salvo si las desconoces. Cuanto más lejos te mantenga de la acción, más segura estarás. Tendrás que confiar en mi.

-Lo hago. - suspiro. - Pero Lia... Me confunde, me hace pensar que hay algo detrás de esto.

-Dana, no puedes creer lo que dice Lia. Solo quiere que vuelva al infierno a recibir las ordenes de mi padre y cumplir con lo que esperan de mi.

-No volveré a creerla. - Kail se sienta a mi lado y me pasa el brazo por los hombros, me recuesto sobre su pecho. El sonido de su respiración, su calor, su olor... Mi móvil empieza a sonar. Me lo saco del bolsillo y leo el mensaje. Es Nill.

"¿Qué coño significa que estás saliendo con Kail?"

Se ve que  Alis ya se ha ido de la lengua. Genial. Decido no contestar estas cosas es mejor explicarlas en persona y conociendo a Nill es mejor dejar que se calme.

-Me gustaría que te mantuvieras alejada de Nill. - dice después de echarle un vistazo a mi móvil.

-¿Qué? ¿Y eso por qué? - vale, Nill puede ser muy pesado, pero es mi amigo, mi mejor amigo.

-No confío en él.

-Él tampoco confía en ti. - me aparto de él y lo miro mal.

-No me gusta que le estén tirando la caña a mi novia. - dice y joder, no estoy segura de estar respirando ahora mismo.

-¿Qué? - consigo decir.

-Si te parece bien que te llame así, claro.

-Yo... ¿Novios? ¿Novios de los de verdad? - sueno patética.

Kail se ríe. -Si, cielo. Novios. Novios de los de verdad. - repite burlándose de mi. -Venga, no soy el primer novio que has tenido. Te sabes la teoría.

-Que yo recuerde, nunca he salido con un demonio.

-Bueno, yo tampoco he estado nunca con una humana si te sirve de consuelo. Además es lo mismo que salir con un chico humano. Solo que yo estoy más bueno.

-¿Sabes lo creído que eres? - me muerdo el labio para no reírme.

-Entonces, ¿sí? - ignora por completo mi provocación.

-¿Acaso tengo elección? - bromeo.

-Siento decirle señorita Hunter, que no la tiene. Ya no hay vuelta atrás, ¿recuerda? - se va acercando a mi hasta que lo tengo a tan solo unos centímetros. Me acaricia el labio inferior con el dedo, me mira intensamente y cuando creo que me voy a volver loca de placer con tan solo ese gesto, me besa. Un beso intenso, me deja sin respiración. Cuando se aparta, me pone un mechón rebelde detrás de la oreja con tanta ternura que por un momento dudo que esto sea real.

-Dejame entrar. - estoy en una nube, volando lejos y no entiendo que a querido decir. -Dana, dejame entrar en tu cabeza, por favor...

-¿Qué? - sigo aturdida.

-Tendré una conexión contigo más... Intensa.

-No quiero que rebusques en mi cabeza siempre que te venga en gana. - voy hacia la cocina y cojo un vaso de agua. Es la primera vez que estoy ahí y me muevo con soltura, sé que no es lo más normal, pero necesito distraerme y a él no parece importarle. Kail me sigue y se queda apoyado en la puerta.

-No lo haré. Pero eso me facilitaría las cosas. Dijiste que confiarías en mi.

Lo miro y frunzo el ceño. -¿Podré entrar yo en tu cabeza?

-Sí, pero en mi caso es diferente, yo te tendré que dejar entrar cada vez que quieras hacerlo.

-¿Me dejarás entrar cuando yo quiera?

-Siempre que no sea peligroso. - se encoge de hombros.

Suspiro y dejo el vaso en la mesa. Si quiero que él me cuente todo tengo que demostrarle que confío en él.

-Está bien Kail, te dejo entrar en mi cabeza. ¿Que tengo que hacer?

-Nada, ya está hecho. - sonríe.

-¿Así de simple? - pregunto asombrada.

-¿Qué esperabas? ¿Un rito satánico? - pregunta burlón. Pues la verdad es que algo así me esperaba.

-Idiota. - murmuro.

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