Se sienta en la silla de mi escritorio. Sigo sin moverme, tengo a un arcángel sentado en mi cuarto, no sé como debo actuar. Parece tan perfecta, sus movimientos son tan delicados y su mirada... Se podría confundir con pureza, pero no hay calidez alguna en ella, es fría.
-No te preocupes por tu amiga, he parado el tiempo. Cuando terminemos de conversar será como si no hubiera pasado ni un minuto de más. - dice ella. Me mira de arriba a bajo, estudiandome. -Niña, puedes hablar con naturalidad. No es como si no nos conociéramos. -sonríe, pero el gesto no llega a sus ojos.
-¿Qué haces aquí? - trago fuerte para disolver el nudo en mi garganta.
-Aclarar tus dudas. ¿Kail te dijo que ibas a necesitar a un arcángel para mantenerte a salvo no? Pues que mejor arcángel que yo, que te convertí en lo que eres. En lo que todos quieren conseguir. - no se me pasa desapercibida la naturalidad y la comodidad con la que habla de Kail y no puedo evitar preguntarlo.
-¿Lo conoces?
-Lo he estado vigilando. - frunzo el ceño. - Dana, Kail te ha estado cuidando, es mi deber tenerlo controlado. Y él es la principal razón por la que he venido.
-¿Qué? - la preocupación se adueña de mi, no es sabido nada de él desde hace dos semanas, no sé si se encuentra bien o si le ha ocurrido algo. - ¿Ha pasado algo? ¿Está bien?
-Él está bien, tranquila. - Gabriel levanta las cejas.
-¿Y entonces?
-No podéis estar separados. Corres peligro, no debes alejarte de él.
-Fue él el que se fue. - digo desviando la mirada, pienso en que fui yo quien lo echó pero no lo menciono. Él pudo volver, pero no lo hizo. -Además, ¿no se supone que sois vosotros los ángeles los que me tienen que proteger? Él es un demonio, es del equipo contrario ¿no? Es el anticristo... Es quien va a desencadenar el caos y llevar a la victoria a su gente. - me estoy poniendo histérica. No tiene ningún derecho de venir aquí y decirme lo que tengo que hacer cuando fue ella la que me convirtió en algo que yo no quiero ser.
-Cierto, ese era su cometido, cuando se enamoró de ti dejo de serlo. - el corazón se me acelera y cierro los ojos con fuerza.
-Él no me ama. - ella pasa por alto mi comentario y sigue hablando.
-Escuchame bien Dana, porque solo te lo explicaré una vez. Se supone que no debo decirte esto, pero después de todo mi trabajo... - cierra los ojos como pensándose mejor si debe continuar o no. -He estado siempre a tu alrededor, cuidandote. No se me está permitido mostrame ante ti, por eso lo he hecho siempre en sueños hasta ahora que me he atrevido a venir para advertirte. Ahora que los demonios saben que tú eres la llave, los ángeles han decidido deshacerse de ti. - abro los ojos con horror. -Es por eso que Kail se comportó así contigo, está nervioso. Sabe lo de los ángeles y no sabe que hacer. Es poderoso, pero lo superan en número.
-Matarme... - no la dejo seguir hablando.- ¡Me habéis convertido en algo que yo no pedí y ahora queréis matarme! - la ira estalla en mi torrente sanguíneo.
-Te has convertido en un cuchillo de doble filo. Puedes destruirnos si caes en manos de esos seres oscuros.
-¡Claro, y matándome se arregla el problema!
-Tienes que escucharme Dana. Esto es lo único que puedo hacer por ti, avisarte.
-Ah bueno pues muchas gracias, ya puedes irte. - digo con asco.
-No puedes huir, tienes que luchar. Y solo hay alguien dispuesto a luchar a tu lado. Él, el propio anticristo será quién cuidará de ti. A partir de ahora yo ya no podré ayudarte.
-¿¡Kail cuidar de mi!? ¡¡Si se enfadó porque cogí una maldita caja!!
-¿Tenía símbolos? - se levanta de la silla y se pone frente a mi. Su interés en la caja levanta mis sospechas.
-Tú sabes que hay en la caja, ¿me equivoco?
-Posiblemente. - se limita a contestar.
-Dímelo.
-Su puerta al infierno. - se toma unos instantes antes de contestar y yo abro los ojos como platos.
-¿Es una metáfora o algo de eso? - pregunto.
-No. Es la puerta al infierno, cuando un demonio sale de él se lleva consigo una manera de volver. Una caja con símbolos.
-¿Me estás queriendo decir que vosotros necesitáis una llave y ellos tiene cientos de puertas abiertas?
-Solo ellos pueden entrar, leyendo los símbolos en su lengua. Tienen una llave más compleja.
-¿Y por qué coño no hicisteis algo parecido? - me han utilizado cuando tenían otras maneras de sellar la maldita puerta al cielo.
-Porque Lucifer sabía todas las maneras de entrar al cielo, pues fue un ángel, el preferido de Dios y conocía los secretos del cielo. La única manera de impedir su regreso era cerrar las puertas y dejar solo una llave, una que Lucifer nunca pudiera encontrar. Una puerta que permitiera la entrada y salida de los ángeles, pero no de otros seres.
-¿Y ellos? Ellos no sellaron sus puertas, podéis entrar. Podéis atacarlos...
-Como ya te he dicho antes, - me interrumpe. - Lucifer conocía las entradas al cielo pues estuvo en él, nosotros no hemos estado en el infierno, no sabemos entrar. Y tampoco sabemos leer los símbolos de las cajas. - me da unos momentos para asimilar la nueva información y continúa. -Dana, tienes que ir a buscarlo, Kail es el único capaz de manterte a salvo.
-Lo mataran. Si me ayuda acabará muerto. - la sola idea de su muerte me revuelve el estómago. -Si esto ya era peligroso para él, ahora lo es más.
-No. - niega con rotundidad. -No si tú aprendes a usar los dones que se te fueron concedidos cuando se te convirtió en la llave. Desatalos y juntos podréis.
-¿Y cómo se supone que haga eso?
-No puedo darte más información, yo no soy Kail, no traiciono a mi gente. Solo recuerda lo que hemos hablado. Adiós, Dana y buena suerte.
-¡No, espera! No sé como voy a... - una luz cegadora se hace en toda la estancia y tengo que taparme los ojos. "De verdad que espero que lo consigas, pequeña." oigo su voz, pero cuando la luz desaparece y abro los ojos de nuevo ella ya no está.
-Joder. - suspiro. Tengo que contarle esto a Kail, no estoy segura de que quiera ayudarme, pero no podemos seguir así por una estúpida pelea.
-¡Traigo galletas y muuuuchooo chocolate! - grita Alis entrando en mi habitación.
-Guay. - mascullo.
-Nena, ¿qué pasa?
-Tengo que llamar a Kail. - susurro, y veo la expresión incrédula que me regala.
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Inferno
Teen FictionTodo era aburrido, demasiado normal, hasta que llegó él. El caos. Está aquí para cambiarlo todo, para enseñarme a vivir y hacerme sentir morir, para hacerme sentir un amor que es más que amor. Trilogía Inferno. #1 Inferno. #2 Abismo. #3 Perdición.