No he pagado ojo en toda la noche. Miro el reloj al lado de mi cama, aún falta una hora para que suene el despertador. Suspiro. Me levanto y miro hacia la ventana, me pregunto si Kail estará ahí fuera. Necesito distraerme, ya que, dormir no lo veo posible. Alis se suele levantar muy temprano para ir perfecta a clase. Decido llamarla y al tercer tono contesta.
-¿Pasa algo nena? No es normal que estés despierta tan temprano. ¿Va todo bien? - a pesar de la hora su voz suena como si fuera completamente despejada. Sonrío.
-Si, tranquila. Solo me preguntaba si podrías venir a buscarme, podríamos ir juntas al instituto como en los viejos tiempos. Si a Dan le parece bien, claro. - me muerdo un lado de la mejilla.
-Claro que le parecerá bien, es mi novio, pero tú eres mi mejor amiga y estás ante todo nena.
-¿Veinte minutos? - es el tiempo que necesito para parecer mas o menos una persona decente. - Sip. - contesta Alis.
Tras colgar me apresuro a vestirme, me miro en el espejo y ya veo las ojeras. Me pongo un poco de corrector en un vago intento por disimularlas. Y para sorpresa de todos hoy tampoco me apetece arreglarme así que me pongo algo cómodo y listo.
Alis llega puntual, me subo al coche después de dejarle una nota a mi madre diciéndole que pasaría el día con Alis y que no me esperara después de clase.
-Hola gordi. ¿Te encuentras bien? - añade cuando me ve mirar por la ventanilla hacia todas partes. Debo de parecerle una desquiciada. No sé que esperaba al salir de casa, pero que Kail no esté fuera me desconcierta. ¿Se ha ido o tan solo se esta ocultando?- Dana me estás acojonando. - Alis me toca el brazo y la miro.
-Oye he madrugado, ahora mismo mi mente esta en modo: deje su mensaje después de la señal.
Ella echa la cabeza hacía atrás y se ríe con ganas. Arranca y cuando veo que no se dirige al instituto pongo los ojos en blanco.
-No estará pensando usted en fugarse señorita Alis Whiterman ¿verdad? - me pongo las manos en el corazón fingiendo horror.
Alis pone los ojos en blanco. -Hay algo que veo que no termina de entender señorita Hunter, si no entramos no es fugarse, es no asistir.
Me río. Esto es lo que necesito. Tiempo comportandome como una adolescentes normal; sin depresiones, sin llantos, sin demonios de ojos grises.... Vale, me había propuesto no pensar en él durante todo el día e iba a intentar hacerlo, intentarlo de verdad.
Mi mejor amiga aparca el coche en el centro comercial después de dar cinco vueltas por los aparcamientos y de gritarle a dos conductores por robarle el sitio. -Bueno la misión suicida de aparcar ha sido un éxito. - dice mientras me coge del brazo y caminamos hasta entrar en el edificio.
Pasamos toda la mañana comprando ropa. La tarjeta del padre de Alis ha sufrido grandes daños. Dado que no es la primera vez que lo dejamos sin fondos no me preocupa, culpa de él por darnos permiso. Su padre es abogado, gana mucho dinero.
-Bueno, ¿me vas a contar ya lo que tienes con Kail Blake? Ya sabes, el chico nuevo que solo he visto comunicarse contigo. - espera pacientemente y cuando ve que no tengo intenciones de contestar levanta una ceja, conozco lo que viene después de ese movimiento. Había intentado mantener el rumbo de las conversaciones lejos de él, pero sabía que en cuanto entráramos en el bar a reponer fuerzas, Alis aprovecharía.
-Alis, no tengo nada con Kail Blake, solo... Bueno solo me acompañó a clase y me prestó su suéter porque ya sabes, siempre se me olvida coger uno, y pues tenía frío. - "Y me besó, supuestamente ha dejado de cumplir con su cometido por mi, es el anticristo y bueno creo que me estoy enamorado como una idiota de un demonio, pero nada, solo eso. Ah, casi se me olvida, puede que solo me este mintiendo en todo." claro que esta parte mejor me la guardo. Conozco a Alis desde primaria, se pondrá histérica y pensará que ahora si me he vuelto loca de remate.
-¿Me estas diciendo que ese chico que pasa de todo el mundo, te vio por la calle y le dio por darte su suéter, acompañarte al insti y llevarte de la mano? Eso sin contar que te habló al oído y parecía muy íntimo. - Dicho así parece patético.
-¿Podemos hablar de otra cosa?
-Dana, soy tu mejor amiga, se supone que me lo cuentas todo. Nena, ¿pasa algo malo con ese chico? ¿Te ha hecho algo?
-¿Qué? ¡No! Dios, Alis, no. No me ha hecho daño. ¿Por qué piensas eso? - no sé como ha llegado a pensar eso de Kail, bueno, si lo sé. Es lo que pasa cuándo tu padre tiene problemas y tú te hundes por él, tus amigos empiezan a pensar que todo el mundo puede hacerte daño.
-Está bien, relájate quieres. Es mi deber saber que todo va bien.
Doy un trago a mi refresco, intento pensar en lo próximo que le diré. Alis mira detrás de mi y abre mucho los ojos. -Hablando de Roma... - dice. Cuando me doy la vuelta me quedo de piedra. Es Kail. Viene hacia nosotras con gesto despreocupado. Lleva unos pantalones apretados oscuros y una cazadora de cuero negra, el pelo revuelto y juro por dios que es lo mas sexy que he visto nunca.
-Hola señoritas. ¿No deberían estar en clase? - sonríe de lado, sabe que lo estoy mirando y está disfrutando de mi confusión.
-Vaya, Blake ¿te han dicho alguna vez lo inoportuno que eres? Estábamos justo hablando de ti. Dana no sabía como llamar a lo que tenéis, tal vez, tú puedas ayudarla. - le dirijo a Alis una mirada asesina.
-En realidad yo no... - no sé muy bien que intentaba decir, pero Kail me interrumpe. -Bueno, creo que vosotros soléis llamarlo relación. - dice y me mira, está poniendo a prueba mi paciencia y después de la visita de anoche no tengo demasiada. Pero sé que es más fácil que Alis crea eso, me dejará tranquila con el tema.
-Parece que lo tienes muy claro. - Alis levanta las cejas, intenta intimidarlo. Si supiera lo que es Kail en realidad, seguramente saldría corriendo y no le dirigiría su famosa mirada.
Kail la ignora y me mira. -Tenemos que hablar. - su voz se suaviza cuando se dirige a mi.
-Eso creo.
-Estoy seguro de que sabes volver solita a casa. Me alegra haber tenido esta agradable conversación, hasta pronto Alis. - ella lo mira boquiabierta por su descaro y luego me mira ami.
-¿Te parece bien? - le pregunto. Hago todo lo posible por aguantarme la risa, es la primera vez que la dejan sin habla y la cara que se le ha quedado es para retratar. Ella asiente, le doy un beso en la mejilla y me voy siguiendo al chico de ojos grises. En el aparcamiento me abre la puerta de un audi negro y yo lo miro entornando los ojos.
- Vamos a mi casa si te parece bien. Ahí nadie nos interrumpirá y podremos hablar tranquilos. - no contesto y se lo toma como un si.
Cuando llegamos a un edificio de apartamentos, subimos hasta el último, abre la puerta y me deja entrar primero. Es enorme, en tonos oscuros y con muebles modernos. No sé si quiero saber como paga todo esto. Me guía hasta la sala y me siento en el sillón.
-Bien. Hablemos. - dice. Su tranquilidad me desconcierta y me asusta a partes iguales.
-Hablemos. - contesto.
ESTÁS LEYENDO
Inferno
Teen FictionTodo era aburrido, demasiado normal, hasta que llegó él. El caos. Está aquí para cambiarlo todo, para enseñarme a vivir y hacerme sentir morir, para hacerme sentir un amor que es más que amor. Trilogía Inferno. #1 Inferno. #2 Abismo. #3 Perdición.