✘Capitulo 14✘

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Estoy en clase de latín, sentada al fondo con Kail. Ha pasado una semana desde que supimos que Nill había vuelto. No ha venido a clases ni se ha dejado ver. Ahora las cosas son diferentes, Kail se ha integrado con mis amigos, no se separa de mi nunca, está tenso todo el tiempo. Resulta que no solo Nill ocultaba ser un demonio, Eyden también lo es, por suerte para mi, él le es leal a Kail y me tiene aprecio.

Las sillas rodandose y las risas de los alumnos me hace saber que la clase ha terminado. Bajamos al patio y nos sentamos en las gradas. Mis amigos actúan como siempre, ajenos a todo lo que ha pasado. Es raro ver como sus vidas siguen igual, cuando la mía nunca lo volverá a ser.

-¿Estás bien? - me pregunta Kail acercándose más. Asiento y le acaricio la mejilla. En estos días ha sido quién me ha mantenido con los pies en la tierra.

-Ohhhh vamooooos. No empecéis con el pasteleo. -grita Eyden dramáticamente. Kail se ríe y se baja para propinarle a mi amigo un puñetazo en el hombro.

Mi móvil suena por tercera vez en toda la mañana. Es mi padre. Les digo a mis amigos que tengo que cogerlo y me alejo lo suficiente para tener intimidad.

-Hola. - se le nota nervioso.

-Hola papá.

-¿Cómo estás mi niña? - cierro los ojos con fuerza para retener las lágrimas, lo hecho tanto de menos.

-Bien, ¿y tú? Se te oye bien.

-Sí, mi niña. Estoy mucho mejor, todo va bien ya. Dana... Me gustaría verte. No quiero que te sientas obligada, solo...

-Yo también quiero verte papá. - se me escapan las lágrimas.

-Mi amor, no sabes como me alegro de oírte decir eso. Cuando estés preparada solo llama. Me gustaría seguir hablando hasta que nos veamos.

-Sí, seguiremos en contacto.

-Te quiero mi niña bonita.

-Y yo a ti papá. - cuelgo. Noto las lágrimas calientes bajando por mis mejillas. Alguien me acaricia el brazo, me doy la vuelta y veo a Kail con gesto preocupado. Lo abrazo y el me acaricia la espalda.

-¿Ha pasado algo? - pregunta y yo niego con la cabeza. Parezco tonta por estar llorando, mi padre está mejorando, debería de estar feliz, no sé por que me cuesta tanto. Supongo que tengo miedo de verlo caer otra vez, y de que esta vez yo no pueda seguir adelante.

Nos quedamos así unos minutos y cuando me recupero volvemos con mis amigos. El resto del día pasa aburrido, no soy capaz de atender en clase. Kail no insiste en preguntarme, sabe que en cuanto me sienta preparada se lo contaré.

Al salir del instituto Eyden me acompaña a casa, Kail está moviendo sus hilos para encontrar a Nill. Cuando Kail se tiene que separar de mi para trabajar Eyden se queda a cuidarme. No es algo que me moleste, él ya era mi amigo antes de ser mi guardaespaldas y es agradable pasar ratos con él, aunque desde que salgo con Kail, se muestra mas cauteloso, le teme.

-Bueno, ya estamos. Si necesitas algo ya sabes, Kail no debe de tardar mucho más. - dice ofreciéndome una sonrisa amable.

-Gracias Eyden. - le doy un abrazo y entro en casa. Subo a mi habitación y me acuesto. Mamá no llegará hasta pasadas las nueve de la noche y son las dos del medio día. Me quedo dormida al instante, hace días que no duermo bien.

El sonido de mi móvil me despierta. Miro la hora y tan solo llevo una hora durmiendo.

Número desconocido.

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