✘Capitulo 27✘

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-Vaya Eyden y tú ahora sois inseparables. - comenta Alis mientras hace palomitas.

-No sé a qué te refieres. - me tiro en el sofá.

-Te ha traído a mi casa y sé que ha estado más a menudo en la tuya. No sabía que fueran tan amigos.

-Pues no sé, mi madre lo adora y se ofreció a traerme porque le quedaba de camino. - le quito importancia.

Alis coge el cuenco de palomitas y se tira al otro extremo del sillón.

-Bueno, si es eso. Yo pensé que después de que Nill se fuera así de repente, tenías nuevo mejor amigo. - cuando nombra a Nill los nervios amenazan con apoderarse de mi.

-¿Qué peli vamos a ver? - cambio de tema. No puedo hablar de Nill, odio mentirle a Alis.

-Emmm... Mi idea era hablar un poco antes de la peli. - la seriedad de su rostro me hace saber de inmediato que quiere hablar sobre Dan.

Me siento cruzando los pies y pongo toda mi atención en ella. -Cuando me has llamado para la noche de chicas no me has dado muchos detalles, cuenta.

-Pues... Ya sabes lo que me hizo y con quien. Cuando lo dejé pensé que no volvería a intentar nada conmigo, pero ha vuelto a buscarme. Dice que me ama y que no puede estar sin mi, que lo que me hizo lo atormenta.

-¿Le crees?

-No. - un suspiro entrecortado brota de sus labios. -No le creo. ¡Joder se estaba tirando a Reese, a la grandísima puta de Reese! ¿Sabes cuantas veces la crítico conmigo? Es un falso, no puedo perdonarlo.

-¿Pero...? - sé que hay un "pero" siempre lo hay.

-Lo amo, Dana. Lo sigo amando y quiero odiarlo, de verdad que lo intento. Me recuerdo a mi misma una y otra vez lo que me ha hecho, pero lo echo de menos y me siento estúpida. - la humedad empieza a instalarse en sus ojos.

Gateo por el sillón hasta llegar a ella y me siento sobre mis piernas. Le cojo la mano y me trago la rabia que me produce pensar en Reese y en como la ha jodido.

-No eres estúpida, el amor es así. Cuando amas a alguien tanto eres capaz de todo, -pienso en Kail. - hasta  de perdonarlo. Te da igual lo que haya hecho o sido y te guardas la angustia que eso te produce. Ves mas allá de sus errores. Pero eso no significa que no necesites tiempo para curar la herida que te ha hecho. Porque cuando una persona que amas tanto te falla, se lleva una parte de ti y aún que seas capaz de perdonarlo, esa parte de ti nunca volverá. - ahora pienso en mi padre y sacudo la cabeza para alejar su recuerdo. - Alis, solo date tiempo a ti misma para decidir si quieres perdonarlo o si quieres seguir a delante. Es tu decisión.

Alis está llorando ahora y la abrazo con fuerza.

-Me hizo tanto daño, Dana. Teníamos todo planeado. Ir a la misma universidad, vivir en el mismo apartamento. Y después de la universidad casarnos y formar una familia en una bonita casa. - llora en mi hombro y noto el dolor en sus palabras. - Y la cago tantísimo, ¿por qué? ¿Por qué me engañó? ¿Por qué con Reese? ¿Por qué e...? - su voz se quiebra por las emociones y ahora ni siquiera puede hablar.

Le acaricio la espalda y le susurro palabras tranquilizadoras. No dejo de pensar en ese "Por qué". Reese y Dan nunca se habían llevado bien, cómo es que acabó acostándose con ella. Además Dan siempre ha estado irrevocablemente enamorado de Alis. Están juntos desde que puedo recordar.

No sé cuanto tiempo ha pasado, pero cuando abro los ojos ya no hay luz en la casa. Cuando Alis se quedó dormida dejé que el cansancio me venciera y dormí.

Cojo el teléfono y miro la hora, son las ocho de la noche. Me levanto con cuidado y tapó a Alis con una manta.

Me muero de sed, la garganta me arde recordándome que no he bebido nada desde el refresco que me tome con Kail. La cocina está oscura y decido no encender la luz, no quiero despertar al hermano de Alis. Lleno un vaso de agua y me lo llevo a los labios, el refrescante líquido alivia la quemazón de mi garganta.

Un ruido en la sala me avisa de que Alis se ha despertado. Dejo el vaso y me dirijo a hacer todo lo posible para convencerla de dormir otra vez. Cuando llego, miro al sofá y la veo en la misma posición que la dejé, completamente dormida. Deslizo la mirada por la estancia en penumbras y me detengo en un extremo... Ahí está. La sombra que vi en mi casa. Me giro hacía el sillón donde he dejado mi móvil y cuando lo cojo y me vuelvo hacia el lugar, ya no está. No ha hecho ni un solo ruido al irse y no he tardado ni un segundo en girarme, esa cosa no es humana.

Marco el número de Kail y le cuento todo, en tan solo unos minutos está tocando la puerta.

-¿Estás bien? - pregunta desde que le abro a pesar de que por teléfono me lo ha preguntado veinte veces y le he dicho que si.

Asiento y lo abrazo, él me aprieta contra su cuerpo y noto como sus músculos se van relajando. Apoya la barbilla en mi cabeza.

-Eyden está inspeccionando la zona. -dice.

Siento como me aleja suavemente y mira detrás de mi, me giro y veo a Alis con los ojos hinchados por el llanto de hace unas horas y los pelos revueltos.

-¿Kail? - pregunta confundida.

-Hola. - dice él y le sonríe amablemente. Sé que intenta ser agradable con ella y le cojo la mano entrelazando nuestros dedos para agradecérselo.

-¿Va todo bien?

-Sí. Ha venido porq... - Kail me interrumpe y la verdad es que se lo agradezco, no sabría como explicarlo.

-Una fiesta de pijamas sin un mi no es lo mismo. - dice él sonriendo a mi amiga. Por un momento pienso que no lo va a dejar quedarse. Necesitamos que esté aquí por si la sombra vuelve e intenta hacernos algo.

-Te pintaremos las uñas. - dice ella encaminándose al salón.

Kail entra cerrando la puerta y lo guío hasta el sofá.

-Solo si es de rosa. - dice él.

Alis suelta una carcajada y le tira un cojín al chico sentado a mi lado.

-Voy a por la pintura rosa entonces.

-¡Con purpurina por favor! - le grita el chico de ojos grises y oigo la risa de mi amiga. Algo cálido me inunda.

Cuando Alis desaparece de nuestra vista me abalanzo sobre él, sentándome en su regazo.

-Gracias. - digo besando su mandíbula.

-Vaya, seré amable más a menudo si esta es la recompensa. - una sonrisa tira de la comisura de sus labios y me agarra por las caderas. Me da un suave beso y cuando intento profundizarlo me aparta riendo.

-Tranquila fiera, Alis viene ya. -me baja y me acomodo en el sillón. Unos segundo después mi amiga aparece con una maletín de pinturas y se sienta en la alfombra.

-Siento haber tardado, no recordaba dónde lo había dejado. - dice. Mientras Kail me dirige una sonrisa cómplice.

-Hemos sabido entretenernos. - le contesta. Reprimo una sonrisa y le doy un fuerte codazo.

Alis lo ignora fingiendo estar concentrada en lo que hace.

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