-No estaréis huyendo ¿no? - pregunta radiante.
-Apártate. - ruge Kail.
-Reese no es momento para tus idioteces de zorra. - sé que no debería hablarle así. No cuando no sé que significa que haya jurado lealtad a los demonios.
-¿Sabes? Es una pena no poder matarte ahora mismo, pero necesitamos hacerlo en el ritual.
-¿Qué coño dices? - Kail vuelve a temblar, no creo que aguante mucho más sin perder el control.
-¡¡Ohhhhhh!! No lo sabéis. - se ríe y las ganas de volver a conectar mi puño con su cara, como lo hice hace un tiempo, son casi insoportables. -Para que la puerta se abra Dana debe morir, un sacrificio.
Me mareo y ahora las palabras de Gabriel cobran sentido. "Te has convertido en un cuchillo de sobre filo." Aunque yo me niegue a abrir la puerta si me matan lo conseguirán, por eso los ángeles quieren matarme antes.
-Hagas lo que hagas, morirás. - dice Reese y estoy a punto de contestarle cuando veo la neblina negra que se ha empezado a formar detrás de ella. Miro a Kail y veo la sonrisa de satisfacción que tiene, sigue temblando violentamente mientras abre y cierra sus manos. Tengo que pararlo.
-Estás muy jodida. - le dice.
Reese abre los ojos asustada cuando entiende lo que va a pasar, por un momento la satisfacción me asalta, pero desaparece rápidamente cuando recuerdo que si Kail se descontrola todos estaremos en peligro. Eyden aparece en mi campo de visión y casi lloro de la alegría.
-¡Kail no lo hagas! - grita. - ¡No sabemos como actuarás en tu verdadera forma con ella aquí, no podemos correr riesgos! ¡La matarás, matarás a Dana!
Está peligrosamente cerca de Reese y el miedo a que Kail le haga daño es tan grande que me coloco delante de él para que me mire a mi.
-Kail mírame... No hagas esto, no ahora. - le suplico.
-Corre. - me dice.
-No voy a huir de ti. - cierro las manos en puños. - Confío en ti.
-Te mataré.
-No, no lo harás.
-¡Largo! - me grita y todo su cuerpo se agita violentamente.
-¡No me voy a ir! ¡No te voy a dejar perder el control!
-Dana, alejate. - me dice Eyden, suena preocupado.
No, yo sé que no me hará daño. Tengo que ayudarlo.
-Kail... Por favor, vámonos de aquí. - no me presta atención ya. Me giro y veo la bruma negra peligrosamente cerca de Eyden quién está intentando alejar a Reese de la mirada fría de Kail. -No lo hagas, si la matas no sabemos si terminarás perdiendo el control. ¡Kail me harás daño! - sé como es y sé que no se lo perdonaría jamás, si me hace daño lo habré perdido...
Lágrimas calientes bajan por mis mejillas, cierro los ojos con fuerza esperando que todo explote. Esto es demasiado, no sé que hacer.
Cuando alguien seca la humedad de mi rostro abro los ojos de nuevo y me encuentro con los de Kail. Aún tiene los ojos negros, pero ya no tiembla.
-Tengo que sacarte de aquí. - susurra.
Asiento frenéticamente y me apresuro a cogerlo por el brazo y empezar a caminar. Eyden se encuentra a nuestro lado en menos de un segundo, me da las llaves de su coche. Ya no veo a Reese, no es tonta, sabía que en el momento en que Kail se marchara Eyden acabaría con ella.
-Limpiaré el desastre, tú padre está bien. Cuando vuelvas decidirás si se lo cuentas o no. - me dice y desaparece de nuevo.
Llegamos al coche y nos subimos rápidamente, mis manos tiemblan incontrolables y no consigo meter las llaves en el contacto.
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Inferno
Teen FictionTodo era aburrido, demasiado normal, hasta que llegó él. El caos. Está aquí para cambiarlo todo, para enseñarme a vivir y hacerme sentir morir, para hacerme sentir un amor que es más que amor. Trilogía Inferno. #1 Inferno. #2 Abismo. #3 Perdición.