Me levanto como una Zombie, sólo dormí tres horas, no tengo sueño, tengo un dolor en el estómago y en mi corazón.
Pero ayer durante la madrugada pensé bien las cosas, tampoco no puedo hacerme la víctima, entre Robert y yo nos separan muchas cosas, siento que él puede ser feliz y no estar con una persona que cuando él está despierto ella está dormida y viceversa. El es una persona romántica se puede describir casi perfecta.
Es lo mejor... terminar definitivamente.
Me puse una manta y mis pantuflas para bajar a desayunar, necesito comer algo que me alegre la mañana, me siento de pésimo humor.
Bajo al comedor y todavía no están mamá y Chin Hwa. La señora que se encarga al aseo, Chung hee me dijo que se les llama ajumma, tiene muchos significados supuestamente, espero y buenos.
La saludo con una reverencia y una pequeña sonrisa y ella me devuelve el gesto y apunta mis ojos que supongo que están hinchados. Yo muevo la cabeza y le sonrió. Ella deja un plato con. Waffles y jarabe de chocolate.
Después de veinte minutos baja mamá y Chin Hwa tomados de la mano. Eso me hace sentir más desgraciada.
—Buen día hija. —Mamá besa mi cabeza y toma asiento junto a Chin Hwa y yo.
—Buen día mamá. —No la miro—Buen día Chin Hwa.
Me concentro en mis waffles y tomé un poco de leche.
—Podemos ir al salón de belleza Jenn, encontré uno muy cerca de aquí. —Escucho a mamá.
—Si, está bien. —Contesto y suspiro.
— ¿Qué te pasa? —Pregunta Chin Hwa.
Levanto la mirada y les sonrío a ambos.
—Nada... estoy cansada solamente, tengo insomnio.— Marina y Chin Hwa se miran poco convencidos.
—Seguro es por el cambio de horario... — Dice mamá y se mete una fresa a la boca.
Chin Hwa comienza hablar con mamá sobre asuntos de la empresa y me dejan tranquila. Sé que no debería ser tan obvia, pero no soy buena fingiendo, sólo necesito tomar un poco de aire.
— ¿Les molestaría que fuera a caminar por el vecindario? Necesito tomar aire fresco. —Me levanto de la mesa y mamá me mira confundida.
—Claro... Después organizaremos la cita para ir al salón de belleza.
Yo asiento y subo a mi habitación y me pongo una sudadera y unos lejeans color negro y mis zapatos deportivos. Cuando salgo a la calle me pongo el gorro de la sudadera.
Mientras camino no pienso en nada, sólo en los lindos árboles llenos de pequeñas flores color rosa que cuando caen simulan a la nieve, el sol pega en mi cara y se siente reconfortable, pero obvio no es el mismo calor de Long Beach.
Necesito despejar mi mente, ocuparme de algo para no sentir este vacío que se formó en mi interior. Después de unas vueltas más camino de regreso a casa. Necesito darme una ducha y salir con mamá a dónde quiera que vaya. La cena de hoy me despejará, tal vez no me sienta del todo cómoda pero me concentraré en las costumbres de las personas.
Llego a casa y miro la naturaleza del jardín por unos minutos, ni siquiera le logro prestar atención a veces, lo debería hacer de ahora en adelante, tal vez cuidar las plantas me distraiga.
Después de darme un baño, salgo de mi habitación y voy a la de mamá, ella sale con unas enormes gafas oscuras y su bolso.
—Te ves toda una diva. —Bromeo y ella golpea levemente mi brazo.
ESTÁS LEYENDO
Un Par De Lunáticos Coreanos
Ficção Adolescente¿Por qué todo el mundo ama Corea del Sur? Jenna Peterson siempre se lo preguntó. La vida de esta rubia problemática cambia por completo cuando su madre se casa por segunda vez, pero el "pequeño" problema es que es coreano, lo que significa para ell...