Estoy muy nerviosa ¿Volver a Estados Unidos? Eso es lo que he querido desde que llegué a Corea pero... no sé porque me siento nostálgica.
—Pensé que no vendrías —Gun Soo me deja pasar a su casa. La miro sin palabras— ¿Que sucedió? ¿Las cosas empeoraron?
Yo niego.
—No sé cómo decirlo... necesito que Chung hee esté aquí. Ambos deben escucharlo al mismo tiempo. —Saco mi teléfono y escribo un mensaje para Chung hee diciéndole que venga a la casa de Gun Soo.
—Me estás asustando. Yo también debo decirte algo. Yo sí te lo diré ahora por qué no quiero que nadie más se entere —Gun Soo suspira y toma un sobre amarillo de la meseta del recibidor— Quieren que viaje en estos días para hacer el examen de admisión en Los Ángeles. —Dice cubriéndose la boca sorprendida.
Supongo que así se manejan las universidades cuando un extranjero o alguien que se mudó fuera del país quieren entrar.
— ¡Estoy muy feliz por ti! —La abrazo— Pero debes decirle a Dong youl, él lo entenderá, te quiere de verdad.
—Lo sé, pero nos distanciaremos. Es lo que me duele, no quiero que deje de quererme. —Gun Soo parece insegura, yo también lo estaba pero no comparemos a Robert con Dong youl.
—No lo hará, de verdad, sé lo que te digo. Debes decirle.
Ella asiente y caminamos hasta su pequeña sala.
Aprovechamos para hacer la cena, hoy la mamá de Gun Soo hará guardia en el hospital por la noche, nos quedaremos solas.
Hicimos pasta a la boloñesa. Pusimos en la mesa tres platos, ya que vendrá Chung hee, no sé cómo lo tome, pero no es como si fuese a quedarme en Los Ángeles.
El timbre se escucha, Gun Soo va rápidamente abrirle a Chung hee, entra contento revolviendo el cabello de Gun Soo.
Inhala el olor que desprende la cocina y sonríe.
—Huele muy bien, pensé que no sabían cocinar —Chung hee me revuelve el cabello y me mira por unos segundos— Y bien... ¿Para que querías que viniera?
—Vamos a cenar primero. Muero de hambre. —Digo empujando a Chung hee hasta el comedor.
Gun Soo sirve en los tres platos la pasta. Yo sirvo el té de frutos rojos para los tres.
—Pensé que estaría Dong youl aquí ¿Que planean? ¿Asesinarme? —Chung hee enrolla en su tenedor espaguetis y después los mete a su boca gustoso— Mi última cena será deliciosa.
Gun Soo le arroja un pedazo de pan francés.
— ¿Por qué nos tomas? Cretino—Dice molesta— Jenna, ya no soporto la curiosidad, dinos qué sucede.
Yo suspiro y sonrío con nerviosismo.
—Me llegó un citatorio de la universidad, quieren que me presente en el transcurso de esta semana.
Gun Soo aplaude contenta, el que está demasiado serio es Chung hee.
— ¿Qué significa eso? — Pregunta Chung hee.
—Que tengo que hacer un examen personalmente de admisión. Puede que sí me acepten si llega ese citatorio.
Miro el rostro de Chung hee espero ver algún rastro de disgusto.
—Felicidades rubia, sabía que lo harías ¿Cuando piensas irte?
Gun Soo y yo lo miramos sorprendidas.
—Supongo que dentro de dos días. —Digo sorprendida.
—Yo te llevaré al aeropuerto.
(...)
Son las cinco de la mañana, tengo una cara de Zombie espantosa, Dong youl y Chung llevan mis maletas y las de Gun Soo.
Después de darle la noticia a Chung hee, Gun Soo se armó de valor para llamar a Dong youl, le contó todo, y como lo sospechaba, lo tomó muy bien, de hecho está más emocionado que Gun Soo.
Mamá, Chin Hwa y la madre de Gun Soo, conversan animadamente sobre los planes que tenemos. No iremos acompañadas, Chin Hwa nos alquiló un departamento en Hollywood para estos días que estaremos en Los Ángeles.
Chin Hwa y yo tuvimos una conversación ayer, ambos nos pedimos disculpas, hacer las paces con él me tendrá con tranquilidad, pensándolo él sólo quiere cuidarme, yo como adolescente tomo las cosas a mal.
—Llámenos si tienen alguna emergencia, estaremos muy al pendiente de ustedes. —Mamá dice entregándome un café y otro para Gun Soo. Ambas asentimos.
Chung hee me mira con una gran sonrisa. Como siempre, este chico hará feliz a cualquier chica en un futuro. Camino hacia él y me entrega mi maleta.
—Puedes darle mi número a las chicas, estoy soltero. —Dice guiñándome el ojo.
Yo lo abrazo e inhalo su perfume.
—Soy muy celosa, ojos rasgados —Digo sonriendo— Regresaré y espero no me cambies por alguien más.
—Lo haré —Suelta una carcajada —Jae Sun hee será mi mejor amiga mientras regresas de los ángeles. —Me guiña el ojo y yo golpeó su brazo.
—Te llamaré en cuanto llegue. — Digo con una sonrisa.
—Lo debes hacer, no te lo perdonaría si no lo hicieras. —Revuelve mi cabello y suspira.
Gun Soo se acerca a nosotros y suspira.
—Debemos irnos ya. — Dice nerviosa.
Yo asiento y Chung hee se queda con Dong youl. Nos despedimos de nuestra familia y vamos juntas hasta donde la azafata recibe los boletos. Miro hacia atrás Chung hee me mira y me guiña el ojo, para después agitar su mano.
Gun Soo y yo nos sentamos en nuestros lugares. Parece muy nerviosa, nunca ha subido a un avión.
—Tranquila, no pasará nada. — Ella asiente.
—Ayer... Dae Hyun me dijo que te cuidara —Mi sonrisa se borra— Él se preocupa por ti, es muy lindo.
Lo es... aunque no sé por qué no lo siento tan verdadero, yo aún siento cosas por él, pero no sé si el siente lo mismo que yo siento. No sé si lo nuestro fue muy fuerte. No lo siento tan verdadero.
El viaje dura todo un día, Gun Soo se la ha pasado dormida, su pánico es increíble. Cuando el avión aterriza por fin, me levanto agradecida, de verdad siento que mis piernas ya no funcionan.
Tomo mi bolso y Gun Soo hace lo mismo. Estoy muy ansiosa por ver el aeropuerto de Los Ángeles.
Bajamos y siento el cálido clima, por suerte llegamos a medio día, aún podemos dar un recorrido.
—Según mi itinerario, regresaremos en octubre a Seúl. —Gun Soo revisa su pequeña agenda— Un mes aquí ¡Estoy emocionada!
—Y estarás más, al ver la cuidad. Aunque no somos muy exigentes en la cultura como en Corea, así que relájate. Vamos por nuestro equipaje.
Eufóricas vamos por nuestro equipaje. Después conseguimos un taxi y le damos la dirección del lugar donde nos quedaremos.
Gun Soo está pegada a la ventana observando la cuidad, viéndolo bien Seúl y LA son cosas muy distintas en todos los sentidos, aún así las dos ciudades son encantadoras.
Al ver las calles tan reconocidas me hace sentir bien... en paz, este es mi hogar, nunca debí salir de aquí.
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Un Par De Lunáticos Coreanos
Fiksi Remaja¿Por qué todo el mundo ama Corea del Sur? Jenna Peterson siempre se lo preguntó. La vida de esta rubia problemática cambia por completo cuando su madre se casa por segunda vez, pero el "pequeño" problema es que es coreano, lo que significa para ell...