Capítulo: 29 "Una puerta engañosa"

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Mis ojos comienzan a sentirse pesados, todos están muy contentos cantando música en coreano y bailando.

—Parece que alguien se está desmayando aquí. —Susurra muy cerca de mi rostro Chung hee, me retiro unos centímetros de él y observo sus ojos.

¿Qué me pasa? Ahora siento como si haya corrido un maratón.

—Si... —Digo aún mirando sus ojos, Chung hee sonríe y toca mi mejilla y cierro los ojos automáticamente.

—¡Parece que alguien traerá la leña para la fogata mañana temprano!

Escucho que grita ¿Dae Hyun?

—Abre los ojos Jenna. — Escucho a Chung hee y comienza a zangolotearme.

Abro los ojos y lo miro molesta, al parecer todos me miran.

—Mañana traerás la leña para la fogata junto a Dae Hyun. —Dice Gun Soo parece sorprendida.

Miro al frente y Dae Hyun me está mirando con una sonrisa.

«Maldito»

—Ve a dormir, mañana tienes que levantarte a las seis de la mañana. — Chung hee mira molesto hacia la dirección donde está Dae Hyun.

—¿Es delito tener sueño? —Tallo mis ojos para mantenerme despierta.

—Es una tradición, el que se rinda primero en la fogata de iniciación traerá leña junto a quien descubrió que te estabas durmiendo.

Me quito la frazada y me pongo de pie.

—Que absurdo. Buenas noches.— Digo sin ganas de moverme y camino a mi cabaña.

Me pongo la pijama y antes que todo le escribo un mensaje a mamá que estoy bien y que ahora dormiré. Puse la alarma en mi teléfono y me hundí entre las sábanas ¡Este lugar es muy frío!

(...)

Mi teléfono comienza a sonar como loco, lo apago y veo en la otra cama si está Gun Soo quién no se mueve para nada. A regañadientes buscó mi ropa y me pongo unos lejeans térmicos color verde militar una blusa de manga larga y cuello de tortuga color negro me pongo unas botas largas de piel negras, gorro, guantes y por último mi abrigo negro.

Tomo mi teléfono y salgo de la cabaña. ¡Dios que frío está haciendo!

¿Que se supone que debo hacer? No hay ninguna sola alma afuera, sólo quedan rastros de la fogata de ayer por la noche.

—Pensé que no vendrías. — Aparece del otro lado Dae Hyun con un abrigo color café pantalones negros y gorro negro.

Se ve... lindo.

—Llevo mucho tiempo esperándote. — Mentí.

—Que mentirosa eres. —Sonrío y camino— Tengo veinte minutos esperándote y ví que recién saliste de tu cabaña.

—Lo que sea, hagamos lo que debemos hacer, necesito dormir más. —Digo bostezando.

—Vamos, iremos al bosque. — Hizo una seña para que lo siguiera.

¿Que tan peligroso es estar en un bosque a las seis de la mañana con un chico que hace pocos días te quería ver mal? Supongo que es una señal, pero mi cerebro ahora no reacciona como debe ser.

—Eres muy lenta, apúrate no quieres terminar devorada por algún animal salvaje. — Dae Hyun comienza a buscar con una linterna la madera que llevaremos al campamento.

—Es mentira. Hago lo que puedo ¿De acuerdo? —Sigo a Dae Hyun.

—Detén la linterna yo recogeré la madera. — Me entrega la linterna y la tomo de mala gana.

Un Par De Lunáticos CoreanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora