Siento una ráfaga de viento helada en mi rostro, me remuevo y abro los ojos. Miro a mi alrededor confundida. Aún estoy...
¡¿En la azotea?!
Me levanto de golpe y observo todo aturdida, tengo una manta gris que me cubre el cuerpo, miro a mi lado y Dae Hyun está dormido.
Saco mi teléfono de mi abrigo y veo la hora. Son las seis en punto. También tengo llamadas perdidas.
—Dae Hyun. —Digo cautelosa, pero el chico no se levanta.
Me quedo mirando su rostro ¡Demonios! ¿Cómo le hace para tener un rostro perfecto?
La piel pálida de Dae Hyun hace que resalte su cabello oscuro, sus labios un poco gruesos son de un rosa que juraría que se pone labial. El cabello le cae en la frente y parece que duerme plácidamente.
Observo el amanecer tranquilamente y suspiro.
Hoy por fin regresamos a la realidad de nuestras vidas. Lo cual no me entusiasma del todo, pero hay algo que si extraño y es estar en mi propia cama.
— ¿Qué hora es? — Escucho la voz de Dae Hyun. Lo miro y pasa sus dedos por su cabello.
—Son las seis de la mañana ¿Por qué no me despertaste? —Digo levantándome del camastro.
—Estabas casi noqueada, preferí dejarte dormir. Es hora que volvamos nos vamos a las siete y media. —Se levanta y comienza a estirar su cuerpo.
—Creo que estaré en problemas. — Miro mi teléfono, tengo veinte llamadas perdidas de Chung hee y diez de Gun Soo, también tengo más de diez mensajes de texto.
Dae Hyun me arrebata el teléfono y miro todas las llamadas perdidas.
—Si que te irá mal. Vamos. Despidamos este lindo lugar.
No creo que vuelva a venir a este campamento así que lo observo contenta de verdad que estos días fueron increíbles.
Ambos bajamos con suma cautela de la azotea y salimos por una puerta trasera que está en la cocina. Por suerte no hay nadie, vamos a las cabañas y me despido con la mano de Dae Hyun y corro a mi cabaña. Abro casi sin hacer ruido, pero mi misión es fallida, Gun Soo me espera con los brazos cruzados.
— Omo! naneun nega gil-eul ilh-eun jul al-ass-eo! neo eodi iss-eoss ni?
No sé que me aterra más, si lo furiosa que está Gun Soo o su idioma.
—No comprendo. — Sólo pude decir.
— ¡Aish! ¡Pensé que estabas perdida! ¿Dónde estabas? ¿Sabías que Chung hee y yo no dormimos toda la noche por estar buscándote?.
Vaya... sí que está molesta.
—Estaba en el campamento, sólo necesitaba estar sola —Tomo mi maleta y saco unos jeans color azul y una blusa holgada de los Mariner's de papá—Me iré a duchar para salir ya de la cabaña, debemos estar a las siete y media formadas para subir al autobús.
— ¿No me contarás por qué no llegaste a dormir? — Gun Soo se cruza de brazos.
—Lo haré, pero necesitamos apurarnos. — Gun Soo asiente.
Ahora solo falta enfrentar la furia de Chung hee que supongo que será superior a la de Gun Soo. Me ducho rápidamente y cuando salgo no me seco el cabello. Aunque presiento que traeré un desastre de cabello por esa razón.
Termino de acomodar mi maleta y me pongo unos tenis converse color rojo. Tomo mi maleta y ayudo a Gun Soo con su bolso y ambas salimos de la cabaña. Ya todos van para el estacionamiento con sus respectivas maletas. Me duele el estómago solo de pensar que Chung hee está furioso ¿Acaso no puedo desaparecer por un buen rato?
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Un Par De Lunáticos Coreanos
Ficção Adolescente¿Por qué todo el mundo ama Corea del Sur? Jenna Peterson siempre se lo preguntó. La vida de esta rubia problemática cambia por completo cuando su madre se casa por segunda vez, pero el "pequeño" problema es que es coreano, lo que significa para ell...