Miré mi reloj de mano, eran las doce de la noche, seguro mi madre y Chin Hwa ya estaban dormidos. Aún no podía procesar la noticia ¿Vivir en Corea del Sur? Eso es realmente loco, dejar LA por un lugar completamente desconocido, donde desconozco por completo su idioma y está al otro lado del mundo.
"Amor, estoy fuera de tu edificio ¿Qué sucede?"
Robert me envió un mensaje yo tomé mi bolso con mis cosas, ni loca pasaré la noche en este lugar, no puedo imaginar mi vida sin estar aquí. Abro la puerta de la habitación y lentamente salgo, pero no imaginé que Chin Hwa estuviera trabajando a éstas horas en su computadora. Él me miró y sonrió.
— Jenna...—Yo lo miré—Ve con cuidado, y piensa todo esto, no te presiones tomarás una decisión que creas que sea la indicada.—Yo le sonreí y asentí.
Cuando salgo del edificio sentí la brisa refrescante y suspiro para después entrar al auto de Robert.
—¿Qué sucede Jenna? —Pregunta Robert y yo escondí mi rostro entre mis manos.
—Mamá quiere que nos mudemos a Corea del Sur. —Robert no dijo nada, sólo se dedicó a encender el auto.
Durante el camino a su departamento no dijo una sola palabra, de verdad estaba preocupada, odio cuando se comporta así. Llegamos a su departamento en un silencio total hasta que decidí ponerme frente a él.
—Robert di algo, odio cuando estás así. —Robert sólo suspiró.
— Vamos a dormir, mañana hablaremos de todo. —Me tomó de la mano y me condujo a su habitación. Yo me quedé parada. — ¿Qué sucede?— Pregunta.
— ¿Dormiremos en la misma cama?
La verdad es lo más extraño Robert siempre evita que estemos juntos en un lugar muy privado.
—Si... ¿Prefieres que duerma en el sofá?—Yo negué y sonreí tímidamente.
— Quiero dormir contigo.
Robert y yo nos recostamos en la cama. Esto me pone nerviosa Robert nunca había querido dormir conmigo.
— Oye... todo estará bien, nada cambiará entre nosotros.—Me dijo en el oído y me abrazó por detrás, quedándome profundamente dormida.
El despertador de mi teléfono suena, miro hacia el otro lado de la cama y Robert ya no estaba sólo estaba una nota.
"Perdón Jenna, tengo algo importante que hacer en la tarde platicaremos, dejé tu desayuno favorito en la cocina."
Esto no estaba bien Robert me estaba evadiendo. Tomé molesta mi bolso y me coloqué unos shorts de jean y una ramera color negra de Robert. Le dejo la nota donde la había dejado y salgo de la habitación, y ahí está el desayuno que me preparó, lo miro nostálgica y salgo de la casa.
Antes de llegar a casa me quedo en la playa y la miro por un rato. No entiendo cuando cambió todo en mi vida, mi madre está casada y ahora quiere vivir en Corea del Sur. No sé qué hacer, no quiero dejar a Robert, pero tampoco no quiero ver a mi madre mal.
Suspiro y me preparo para ir a casa, pero el chico asiático que le arrojé mi teléfono estaba justamente a un lado de mí. Trae una gafas de sol que puedo jurar que no se veía nada mal.
— Hola ¿Está Chin Hwa en tu casa? —Me preguntó.
Desde cuando Chin Hwa vivía con nosotras. Yo negué.
—Supongo que eres cercano a él, búscalo en su trabajo. Adiós—Lo dejé varado en la playa y fui casa.
Llegue y mamá está en su computadora supongo que trabajando.
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Un Par De Lunáticos Coreanos
Ficção Adolescente¿Por qué todo el mundo ama Corea del Sur? Jenna Peterson siempre se lo preguntó. La vida de esta rubia problemática cambia por completo cuando su madre se casa por segunda vez, pero el "pequeño" problema es que es coreano, lo que significa para ell...