Capitulo 36: Amor prohibido (3° parte de la maratón)

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En los pasillos de Howgarts, estaba caminando una pelinegra. Estaba buscando a sus dos amigas. Se sentía sola, quería contarles lo que le estaba pasando, pero no sabía cómo ellas se lo iban a tomar, puesto que lo que le ocurría estaba prohibido, para la vista de todos.

Narra Autora

Hace algunas semanas, precisamente luego de las vacaciones de navidad y año nuevo, Hagrid sufrió un accidente en el bosque, nada grave. Pero ya por su avanzada edad, había algunos trabajos que él no podía realizar, y entre ellos, el de realizar clases a los alumnos. Es por este motivo que Mcgonagall, pidió a uno de sus más destacados alumnos, que fuera ayudar a Hagrid.

Las clases las habían dividido, de primero a cuarto las daría Hagrid. Mientras que de quinto a séptimo, las daría Charlie Weasley. Un hombre ya de cerca a los cuarenta y cinco años.

Un día cuando le toco hacer la clase a los alumnos de quinto, una pelinegra de la casa de Ravenclaw, se le quedo mirando, ambos... se quedaron mirándose. Ella se ofreció como su ayudante y él acepto.

Ellos se conocían, ya que él era el tío de su mejor amiga.

Los días pasaban y se volvían más cercanos, hasta que de pronto ella de un impulso lo beso.

-¿Qué hace señorita De Louis?- pregunto Charlie, un tanto perturbado.

-Lo lamento profesor, fue un impulso- dijo Tamara- es que usted me gusta mucho, desde que lo conozco. Lo amo.- dijo la pelinegra, que no sabía de dónde había sacado la valentía, para declarársele a ese primer amor.

-Señorita, yo soy su profesor- dijo Charlie, frunciendo el ceño- además de ser... mucho más mayor que usted.

-Tamara, te conozco desde los once años, eres la mejor amiga de mi sobrinita. Yo nunca te he visto con otros ojos, que no sea... como una niña- dijo Charlie, más calmado.

Charlie, al pasar los años se había vuelto más guapo. Su cabello pelirrojo, sus ojos color miel, su rostro con pecas y una mirada dulce.

-Lo lamento- dijo Tamara, que salió corriendo de la oficina de profesores, llorando como una Magdalena.

Una semana después.

Charlie miraba de reojo a Tamara en clases, pero ella agachaba la cabeza, estaba avergonzada por lo ocurrido. Se alejo de sus amigas, tenía miedo en decirles que se había enamorado de su profesor.

Hace dos días atrás.

Tamara, iba caminando por los pasillos de Howgarts, cuando ve una escena que le rompió el corazón. Estaba Charlie Weasley, junto a la profesora Mcgonagall y una señorita que ella no había visto jamás. Era alta, morena y de ojos verdes claros.

Se acerco con cuidado a donde ellos estaban, y se escondió detrás de una puerta.

-¿Y cuando pretenden casarse?- dijo Mcgonagall

-Al terminar este año escolar- señalo Charlie con una gran sonrisa

-Los felicito, a los dos- dijo la directora- hacen una pareja increíble.

-Muchas gracias, señora directora- dijo la mujer

-No tienes que tratarme tan formal, Alexandra- dijo Mcgonagall- mal que mal, conocí a tus padres. Estoy segura que Sirius Black y Marlene Mckinnon, deben estar felices por la unión de ustedes dos.

-Gracias- dijeron ambos 

Tamara, tomo aire y muy despacio para que no la vieran, salió corriendo en dirección al jardín. Se sentó bajo un árbol y comenzó a llorar desesperada.

-¿Por qué?- decía Tamara, llorando. Cuando siente que alguien se acerca por detrás de ella, y le toma el hombro.

-¿Qué te ocurre?- le dijo un muchacho.

Ella se da vuelta asustada, pero al ver bien de quien se trataba, lo abrazo con fuerza.

-Enrique, ¿Qué haces aquí?

-Te vi desde lejos. Hace tiempo que te veo extraña y ya no te juntas con tus amigas, ¿te paso algo?, ¿quieres que te ayude?

-No, es que tan solo... estoy triste- dijo Tamara

Enrique, la quedo mirando. Ellos a pesar de ir en casas distintas, se llevaban bien, porque se conocían a través de sus amigos que eran primos. Y aunque Tamara no lo sabía, Enrique la amaba en silencio.

-Abrázame muy fuerte- dijo Tamara

Enrique no lo dudo y la abrazo. Luego de unos minutos, tomándole la cara no lo pensó dos veces y le dio un tierno beso, el cual ella acepto . Al pasar los minutos y por falta de aire se separaron.

-Tamara, me gustas y estoy enamorado de ti, ¿quieres ser mi novia?- dijo el moreno.

Pero Tamara lo quedo mirando y se puso a llorar. Salió corriendo en dirección al castillo, dejando a un moreno muy triste.

Continuará...  

¿Qué hago con este amor? Scorpius MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora