Tom miró a Bill que estaba viendo la pantalla intensamente, agarrando su camisa tan fuerte, que su cuerpo empezaba a temblar. No podía dejar de preguntarse, si eso, si viendo eso, era autolesionarse.
Bill ni siquiera parpadeaba. Era como si lo estuviese viendo sólo para torturarse a sí mismo.
La fuerza que corría a través de él, en realidad parecía que quería romper la pantalla.
Tom en realidad no prestaba atención a lo que estaba pasando en la pantalla, sus ojos sólo estaban fijos en Bill, como si quisiera asegurarse que estuviera bien. Sin embrago no preguntó, sabía que sólo obtendría un comentario rápido o tal vez ni siquiera una respuesta.
Cuando el programa finalmente terminó, Tom tomó el control remoto y apagó la televisión, porque no parecía que Bill fuera a hacerlo. Varias veces durante el programa, Tom había querido agarrar el control remoto y apagar la TV, así que se sintió aliviado ahora que había terminado.
El supo que las cosas más difíciles para él, las había revivido. Lo vio por la forma en que Bill estaba rígido, su respiración acelerada; pero él nunca apartó la vista de la pantalla.
Fueron las escenas del interrogatorio, la investigación de los cadáveres, y además, bastante extraño, una escena que mostraba a dos personajes besándose y demostrándose amor. Podía ver que Bill estaba sufriendo, pero nunca se atrevió a apagar el televisor.
Miedoso de mierda.
Bien, si Bill se quería torturar viendo esto, Tom no podía detenerlo, ya que no le estaba haciendo daño físicamente.
La pregunta era, ¿por qué Bill le pidió a Tom que se quedara? Tom tenía la impresión de que a Bill no le gustaba mostrar sus sentimientos de ninguna forma. Aunque, tal vez pensó que había sido capaz de enmascarar su miedo. Tal vez pensó que Tom no lo había notado.
La televisión estaba apagada, pero Bill seguía agarrando su camisa, su pecho se movía rápidamente hacia arriba y hacia abajo al respirar velozmente por la nariz.
— ¿Estás bien? –preguntó Tom cuidadosamente poniendo el control remoto en la cama, junto a él.
No volteó su cabeza para mirarlo, pero asintió, respirando aún más fuerte de lo que a Tom le hubiera gustado. Odiaba que se sintiera un poco preocupado. – ¿Por qué tienes que ver eso?— Porque me gusta –dijo Bill con la voz un poco entrecortada. Estiró las piernas, y las deslizó hasta sentarse en el borde de la cama, sus pies tocaban el suelo.
— No veo cómo lo haces –dijo Tom frunciendo el ceño. Las manos de Bill estaban temblando.
— Bueno, lo hago. ¿Te puedes ir ahora?
Tom parpadeó.
Bill nunca le había pedido que se fuera. Bueno, excepto la vez que le había gritado a la cara que se largara, porque Tom había mencionado la palabra padres; pero eso no era lo mismo. Su voz era diferente ahora; no estaba enojado, no estaba fuera de control. Parecía cansado.
— Bueno… –dijo Tom, ya que no le podía decir que él se quería quedar. Sobre todo cuando Bill sonaba de esa forma. Tal vez se hubiera quedado si le hubiera gritado. Se levantó y se acercó a la puerta. – ¿Vas a estar bien? —preguntó, mientras abría las cerraduras desde el interior.
Bill sólo tarareo un —Humju— Tom tomó eso como un sí y abrió la puerta.
En realidad no lo quería dejar solo cuando tenía esos problemas, pero sentía que tenía que hacerlo.
Él no sabía cómo podría sentirse Bill con Tom tratando de calmarlo y reconfortarlo, así que era mejor salir. El prisionero probablemente se sentiría mejor estando solo.