XLXVII.- Cuenta atrás (Parte I)

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—¿Estás loco?

—¿Sí o no?

—... Estoy demasiado loco para siquiera considerar esto.

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Mediados de abril

Algo había cambiado drásticamente en Tom desde el día en que había tenido que hablar con Anne. Bill no tenía idea de qué era o exactamente lo que había sucedido, pero Tom estaba casi completamente siendo el mismo de siempre otra vez. Bill no había dicho nada al respecto todavía, pero estaba casi seguro de que Tom estaba colocando una fachada para él. Habían pasado casi dos semanas, y era demasiado... normal. Era como si estuvieran de vuelta a los viejos tiempos, antes de que Tom lo dejara, y antes de la sentencia de muerte de Bill. Antes de que todo se fuera al infierno.

Eso hizo sentir a Bill extrañamente incómodo. Todo el mundo, no sólo Tom, estaba actuando de manera extraña a su alrededor. Otros prisioneros lo miraban y lo hacían desviar la mirada. No estaba acostumbrado a las miradas lascivas, no así, no tan obvias. Ellos eran quienes desviaban la vista cuando los miraba, pero ahora sentía como si hubiera perdido la mayoría de su energía desde que se enteró que iba a morir. No necesitaba eso. Él no tenía por qué dar lástima, no le hacía falta gente que trataba de ser amable con él. Él estaba muy bien por su cuenta, así le gustaba.

Aunque últimamente —por su cuenta—, incluía a Tom. Tom lo visitaba todos los días y era tan normal, tan Tom. Había algo aterrador en ello, había algo en Tom que hizo sentir a Bill tan incómodo. Algo no estaba bien, pero Bill no podía poner el dedo en lo que era. Tal vez se había hundido aún más en la negación a pesar del hecho de que ahora, al igual que Bill, ¿tenía charlas periódicas con Anne? Fuera lo que fuera, estaba empeñado en no decirle nada a Bill en absoluto.

Era justo, pensó Bill con una leve mueca. Tom condujo a Bill a la locura y ahora era el turno de Bill de hacer lo mismo.¿Por qué no podía terminar así?

—Luces como si tuvieras algo en mente.

Bill parpadeó y miró a Tom. Así que sí tienes...

—No, no —mintió. Si Tom podía fingir entonces él también podía.

—Puedes mentir mejor que eso —comentó Tom, frunciendo el ceño.

Bill suspiró y apoyó la cabeza contra la pared fría, cerrando los ojos—. Bueno, lo intenté.

—No tienes que "intentarlo" conmigo.

—Mira quién habla —espetó Bill, molesto a la vez. Él había estado tratando con esto durante dos semanas ya, era tanta mierda de Tom que podía soportar. Si Tom no iba a admitir tan siquiera que algo estaba pasando, entonces Bill realmente tenía razones por que molestarse.

El ceño de Tom se hizo más profundo—. ¿De qué estás hablando?

Bill suspiró de nuevo frustrado, y se levantó. Se acercó a la ventana enrejada, pero Tom se quedó sentado en la cama, siguiéndolo con los ojos—. Estás tan bien —Bill se apretó hacia fuera y siguió a las nubes grises que parecían flotar constantemente sobre él últimamente. Se preguntó cuándo había empezado a preocuparse por estas cosas. ¿Cuándo empezó a preocuparse de si Tom es falso o no?

—¿Tan bien? —hizo eco Tom, audiblemente confundido.

—Tuviste un accidente hace dos semanas —explicó Bill— ¿cómo puedes estar de regreso? —Se dio cuenta que no podía seguir con la envidia en su tono. Lamentó no haber sido capaz de hacer lo mismo, quizá eso es lo que le molesta tanto—. Incluso si estás fingiendo, ¿cómo puedes estar de regreso?

PRISIONERO 815 (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora