Estaba despertando, Tom lo podía decir por los movimientos de sus pupilas debajo de sus párpados. Pronto sus ojos se abrirían, recordaría todo lo que había sucedido y sería la persona que había sido durante el último periodo de tiempo, o regresaría a ser el viejo Bill. Tom no tenía idea de que esperar, pero estaba seguro que era lo que deseaba.
Permitió a Bill que regresara a conciencia a su propio ritmo, hasta que finalmente sus ojos se abrieron y miraron con cautela el techo. Parecía confundido al porque estaba de nuevo en su celda y Tom sintió un punzada de dolor cuando Bill intentó levantar sus brazos pero se dio cuenta que estaban amarrados a la cama, al igual que sus piernas.
Bill soltó un tembloroso suspiró y entreabrió los labios.
- Estoy teniendo un grave déjà vu,-dijo con la voz un poco ronca. Se quedo en silencio por varios minutos antes de hablar de nuevo, sus ojos se deslizaban por toda la habitación sin decidirse por nada en particular.- ¿Qué pasa contigo? ¿Por qué te empeñas en estar aquí todo el tiempo?
Tom ignoró la pregunta. -¿Qué es lo que recuerdas?
Bill frunció el ceño y pensó por un momento, luego palideció. - Mierda,- murmuró. - Yo... Yo no estoy seguro.
- ¿Qué significa eso?
- No lo sé...- se detuvo y miró a Tom, pero sus ojos no se posaron en su rostro.- Yo hice eso, ¿lo hice?
Tom movió su brazo, tirando de la manga de su camisa para cubrir la marca rojo en su antebrazo. Tom lo hubiera cubierto antes pero hacia demasiado calor en la celda, ahora se arrepintió de no haberlo hecho antes. - Hm...
Bill no necesitaba escucharlo decir que sí para saber cuál era la verdad, volteó su cabeza, la expresión de dolor en su cara hacia que el estómago de Tom ardiera.
- Oye, Bill, no es...
- No,- susurró Bill y su mandíbula tembló peligrosamente.
Tom puso una mano sobre su brazo. - Oye, tú...
Bill se congeló a su toque y poco a poco volvió la cabeza hacia él. En su rostro se leía incredulidad y parecía como si estuviera tratando de conectar algunos de los recuerdos anteriores.
- Tú...- luchó por encontrar la palabras. - Me drogaste.
Tom tragó saliva y asintió. - Lo siento.
Bill volteó de nuevo la cabeza y deseó poderse sentar.
Le dolía la cabeza y sentía como si quisiera enfermarse. Los recuerdos de lo que había pasado era muy difusos, pero podía recordar claramente la sensación de Tom presionando una aguja contra su cuello. Quería enojarse, quería molestarse y sentirse traicionado, pero sabía que se lo merecía. ¿Qué se suponía que Tom debía hacer?
Simplemente no quería pensar que había sido necesario. No quería ver las marcas rojas en el brazo de Tom o recordar el fuerte agarre en sus muñecas. No estaba seguro, pero se preguntaba si había, en algún momento, dado un rodillazo en la ingle. Dios, sí que estaba chiflado. Pensar que había conseguido mejorar había sido muy optimista. Había terminado de regreso justo en donde siempre lo hacía, atado y sin poder moverse.
Recordó algunas cosas de ayer, o cualquier día que fuera, su sentido del tiempo no estaba intacto en ese momento. Algunos de los recuerdos que tenía eran oscuros, realmente oscuros, en ese momento había estado realmente seguro acerca de todos ellos. Lo hubiera hecho, estaba seguro de eso. Un poco más de tiempo y hubiera...
- No deberías estar aquí,- murmuro, su rostro aun volteado hacia la pared de piedra color gris. - No deberías estar cerca de mí.
- No te tengo miedo.