Dinah

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*Lauren Pov*

—De acuerdo —trato que no note que no quiero ir.

Toma de nuevo su teléfono y veo que escribe un mensaje. Me mira y sigue escribiendo. Me parece extraño, me gustaría saber a quién va dirigido. Pero no quiero que piense que le controlo.

—¿Te sientes mejor? —antes de que pueda contestar su móvil pita, supongo que será la respuesta.

—Sí, estoy totalmente recuperada. Ese polvo blanco es la caña —le digo sonriendo, y suelta una carcajada.

—Sí, y de una caña sale —dice mientras termina de vestirse.

Media hora después ya está preparado para irse.

—Debería ser delito ir así vestido al trabajo —le digo—. ¿Tendré que ponerme celosa de tus clientes?

—No tienes que ponerte celosa de nadie —dice mientras me toma de la cintura y tira de mí—. Tengo a la clienta más guapa esperándome en casa —me besa para despedirse.

Ninguno quiere soltar al otro, y poco a poco nuestro beso se va alargando y volviéndose más intenso. Nuestras respiraciones son fuertes. Un gemido sale de la boca de Zayn, y todo mi cuerpo se activa. Su lengua busca desesperada la mía. Más gemidos. Ya no logro distinguir si son suyos o míos. Sus manos repasan mi contorno con ansia.

—¿Me quieres hacer perder otro día de trabajo? —dice mordiendo mi labio inferior.

—¿Podríamos? —no me parece mala idea.

—Me temo que no cariño. ¿Sabes el día tan malo que voy a pasar hoy? Todavía no me he ido y ya estoy deseando volver —pasa su lengua por mi cuello. Me está torturando.

—Me puedo hacer una idea —le digo—. Sé de otra persona que está en las mismas condiciones.

—Mmmm, eso me gusta -vuelve a besarme—. Prepárate cuándo regrese a casa —me mira con una ceja levantada. Ese gesto le hace todavía más atractivo.

—No tardes —le miro sensualmente
—. Brrrr —dice sonriendo y se aparta de mí—. O me voy ya o acabaré perdiendo a mis clientes —toma su maletín y besa mi frente—. Sé buena —dice mientras sale de casa—. Si te sientes mal llámame inmediatamente —le oigo gritar en el pasillo.

Cierro la puerta mientras pienso en lo increíble que es Zayn. No me hubiera importado que perdiera un día más de trabajo. Pero no puedo hacerle eso. Es un hombre muy responsable, y me gusta que siga siéndolo.

Entro en la habitación, hago la cama y preparo la ropa que me voy a poner. Saco un par de toallas de su ordenadísimo armario. Me vendrá bien un baño relajante.

Tras más de una hora dejando que las burbujas masajeen mi cuerpo salgo del agua. Estoy totalmente arrugada por el tiempo que he pasado dentro. Con calma, seco mi cuerpo, ha sido el mejor baño que me he dado jamás. Termino de vestirme y voy a la cocina para tomar mi desayuno. Zayn ha dejado dos pequeños bollos rellenos de chocolate en la encimera, sé que es un mensaje subliminal.

Preparo un buen tazón de leche para acompañar y me lo termino todo. Cuándo creó que ya no hay más por hacer camino hasta la habitación de los libros. No he dejado de pensar en el álbum desde que lo encontré. Pongo mi mano sobre el pomo de la puerta para abrirla, cuándo oigo sonar el timbre. 《Qué extraño》, me digo 《No es mi casa, creó que no debería abrir》. Pero la intriga de saber quién es me mata, y decido, al menos, echar un ojo por la mirilla.

Camino despacio para que no se oigan mis pasos. No quiero que piensen que hay alguien en la parte que es casa en el hotel. Con mucho cuidado, pongo mi ojo en el pequeño punto de luz que hay en la puerta y miro al exterior.

Don't Say You Love Me  |Terminada| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora