*Lauren pov*
Maratón 3/4
—¡No puede ser! ¡No puede ser! —digo conmocionada con una mano en mi boca. Quiero negar en mi cabeza lo que acabo de descubrir—. Zayn. Oh, Dios mío.
No puedo seguir leyendo, las lágrimas acumuladas en mis ojos me lo impiden. Una ola de dolor arropa mi cuerpo, y un puzzle gigante comienza a armarse en mi cabeza. El mundo felíz en el que vivía los últimos días acaba de tambalearse. Frases de Zayn se arremolinan rápidamente en mi cerebro.
Mi abuelo y mi padre también tenían problemas de autocontrol. Y el resultado de ello son familias rotas.
Jamás hubiera podido imaginar el dolor que escondían esas palabras. Pongo las manos sobre mis ojos y lloro desconsoladamente.
Tampoco voy a arriesgarme a tener hijos y condenarles a pasar por esto. Ni a ellos ni a las siguientes generaciones.
Es lo más grave que le puede pasar a un ser humano. Ver cómo matan a tu familia y más siendo un niño tan pequeño.
Hay cosas de las que todavía no estoy preparado para hablar. Y esta es una de ellas.
Mi corazón se parte en mil pedazos y una enorme bola de pena ocupa su lugar. No creo que una persona pueda estar preparada jamás para hablar de algo así. El simple echo de recordarlo debe hundirle en ese mismo momento.
Sé que mi problema no está demostrado científicamente qué sea de origen genético, pero viendo mi experiencia, no seré yo quién quiera comprobarlo.
No le falta razón. Ahora entiendo sus miedos.
—Oh, Zayn —no puedo evitar sentir una punzada de culpabilidad por lo que acabo de descubrir—. Mi pobre Zayn.
Acabo de entenderlo. Mis ojos se abren con sorpresa. 《No, no. No... no, no.》No quiero seguir escuchando a mi cerebro. Mi problema con Camila debe estar recordándole diariamente algo que lleva años intentando olvidar. Sin saberlo, estoy generándole constantemente daño. Cada vez que me mire a los ojos, solo podre ver su tortura interna, su calvario.
Se siente obligado a protegerme para que no me ocurra lo que a su hermana y su madre. Realmente necesita ayudarme, y tal vez es posible que confunda sus sentimientos, debido a todo lo que ha ocurrido en su vida. Pueda que ni siquiera él mismo sepa lo que siente por mí. Su obsesión con auxiliarme le está confundiendo. La presión está pudiendo conmigo, mi cuerpo está empezando a debilitarse.
Trato de ponerme de pie para ir hasta la cama, necesito estar tumbada si no quiero caerme. Introduzco el recorte dentro de las hojas del álbum. Quiero dejarlo antes en su lugar. Mis piernas se niegan a seguir avanzando. Intento sujetarme a la mesa con torpeza, y sin darme cuenta dejo caer un pequeño jarrón de barro. No llego a oír cómo se rompe. Todo se vuelve oscuro antes.
—¡Si, joder! Sí. Ya está —abro mis ojos al oír gritos—. ¡Qué sí, coño, he echo lo que me has dicho! ¡puse sus piernas en alto y una almohada debajo de la cabeza! —Dinah está al teléfono muy alterada. Descubro que tengo mis piernas en una silla y que en mi cabeza hay un cojín. Me mira sorprendida—. ¡Zayn! Escúchame —pausa—. ¡Zayn, que te relajes y me escuches! Lauren acaba de abrir los ojos —silencio—. Sí. No corras, por Dios, a ver si vamos a tener dos en vez de uno.
—¿Me pasó otra vez? —digo preocupada.
—Oh, maldita sea, Lauren. No vuelvas a hacer algo así —está asustada. Me abraza fuertemente—. He estado a punto de acabar desmayada encima de ti. Imagina la cara del cantante casi doctor amor cuando hubiera entrado.
—Dinah, no creo que esto sea algo que yo haga y deshaga cuando me dé la gana —le digo tratando de levantarme.
—¡Quieta ahí! —me sujeta—. Una ambulancia viene de camino, y Zayn está apunto de llegar. No quiero que piensen que les he llamado por nada. Tendrás que seguir en el suelo para darle más dramatismo.
—Dinah, no seas idiota —me incorporo con dificultad.
Suena un gran estruendo. Estoy segura que ha sido la puerta chocando contra la pared.
—Creo que Thor, el dios del trueno, acaba de llegar, y no hablo del gato de tu vecina —dice dinah mirándome—. ¡Estamos aquí! —grita.
Tras unos segundos, Zayn aparece sofocado.
—¿Estás bien? —se arrodilla junto a mí.
—Estoy perfectamente —le digo. No quiero que se preocupe más.
Cuando sus ojos se clavan en los míos todos los recuerdos de hace solo unos minutos aparecen en mi mente. Mis ojos se empañan.
—¿Te has echo daño? ¿te duele algo? —el alma entera, me duele, pero no se lo digo. Este dolor no se irá con medicamentos.
—No —soy incapaz de sostenerle la mirada.
El timbre suena.
—Deben ser los de la ambulancia —dice Dinah—. Cuánto habrás corrido para llegar antes que ellos —le riñe.
—Ahora vengo —Zayn sale de la habitación. Puedo oírle saludar a alguien, seguro que también les conoce.
Después de un par de minutos vuelve a entrar. Me extraña que venga solo.
—¿No vienen? —pregunto extrañada.
—No. Les dije que se fueran. Esto ya está controlado, y seguramente alguien necesite hoy esa ambulancia más que nosotros —me guiña un ojo—. Si nos hace falta volveremos a llamar y ya está —asiento.
Entre los dos me ayudan a levantarme y nos sentamos en el sofá. Zayn, después de comprobar que mi tensión y azúcar siguen bajos, me prepara un poco de café muy endulzado. Mi cuerpo se siente mejor tras unos minutos. Puedo levantarme sola, y apenas siento mareo. No puedo decir los mismo de mis emociones, no he sido capaz de centrarme en ninguna de las conversaciones que hemos mantenido.
Dinah está cansada y se despide de nosotros. Zayn le acompaña hasta la puerta y cuándo regresa se sienta muy cerca de mí. Sujeta con sus dedos mi barbilla, y me besa tiernamente. No puedo devolverle el beso.
—¿ocurre algo? —me pregunta extrañado.
—No —no sé qué decirle ni por dónde empezar. Estoy totalmente bloqueada. Vuelve a mirarme extrañado.
Por el rabillo del ojo compruebo que está pensativo. Frunce su ceño y se levanta algo nervioso. Camina en dirección al cuarto de los libros. Me incorporo rápidamente. 《¡Mierda! ¡El álbum!》, me digo. Acabo de recordar que lo dejé sobre la mesa. Por la habitación en que he sufrido el desmayo creo que Zayn ha atado cabos. Mi corazón palpita a gran velocidad.
—¡Saint ciel! (Cielo santo/santo Cielo) —grita en francés.
—No, no, no, no... —digo mientras intento ponerme en pie. Sé que lo ha descubierto.
Grandes pasos suenan cada vez más fuertes, y mi cuerpo comienza a temblar. Hacía años que no sentía esto. Mi confianza ciega hacía él ha cambiado. Ahora tengo miedo de que pueda golpearme.
Zayn entra al salón totalmente fuera de sí. Su mirada está tan pérdida como aquella vez en el gimnasio. Respira fuertemente por su nariz y trae el álbum en una de sus manos.
—¿¡HAS SACIADO YA TU MALDITA CURIOSIDAD!? —grita.
Antes de que pueda contestar lanza el álbum contra el televisor y la pantalla se rompe.
—Zayn —estoy a punto de llorar.
—No has podido esperar, ¿Verdad? —dice con desprecio. Hay mucho dolor en su mirada—. ¿Ya has descubierto todo lo que querías saber sobre mí o quieres los detalles escabrosos? ¡¡POR QUE RECUERDO EL PUTO SONIDO DEL CUCHILLO CUANDO ATRAVESABA SUS CUERPOS!! —sus ojos se llenan de lágrimas. Toma una de las sillas y golpea una vitrina con ella. Introduce sus manos dentro del mueble y saca dos botellas de whisky.
—Zayn, ¿Qué vas a hacer? —estoy tan asustada como preocupada.
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Don't Say You Love Me |Terminada|
FanfictionTenía la vida perfecta, la mujer perfecta, los amigos perfectos, el trabajo perfecto, pero no lo supe valorar. solo me pedía un hijo para completar nuestra Unión, teníamos las condiciones para traer a un bebé al mundo pero igual se lo negué. le neg...