Avances.

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*Lauren pov*

Zayn ha estado varios minutos hablándome y bromeando, pero debo haberme vuelto a quedar dormida. Me encanta oírle. Noto cuanto amor siente hacia mí en cada una de sus palabras, pero estoy agotada y necesito descansar constantemente. Mi cuerpo duele cuando estoy despierta, y siento hormigueo en mis extremidades constantemente, imagino que es por la inactividad. Según tengo entendido, llevo casi dos meses en esta cama. Y les creo, sólo tengo que mirar a Zayn. Me apena verle tan demacrado, el pobre no se ha quejado ni una sola vez, pero cuando he despertado le he encontrado totalmente dormido a mi lado.

Poco a poco, y a medida que me hablan, estoy empezando a recordar cosas que ni siquiera sabía que habían pasado. Una frase, una simple palabra, un gesto. Hacen que mi mente se llene de imágenes. Durante estos días he tenido varios sueños extraños. El que más me ha impactado ha sido el que tuve con su madre y hermana. Waliyha me pidió, en él, que le dijera algo a su hermano. Pero creo que será mejor no hacerlo, por culpa de un absurdo sueño no quiero reabrirle viejas heridas.

Había otro en el que Zayn hablaba de una descarga y algo relacionado con el corazón de nuestro hijo. El vello se me eriza al recordarlo. No imagino a Zayn hablando de futuros bebés, después de que dejara claro lo que piensa sobre ser padre.

¡Hora de visitas! —Dinah aparece tras la puerta y sonríe al ver que estoy despierta. Zayn se sobresalta.

—Menos mal que te pedí que no hicieras ruido al entrar —dice malhumorado mientras se levanta.

Sus ojos hinchados y su cabello alborotado le da un cómico aspecto.

Intento sonreír, pero todavía me cuesta.

—Anda, ve a peinarte, que parece que te han despiojado un puñado de monos —dice Dinah mofándose. Varios ruidos salen de mi garganta a modo de carcajadas. Me duele hasta el alma, pero ha sido muy divertido. Zayn también ríe.

—Te perdonaré esto porque a Lauren le parece gracioso, pero las demás te las tengo guardadas. Voy a adecentarme un poco —deja un beso en mi frente y entra en el baño.

—Qué suerte tienes, hermosa —susurra Dinah—, hasta desarreglado está guapo, el canalla —mira hacia la puerta donde está Zayn.

—Je...ree...miii —intento decir. Sus ojos se abren—. ¿Has hablado? —traga saliva—. ¿Has dicho Jeremy?

—Ttttttien... es je... jee... Jereeee...miii —digo, esta vez más claro.

—¡Joder, Lauren! —da palmaditas—. ¡Estás hablando! —asiento con torpeza y lo entiende.

—Tengo que contarte algunas cosas sobre eso —dice apenada—. No está funcionando, Lolo —mis ojos se abren. No hace falta que emita ninguna palabra más, me conoce demasiado bien para saber lo que quiero decir solo con la mirada—. Han sido varias cosas, y además he descubierto algo. Algo que no me ha gustado nada de nada, y he preferido terminar con todo —vuelvo a abrir mis ojos—. No, no te lo contaré hasta que estés recuperada. Me gustaría por una vez no ser yo quien hable todo el rato —sonríe tristemente—. Necesito tu opinión más que cualquier otra cosa —baja su mirada. Es extraño ver a Dinah así y admitir que necesita apoyo cuando siempre ha sido autosuficiente en todo. Algo grave debe haber pasado—. Ahora ya tienes otra razón más para recuperarte pronto —guiña uno de sus ojos.

—¿Mejor? —dice Zayn señalando su pelo mientras sale del baño.

—Ahora parece que te ha lamido una vaca —todos reímos de nuevo.

—Eres imposible —pone sus ojos en blanco y niega con la cabeza—. Espero que tú no me trates así —se echa sobre mí y deja varios besos en mi cara. Mordisquea suavemente mi mentón y cuello. Gruñe bromeando mientras lo hace y oigo a Dinah reír de fondo. No puedo protestar, pero no me importa. Huele de maravilla. Se ha puesto su perfume, y el aroma que desprende me trae tan buenos recuerdos.

—Vaya —la voz de la doctora Cyrus nos interrumpe. Estábamos tan entregados al juego que no nos hemos dado cuenta de que la puerta se había abierto.

—Hola, Cyrus —Zayn se levanta rápidamente, carraspea y alisa su uniforme.

—Hola, Malik. Puede usted seguir devorando a su presa. No se preocupe, puedo venir en otro momento —más risas.

—¿Se han puesto de acuerdo para tomarla conmigo hoy? —dice mientras peina su cabello y sonríe avergonzado.

La doctora abre una carpeta y saca unos papeles de su interior.

—Los resultados están aquí —los suelta a los pies de la cama—. Échales un vistazo mientras yo reviso a Lauren.

Como cada día desde que desperté, la doctora Cyrus eme hace un reconocimiento completo.

—Gracias a Dios —oigo susurrar a Zayn mientras deja salir un largo suspiro de sus labios.

—Exacto —dice Cyrus—. La frase gracias a Dios nunca tuvo sentido. Esto debe ser obra de un milagro, porque si no, no entiendo unos resultados así.

—¿Qué ocurre? —pregunta Dinah. Justo lo que a mí me gustaría saber.

—Es pronto todavía para asegurar nada, pero parece que, por el momento, Lauren podrá recuperarse sin problema —dice Zayn—. No hay lesiones graves —sus ojos brillan—. Es increíble. Hemos tenido mucha suerte.

—Hay muy pocas posibilidades de éxito en casos como el tuyo, Lauren —dice la doctora—. Pero fíjate, siempre hay una excepción, y te ha tocado serlo a ti —sonríe—. Bueno, se me hace tarde y tengo que marcharme. Pueden seguir donde lo dejaron —nos mira sonriente por encima de sus gafas. Un gesto muy suyo.

Antes de que la puerta se cierre vuelve a abrirse. Ahora es Jeremy quien entra.

—Vaya. También parece ser el día de las visitas —dice Zayn—. No me digas que tú también vienes a meterte conmigo —bromea.

—Hola —dice Jeremy, tenso, al percatarse de que Dinah está en la habitación—. Venía a ver qué tal está Lauren y a hablar contigo.

—Bueno, chicos —ahora es Dinah quien habla—. Yo me tengo que ir ya —deja un beso en mi mejilla, coge sus cosas y cuando va a salir de la habitación Jeremy se pone en medio, cortándole el paso.

—No hace falta que te vayas. Solo estaré un par de minutos aquí y después me iré —tiene sus cejas fruncidas y la mira intensamente.

—Lo que yo haga o deje de hacer es algo que a ti ya no te importa. Apártate —dice Dinah secamente. Zayn me mira con las cejas levantadas.

—Dinah, ni lo hagas más difícil —Jeremy traga saliva y nos mira. Está poniéndose nervioso. Imagino que es por lo que está ocurriendo en nuestra presencia.

—¿Puedes cuidar un momento a Lauren mientras Jeremy y yo hablamos? —pregunta Zayn a Dinah. Sé que lo hace para salvar a su amigo.

—Está bien —responde.

—¿Vamos? —Zayn tiene que poner la mano en el hombro de Jeremy para que corte el contacto visual con Dinah.

—Claro —dice algo confuso—. Vamos —los dos salen por la puerta.

Miro a Dinah y entiende mi expresión.

—Ya lo sé, ¿vale? No me mires así. Lo que menos me apetece ahora es estar cerca de él. En cuanto podamos charlar sobre esto lo entenderás todo —resoplo en respuesta—. Y para que vayas sacando conjeturas, te adelantare que no es virgen, como me hizo creer —cruza sus brazos a la altura de su pecho—. Solo fue una artimaña para llamar mi atención —por su tono de voz, se que está muy dolida.

La puerta se abre y entran los dos de nuevo. Zayn viene serio. Me gustaría saber qué es eso que tenía que hablar con él.

—Yo ya me marcho, vendré en otro momento, Lauren —dice Jeremy mirando a Dinah—. Espero que todo siga tan bien como hasta ahora. Por lo que me cuenta Zayn estás avanzando muy rápido y me alegro mucho por ello —la puerta se cierra y los ojos de Dinah se llenan de lágrimas.

Don't Say You Love Me  |Terminada| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora