Sueños

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*Zayn pov*

Por fin la doctora Cyrus ha decido dar el alta médica a Lauren y podemos volver a casa. Estoy entusiasmado con la noticia, han sido demasiados días en esa minúscula habitación. Hubieran sido insoportables si ella no hubiera estado allí. Con su presencia, todo es diferente. Podría vivir hasta en un ascensor, si está conmigo. Poco a poco, todo se va solucionando. Lauren mejora por momentos, mis pequeños crecen a un ritmo normal. Bradley y Camila están donde merecen, y hace un par de días llego la resolución judicial. Mi padre, por fin, cumplirá condena. No habrá poder ni dinero de intermedio que pueda evitar eso. Todavía nos falta Ariana, pero se que tiene los días contados.

Jeremy nos lleva hasta el hotel. Cuando salimos del auto, Lauren aprieta fuertemente mi mano, al pasar por la zona donde fue agredida por esa malnacida. No dice nada, pero sé lo que ocurre. Rodeo con mi brazo sus hombros y se tranquiliza. No me gusta que se sienta así cada vez que salga o entre. Tendré que solucionarlo.

—Buenos días –saludo a la persona que está en el pasillo–. Usted debe ser la nueva recepcionista.

—Así es, señor. ¿Puedo ayudarle en algo? –todavía no me conoce, ni yo a ella. Jeremy se ha encargado de todo. No se que haría sin mi amigo. Es como un hermano para mí. Estoy sufriendo por él, últimamente. Desde qué pasó lo de Dinah no ha vuelto a ser el mismo, y para mi desgracia no puedo hablar con él, porque se supone que no se nada. Cuando intento con sutileza sacarle el tema, para que sea él quien me lo cuente, me habla de otra cosa.

—De momento no. Soy Zayn –extiendo mi mano y la toma con una amplia sonrisa.

—¡Oh, vaya! Me alegra mucho conocerle por fin. Mi nombre es Trish.

—Encantado –le sonrío yo también. No puedo evitar pensar en mi madre. Se llamaba casi igual que ella–. Hablamos después, ¿de acuerdo?

—Por supuesto –contesta. Necesito llevar a Lauren a casa, el camino es corto, pero se cansa enseguida y no quiero que pase un mal rato.

Cuando por fin lo he colocado todo, me siento junto a ella en el sofá.

—Eres un maniático de la limpieza –dice poniendo sus ojos en blanco.

—Soy un maniático en varias cosas. Ya las irás descubriendo –le guiño un ojo pícaramente.

Me acerco más a ella y pongo mi mano sobre su barriga. Todavía se incomoda, no se hace a la idea, pero poco a poco se irá acostumbrando. Disfruto como un loco esperando que, en cualquier momento, mis pequeños renacuajos tengan fuerza suficiente para golpear su barriga y decirme que están ahí. Es pronto aún, pero me siento más cerca de ellos así.

—Tengo miedo, Zayn –dice preocupada.

Durante los últimos días me lo ha comentado en varias ocaciones. Su autoestima sigue siendo baja, aunque ha mejorado muchísimo, pero todavía tiene dudas sobre su valía.

—No te preocupes, mi vida. Estoy seguro de que serás una excelente mami –baja su cabeza pensativa y aprovecho para besarla.

Entiendo sus miedos, yo también tengo los míos. Aunque ya estoy hecho a la idea de que seré padre y me encanta, estoy aterrado. Sé que vigilaré sus movimientos con lupa, rezando para no encontrar similitudes que no quiero. Esa sensación de miedo me va a acompañar toda la vida. No logro quitarme de la cabeza la clase de sangre que corre por mis venas, y ahora por las suyas.

—Ojalá, Zayn... –suspira.

—Ya verás como sí. Te recordaré esta frase cada vez que me chilles por hacer algo que no te guste con ellos –río y ella conmigo.

Don't Say You Love Me  |Terminada| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora