Tragedia

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*Lauren pov*

—¿Qué mosca le ha picado a este? —pregunta Dinah preocupada.

—Tuvimos ayer una pelea —digo como si nada.

No he querido contarle lo ocurrido anoche. Es demasiado personal para Zayn y sentiría que le estoy traicionando. Bastante mal he echo ya.

—¿Y me entero ahora? —me mira extrañada.

—No fue nada importante —miento—. Para mañana ya se le habrá pasado.

—¿Y por eso llevas todo el día metiéndote al baño a llorar? ¿Crees que no lo noto?

—Dinah...

—Qué raro me resulta todo esto. Pero tú sabrás lo que estás haciendo —dice con tono cabreado.

Su teléfono suena, y cuando mira la pantalla todo gesto de enfado desaparece de su rostro, dejando paso a una gran sonrisa, sé que es Jeremy. Llevan toda la tarde mandándose mensajitos. Cuando le responde guarda su móvil en el bolso y se despide de mí. Seguro que han quedado abajo.

Me siento en el sofá y espero. Pasan las horas y Zayn no sale del cuarto. Me gustaría poder hablar con él. Quiero saber a qué atenerme y cuáles son sus pensamientos después de lo que hice. Al menos quiero disculparme ahora que parece que está más sereno. Voy hasta la puerta y toco.

—Qué —le oigo decir de mala gana. Abro, no puedo aguantarme más.

—Zayn, tenemos que hablar. Creo que te debo una disculpa.

—No es el momento, estoy trabajando. Ya habláremos —dice sin dejar de mirar la pantalla del ordenador.

—Por favor. Creo que obré mal y quiero que sepas lo que ocurrió, yo no busqué el álbum.

—Lauren, por favor, déjame trabajar. ¿De acuerdo? —sigue sin mirarme ni una sola vez.

—Solo quería algo para leer y estaba entre los libros.

—¡Haz el favor de dejarme en paz! Te he dicho que no es el momento —ahora sí me dirige la mirada. Lo que veo en sus ojos no me gusta.

Cierro la puerta y vuelvo al salón. Me acomodo en el sofá para seguir esperando.

Un portazo me despierta. Me levanto sobresaltada y busco el reloj. Son las ocho de la mañana, debí quedarme dormida anoche mientras esperaba. Miro a mi alrededor y descubro una manta que yo no he traído. Zayn debe haberme arropado para que no tuviera frío. Me alivia saber que todavía tiene atenciones conmigo. Pero me duele que no se haya despedidos de mí.

Media hora después Dinah toca a la puerta. La pobre tiene el cielo ganado. Se está portando genial. Sé que se preocupa, y lo hace de buena gana, pero son demasiadas molestias las que debe tomarse para poder estar aquí todos los días. Me gustaría poder evitárselas.

—¡Buenos días, Laureeen! —dice cuando entra—. ¿Se le ha pasado el rebote al casi Doctor amor?

—Parece que todavía le va a durar un poco más —digo con la mirada baja.

—¡Joder! ¿Pues qué le haz hecho? ¿Le has sodomizado mientras dormía?

—¡Dinah! —le digo—, no tiene gracia.

—Por supuesto que no. Lo estoy diciendo enserio —no puedo evitar reírme.

—No eres más tonta porque no has nacido antes —digo y ríe conmigo.

—¿Sabes qué? Que él se lo pierde. Cuando le pique la jeringa verás cómo quiere hacer las paces.

—Por favor, Dinah, qué cerda eres —niego con la cabeza.

Don't Say You Love Me  |Terminada| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora