Don't Say You Love Me |Terminada|

Mi árbol de los secretos

*Lauren pov*

Las semanas pasan y poco a poco me voy sintiendo más yo misma. Zayn no se aparta de mí en ningún momento. Vive conmigo en el hospital. Debe ser muy estresante para él todo esto, pero parece no importarle. Se le ve feliz. Mis padres vienen diario a verme, están hospedados en el hotel de Zayn. No tengo palabras para agradecer lo que hace por mi. Justin ya no puede venir tan seguido como antes. Tiene una agenda demasiado apretada, han sido muchas las semanas que ha pasado por aquí y tiene demasiadas fechas acumuladas.

Dinah sigue tristona. He intentado sonsacarla, pero es inútil. Dice que prefiere no hablar de ello todavía, insiste en que no es el momento ni el lugar. Se esfuerza en seguir pareciendo la misma, pero sus ojos me indican que no es así. Con Jeremy pasa lo mismo. Está más serio que de lo normal, y eso ya es difícil, delega la mayoría del trabajo a Cameron y se mantiene distraído. Se nota claramente que los dos la están pasando mal. Espero que solucionen pronto sus problemas. Creo que harían buena pareja.

Según me han contado, Camila ya está presa. Le cogieron el mismo día que me agredió. Para mí es un gran alivio saber que está entre las rejas. Espero que no la suelten pronto. Tengo miedo de que cuando salga vuelva a intentar hacerme daño. Pero de momento disfrutaré el tiempo que pueda como persona normal. Podré salir a pasear tranquilamente, volver a dar conciertos, de compras o con Dinah a tomar algo por ahí. Es algo que ansío tanto. Mi libertad por fin ha llegado, aunque tengo la impresión de que me ocultan algo.

He conseguido recuperar el habla casi completamente, aunque todavía me cuenta vocalizar bien algunas palabras, y se me olvidan otras, pero al menos puedo comunicarme con ellos. Les he contado lo que ocurrió el fatídico día y por qué salí del hotel antes de la hora. Conectaron mi teléfono y vieron que no mentía. Alguien me envió un mensaje de texto haciéndose pasar por Jeremy. Imagino que fue Camila, la muy cabrona. No le deseo ningún mal, pero ojalá se pudra en la cárcel.

En mi teléfono también habían cientos de llamadas perdidas de un mismo número. Es Sofía, la dueña de un apartamento que tenía alquilado, y en el que no vivo. Cuando Zayn le devolvió la llamada Jeremy y él acabaron riendo a carcajadas. No sé qué es lo que habrán hecho estos dos. No me lo quieren contar, pero la chica le suplicaba para que dejáramos el apartamento libre, e incluso aseguraba que me devolverá todo el dinero si lo hacemos. 

La rehabilitación está siendo dura, pero el resultado es increíble. Todos están sorprendidos con mi rápida recuperación. Según la doctora Cyrus en una semana podremos irnos. Solo tendré que volver a las revisiones oportunas. El fisioterapeuta vendrá a casa a seguir ayudándome con mis ejercicios. Mi cuerpo está cambiado. He cogido varios kilos. Me obligan a comer demasiado, y por más que protesto insisten en que tengo que hacerlo para recuperarme antes.

Todas esas calorías extras parecen haberle cogido cariño a mis pechos y barriga. No paran de almacenarse ahí. Estoy enorme. Zayn también lo nota. No dice nada, pero lo sé. Mira constantemente a mi barriga y siento vergüenza. Espero que no le importe que haya engordado y siga viéndome tan atractiva como dice...

—Hola, mi vida —Zayn acaba de regresar del trabajo. Viene hasta la cama donde estoy sentada y me rodea con sus brazos.

—Hola —digo sonriente. Beso sus labios cuando se acerca. Una de sus manos se para en mi abdomen y me incomodo.

—¿Ocurre algo? —dice preocupado.

—No —respondo avergonzada—. Justo ahora estaba pensando en los kilos que he cogido y me da un poco de apuro que toques mis michelines —sonrío—. En cuanto pueda, me pondré en forma de nuevo.

—Es la parte de tu cuerpo que más me gusta ahora mismo —besa mi cabeza al mismo tiempo que que inhala. He descubierto cuánto le gusta hacerlo.