*Zayn Pov*
《Ella no merece esto. Ella no merece esto》, me digo mientras camino hasta el ascensor. He echo lo que tenía que hacer. Conmigo no puede ser felíz. Creía que lo había superado, pero esa maldita llamada me ha demostrado que sigo tan jodido como siempre. Trato de mentalizarme y autoconvencerme de que lo que acabo de hacer es lo correcto. ¿Por qué siento este dolor desgarrador en el centro de mi pecho?
No puedo parar de pensar en el corte de su cuello. La culpabilidad me mata. Lo provoqué yo. Básicamente fui yo quien la hirió. Mi corazón se oprime. Llevo años consiguiendo controlar mis crisis y manteniéndolas a raya. 《¿Por qué esta vez no fui capaz de sujetarme, ni aún sabiendo que podría hacer daño a Lauren?》.
Las puertas del ascensor se cierran, y como siempre que subo a uno mi cuerpo se tensa y varios flashbacks bombardean mi cerebro. Hoy son muchos más fuertes. Dentro de un armario, asustado. Debajo del fregadero, aterrorizado. Escondido debajo de la cama. Mi corazón late fuertemente en mi pecho, y tengo que sujetarme a una de las paredes. Estoy mareándome. Encerrado en el sótano. Atado a una silla. Atrapado dentro del coche mientras mi padre conduce a gran velocidad, borracho y gritando...
La puerta se abre y siento alivio rápidamente. Camino hasta la calle.Llevo años luchando contra mi estrés postraumático, además de mis trastornos conductuales, emocionales y sociales. Aquel maldito suceso me dejó trastornado. Deje de hablar en ese momento, estuve dos años prácticamente mudo. Los psicólogos hicieron todo lo que estaba en su mano, hasta que finalmente lo consiguieron sacarme de ese estado.
Mi preadolescencia la pasé en Francia, fui un chico un poco problemático. Mis abuelos maternos estaban desesperados. Mi adolescencia aún fue peor. Y cuándo mi abuela murió me desesperé. Me sentí totalmente perdido. Volví a California, necesitaba un cambio de aires, ahí me volví a reencontrar con Lauren, tuve una época un poco más relajada. Por suerte, ella nunca supo por que me había ido de California, ni que había pasado con mi madre y hermana. Fue ahí cuándo terminamos los estudios universitarios.
Cuándo todo parecía ir bien, un día, sin saber por qué, volvieron mis traumas, las malditas pesadillas y mis trastornos de control. Sufría auténticas crisis de rabia incontrolada. Las horribles imágenes que se instalaban en mi cabeza cada vez eran peores, haciéndome recordar cosas que mi cerebro, por defensa, había olvidado hasta ese momento. Me refugié en el alcohol. Me pasaba los días aislado en un pequeño cuarto, bebiendo sin parar. Necesitaba anestesiar mi cerebro. Incluso llegué a pensar seriamente en acabar con mi vida. Sentía que solo estaba en este mundo para sufrir.
Por un último esfuerzo por superar mis trastornos, decidí reabrir el hotel Waliyha, que desde la muerte de mi madre permanecía cerrado. Ella decidió llamarlo así cuándo nació mi hermana, quién ahora tendría cinco años más que yo. En su memoria, decidí respetar el nombre. Walyiha siempre fue mi fiel compañera de batallas, siempre me protegió haciendo que mi padre se ensañara con ella antes que conmigo. Varías lágrimas corren por mi cara cuándo pienso en cómo se preocupaba de mí cada vez que mi padre nos golpeaba, aunque ella hubiera recibido muchos más golpes.
No me sentía preparado oara ejercer mi profesión, por lo que pensé que ocuparme del hotel me distraería. Y parece que resultó. Lo más difícil fue apartarme del hábito del alcohol. Era tan fácil cada vez que me sentía mal recurrir a él. Era mucho más sencillo beber que esforzarme en superar mis problemas. Fue ahí dónde decidí contratar a Jeremy. Nos conocimos en uno de los bares, él también ahogaba aquel día sus problemas entre copas. Buscaba trabajo desesperadamente, estaba pasando una mala racha, y esa misma noche lo decidimos todo. Yo necesitaba un poco de ayuda extra, alguien que se ocupara de llevarme a casa cuándo me pasaba con la botella, y él, unos billetes en su bolsillo. Resultó ser, además un buen trabajador, un gran amigo. Desde entonces es el único que sabe manejarme en mis peores momentos, ya que ha vivido varios de ellos a mi lado. Confío totalmente en él, por eso me voy tranquilo dejando a Lauren a su cuidado. Se que está en las mejores manos.
Cuándo estaba más recuperado, tomé las riendas de la disquera de la familia, decidí probar suerte, y funcionó. Dedicarme a la música resultó ser mucho más reconfortante de lo que esperaba. Ayudar a otras personas a lograr sus sueños de truinfar me hacía sentirme bien y valioso. Cada muestra de agradecimiento de mis primeros clientes aumentaba mi autoestima y confianza en mí mismo. Volviéndome más positivo, decidí ampliar mis conocimientos en canto, y así lo hice. Cada logro que conseguía, se lo dedicaba a ellas. Pensar en lo orgullosas que estarían de mí terminó de darme la fuerza que necesitaba.
Ahora que todo parecía ir bien, y que por fín confiaba en que lo había superado, descubro que todo sigue donde estaba. Estoy totalmente desmoralizado y hundido. Lauren merece ser felíz, y conmigo no tendrá esa oportunidad, por mucho que la ame. No puedo condenarla a vivir de nuevo con alguien trastornado, no podría perdonármelo. Estoy tan loco por ella... pero necesito que sea felíz, aunque yo no sea el motivo de su felicidad. Duele solo pensarlo, pero si la quiero tengo que apartarme de ella. Lo pasará mal un tiempo. Me odiará, pero estoy seguro de que encontrará a la persona adecuada. A veces, el mayor acto de amor hacía una persona consiste en desaparecer de su vida.
Por un tiempo, sentí esperanza junto a ella, pero después de esto se que jamás podré formar una familia ni darle estabilidad emocional, porque soy el primero que no la tengo. En eso soy igual que mi padre. Su maldita sangre corre por mis venas. Ojalá pudiera sacarme hasta la última gota de él.
No tendré hijos, no daré paso a más generaciones de maltratadores. Mi abuelo paterno también lo fue. Conmigo morirá el apellido Malik en mi familia, soy el último. Mi padre no tenía hermanos, y todos los demás murieron por edad. Tengo que acabar con este infierno. No quiero hacer sufrir a nadie como ellos lo hicieron, ni crear a nadie más que lo haga. Hace cuatro días descubrí que podía hacerle daño a Lauren. No fui capaz de controlarme, y no permitiré que eso ocurra de nuevo, aunque me haya tomado un mundo tomar está decisión. Realmente la amo.
Saber que a mi padre se le han revocado los cargos por homicidio ha conseguido provocar esto en mí, no quiero imaginar que pasará a partir de ahora sabiendo que puede salir con libertad a la calle, reaccione de la misma manera cuándo me enteré que solo le habían condenado a prisión domiciliar. No entiendo como ha conseguido salir absuelto. Voy a Francia a intentar por todos los medios a que cumpla con la mierda de condena que tenía.
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Don't Say You Love Me |Terminada|
FanfictionTenía la vida perfecta, la mujer perfecta, los amigos perfectos, el trabajo perfecto, pero no lo supe valorar. solo me pedía un hijo para completar nuestra Unión, teníamos las condiciones para traer a un bebé al mundo pero igual se lo negué. le neg...