16

380 61 98
                                    

—Mucho tiempo sin vernos, François.

Flug apretó un poco más las ataduras del francés para escuchar su sufrimiento y centrar su atención en lo importante. Estaba en conocimiento del científico que su prisionero no sabía otro idioma aparte del francés. Por lo que procedió a olvidar el inglés para tratarlo en su lengua.

Una desgracia para la persona que espiaba en las sombras.

—¿Cómodo, caballero? — dio un nuevo tirón a la correa que sujetaba la pierna izquierda. El francés no pudo contener el grito de dolor a tiempo. El doctor sonrió satisfecho.

—¡Eres un monstruo! Si estuviera libre te arrancaría esa estúpida bolsa para reventarte la cara a golpes.

—Que ordinario. ¿Así se han vuelto las cosas por el viejo continente? Creía que los europeos erais menos barbaros.

El doctor rodeó al prisionero para ordenar los diferentes artilugios. Empezaba a barajar la idea de aplicar su nuevo invento al francés pese a prometerle a su ayudante que lo harían mañana. Pero todos sabemos que la palabra de un villano no vale nada, sobre todo si es de cualquiera de los miembros de la organización Black hat.

—No te burles de mí...¿Qué le has hecho a mi niña?

—¿Tu niña? No sé de quién me habla, buen señor. En esta casa hace mucho que no corretea un niño o una niña.

Se acercó a las diversas probetas y tomó la indicada. El francés se retorcía de rabia mientras Flug lo hacía de disfrute. Jugaba con su prisionero como si fuera un niño de nuevo.

—¿En qué la has convertido, enfermo?

No pudo contener más su pena y comenzó a llorar de la frustración. François sabía que no saldría vivo de allí, que su hija nunca sería la misma, ¿Qué más daba? Todo había sido un error, un tremendo error que le había costado todo.

—No me recuerda.

—No recuerda nada de su vida anterior. — concretó el científico. Flug no sabía que tenazas elegir, estaba entre una que cortara limpiamente y otra que desagarrara.—Ha sido un numerito bastante patético el de antes. Aunque en el fondo debo agradecerle que pasara por aquí.

—Por favor, solo quiero llevarme a mi hija. No nos volverán a ver, lo juro. Fue un error, un estúpido error por el que he pagado estos últimos años con todo lo que tenia. Mi empresa, mi hogar, todos me han dado la espalda.

—Tuvo que pensarlo mejor. Cuando Black hat amenaza no lo hace en mano. No hubo ni una sola vez que no cumpliera una de ellas, al contrario que las promesas, que casi siempre las incumple.

Con todo listo ya para comenzar su macabro carnaval, Flug comenzó a llenar una jeringa con el producto que Belén había estado haciendo esos días. Listo y precioso para ser comprobado.

—Lo sé, lo sé muy bien pero por favor. Déjame llevarme a Mariana, aunque estén en ese estado. Lo olvidaré todo, no diré nada.

—Tu hija ya no existe. Ahora su nombre es Demencia y es un miembro valioso de nuestra organización. Me costó mucho crear algo como ella y tuvo mucha suerte de sobrevivir.

Por fin se encaró al prisionero con todo lo necesario. Iba a hacer ciencia, una forma elegante de decir que iba a hacer sufrir a ese desdichado hombre hasta que se cansara. Lástima que tuviera la bolsa puesta, seguro su rostro tenía un gesto mucho más aterrador que el mismo Black hat.

—¿Qué le hiciste?

—Nada comparado con lo que te voy a hacer a ti.



Vale pues otro capítulo, este es corto peeeeeeeeeeeeeeero para que no os olvideis del fic. <3 os quiero.

Tuvimos a nuestro Black hat en solitario, ahora toca un poco de Flug sin supervisión de su papi. Sí, ya queda poco para el capítulo H de las aventuras del pequeño Flug, pero dadme tiempo que vienen curvas y el fandom está demasiado ocupado viendo como el canon hace su particular baile sensual y nosotros hacemos teorias.


Espero hayáis disfrutado, en poco tiempo (pasado mañana como mucho) tendremos al pequeño Flug enfrentándose a su vida escolar. 

¿Serán los niños buenos con él?

¿Será victima de vejaciones por ser hijo de Black hat?

¿Podré subir al menos 6 capítulos para antes de que acabe el año?

Villainous- Brillante estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora