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Nuestra realidad es voluble. Nos esforzamos en crear una telaraña de creencias que sustenten nuestras vidas, creencias que pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Pensamos con desesperación que lo que es ahora, que nuestras circunstancias, siempre van a estar ahí, constantes. Cuan es nuestra desesperación cuando esa realidad se ve destruida en tan solo un instante, llevándose con ella nuestra paz, nuestros planes, nuestra forma de ver el mundo. La ansiedad y la incertidumbre se apoderan de nosotros, incapaces de salir del bucle de encontrar una solución, una forma de volver a lo anterior imposible, una forma de afrontar el traumático suceso, y en muchos casos, la ira ante lo inevitable. Con manos temblorosas para obligar en vano a nuestra normalidad a quedarse a nuestro lado.

Flug estaba teniendo ese mismo conflicto desde que vio el resultado de su análisis de ADN en comparativa al de Namor. Su origen, su auténtico origen, Namor o mejor dicho, su hermano Orión, no había cesado de contarle la trágica historia familiar; para Flug no era más que una verborrea lejana entre el agudo pitido que lo aturdía. Podía ver la imagen del monitor grabada en su retina aunque había apartado la vista del aparato hacía lo que parecía una eternidad. Sus manos sudorosas se aferraban a la mesa cuando las piernas le empezaron a fallar. Se terminó derrumbando como su mundo. Afortunadamente atrapado por su hermano el cual seguía hablando. Flug quiso golpearlo, quizás así podría hacerlo callar y su cuerpo dejaría de temblar; dos pájaros de un tiro.

En cuanto pudo salir de sí mismo, se encontró con Black hat en la puerta del laboratorio. Por primera vez en su vida no pudo reconocerlo, una criatura sin nariz de rugosa piel y gris, con una mirada afilada, aguda y salvaje, un aura tan llena de terror y maldad que solo puede verse como una criatura repugnante, jamás como un padre y mucho menos cariñoso.

—Me mentiste. —escupió Flug saliendo de los brazos de su hermano. Levantándose para plantar cara al más grande de los villanos—Durante más de treinta años, ¡me mentiste! —tomó aire y sintió su garganta arder—Seguro hubieses seguido otros treinta años más. ¡Cobarde! Escondiéndote detrás de un bebé. ¿Todo por una heroína? ¿Tanto miedo tenía el gran villano de esa mujer? — sus palabras eran dardos cargados de veneno. Duras, directas y llevadas por pasión humana. Y frente a la furia visceral de un humano mortal, la frialdad y neutral voz del ensombrerado.

—Soy un villano, Flug. He hecho cosas terrible en mi vida, robar niños era algo que añadiría tarde o temprano a mi lista.

—Qué valor.

Black hat desde su vista no estaba mejor que Flug pero trataba de mantener una fachada neutral, mientras su mente intentaba funcionar claramente. Había llegado al laboratorio con calma y seguridad, dispuesto a quejarse de la inutilidad de aquella conversación con la líder de Ganzúa, tranquilizar a su doctor y explicarle su plan. No. Quizás se deleitaría viendo a Flug pensar con aquella brillantez que le caracterizaba. Sin embargo la bienvenida fue otro lo contrario, el empleado domestico Namor estaba parado frente al monitor con una mirada desafiante y con Flug en sus brazos. En cuando cruzaron miradas pudo sentir todo el odio del niño al que había criado sobre él, hacía mucho que una mirada no lo hería tanto, más que cualquier arma. Entonces lo entendió, viéndolos juntos, a los dos hermanos.

Se sentía tan estúpido. Namor era tan lamentable y poca cosa como su padre y siempre había visto a su madre en Flug, una versión perfecta para el mal. Una mirada tan inteligente como fiera. Y le dolió, vaya si le dolió. Podría negarlo todo, pero esa escoria de Namor no podría convencerlo de su pasado sin una prueba física, una prueba de ADN, por supuesto. ¿Podría negarlo todo? No, quizás repetir lo que ocurrió en el accidente de avión, eso hizo que Flug perdiese la memoria. No, no iba a volver a pasar por eso, no si había posibilidad de matarlo o algo peor. Podría matar a Namor, oh eso le encantaría, lenta y tortuosamente por meter las narices donde no le llamaban ¿Estaría su madre viva? ¿Podría obligarla a ver como su hijo mayor torturaba al menor al igual que había torturado a su marido? ¿Flug lo abandonaría ahora que sabía la verdad? ¿Se pondría en su contra? Black hat, black hat, tranquilízate, tenía que pensar, tenía que encontrar la forma de salir de esta a su favor. Tenía que...tenía que...

Matar a Flug, borrarlo y empezar de nuevo. No...Su niño, su querido niño...no había forma de arreglar esta situación sin hacerle daño, lo había perdido. Ni las armas, ni los ataques, ni el tiempo, ni las conspiraciones, nada había podido dañarlo y mucho menos derrotarle hasta ahora. Él, Black hat, el más grande de los villanos, se sentía tocando fondo derrotado por haber perdido a su hijo. Un castigo peor que la muerte, peor que verlo morir en aquel accidente de avión.

Su labio tembló ligeramente, siendo incapaz de mirar a Flug sin que se le notara en la voz. Había perdido. La desesperación habló por él.

—Pero tú fuiste mucho más que un simple trabajo más. Desarrollaste una maldad que ya quisieran muchos, tienes talento desde que gateas. Oh Flug, he llegado a quererte, eres mi hijo, mi legítimo heredero.

—¡No le escuches! —Namor movió ficha y tiró de la muñeca de su hermano mayor— Te ha mentido en todo, ahora no debe ser distinto. Ven conmigo, juntos le haremos pagar por todo lo que ha hecho. Podemos huir sin más, empezar de cero. Vine aquí por ti, me da igual todo lo demás, yo solo quiero estar con mi hermano mayor. Vamos, por favor.

La mano de Flug se agitó con un suave tic para después extenderse por su cuerpo, de lo más profundo de Flug emergió una carcajada oscura y extrañamente sincera, desinhibida por completo. Black hat pudo reconocer cierto parecido en la risa desquiciada de Lunática, por primera vez en su vida, no quería saber que pasaba por la ágil mente de su hijo. Irónicamente, ahora mismo su mente era de todo menos ágil. El mundo de Flug había caído y no reconocía su entorno o las personas que estaban en esa habitación. Su hermano le ofrece huir y empezar de cero, vivir en una fantasía donde todo esto no ha pasado, podría matar a su hermano y seguir con su vida.

¿Podría?

¿Podría dejar su vida atrás? Su carrera, sus proyectos. No.

¿Su origen cambiaba lo que era? Tampoco. Era un villano y si hubiese crecido con su familia biológica, seguramente su presente sería el mismo. Su padre adoptivo, por decirle de algún modo, ahora lo llamaba heredero. Las manos de la ambición y la locura lo sostuvieron de los hombros, susurrándole palabras de aliento a traicionarlo. "Mátalo y toma su lugar entonces". No. Sí. Sacudió la idea, o por lo menos la apartó por un tiempo. Lo que no pensaba apartar era a su recién descubierto hermano, quizás había encontrado un propósito para él.

—¿Qué clase de propuesta es esa, necio? Soy un villano.

Tras la sentencia, Flug presionó un botón en la mesa de control y un hat-bot de gran tamaño aprisionó a Orión/Namor. Un suave pitido perforó sus oídos. Flug decidió que Black hat no era un elemento seguro en su vida, una traición podría ocurrir en cualquier momento. Su mente trabajó hasta llegar a la claridad de una idea definida.

—Si mis padres son quienes dices que son, no me importa, me resulta repulsivo tener la sangre de héroes en mis venas. Fueron débiles, permitiendo que se llevaran a su hijo sin más y no atreverse a rescatarlo ni una sola vez. ¡Yo mismo acabaría con sus lamentables vidas! —Flug rió girándose hacía su jefecito— ¿Quién podría imaginar al más grande de los villanos oculto tras un niño por miedo?

El laboratorio se quedó a oscuras, rodeados por el pitido. El pitido se convirtió en una explosión en una de las paredes del laboratorio, enviando al robot y a los tres seres vivos a una punta distinta del lugar, así como varios de los objetos que allí se encontraban. Del agujero entraron varios encapuchados armados con linternas para guiarse entre la sala oscura tras el corte de luz.

—¡Buscad al científico! — gritó uno de los asaltantes.

El hermano pequeño de Flug perdió el conocimiento justo después de ver como uno de sus compañeros de Ganzúa se llevaba a su hermano mayor.



Hola! Mucho tiempo desde que estaba por aquí. Ha sido un año duro para todos a nivel general y he pasado un año complicado a nivel personal, familiar y de todo jajaja el bicho no es el único culpable. 

La buena noticia es que estoy a solo el trabajo de fin de grado de terminar la carrera universitaria. Tengo algo de tiempo disponible entre muchas comillas y no olvido mi pasión por escribir, no tengo intención de dejar sin terminar ninguno de ellos y espero ya sí poder continuar con cierta normalidad.


Feliz año tardío, feliz san valentín y ojalá estéis bien :)

¿Qué tal ha estado el capítulo?


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⏰ Última actualización: Feb 16, 2021 ⏰

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Villainous- Brillante estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora