Villainous- Brillante estrella fugaz

XIX: el camino del villano

El cuerpo del prisionero rebotó contra la fría pared de su celda. Su orgullo le impedía mostrarse débil frente a aquel ser de maldad pura, pero incluso la más férrea convicción se veía mermada en un cuerpo mortal. Black hat sonrió sacudiendo sobre el prisionero su propia sangre de sus garras. El hombre tenía la camisa desgarrada y empapada con la sangre que emanaba de las heridas de su espalda. En su mayoría eran arañazos de diversa profundidad, moratones y alguna costilla rota, todas ellas salvajes y dolorosas, sin embargo bajo todo ese rojo se podían ver dos cicatrices grotescas en donde alguna vez estuvieron las alas de un viejo héroe.

Fly man alzó su rostro al sonriente villano. Su rostro estaba con arrugas típicas de la edad, a la par que las canas que adornaban su cabello negro, su cuerpo no estaba en plena forma, no como la última vez que cruzaron miradas. Los cincuenta no eran una edad para guerrear. Sus ojos oscuros lo miraban con un odio tentador, desafiante, entretenido.

—Vaya, vaya, vaya. — tarareó Black hat apoyado en su bastón. Su larga sombra se cernía dominante sobre el caído Fly man. El villano se relamió los labios.— Que interesante visita. ¿Dónde está Shining Star?

—He venido solo, villano.

—Y yo debo creérmelo. — rió Black hat.

En verdad no existían evidencias de que su archienemiga anduviese por la zona. Flug había desarrollado un sistema de seguridad envidiable, si el muchacho era tal listo como su madre, ella no tendría oportunidad de atacarlo, tenía a su hijo y a su marido. Sin embargo, Fly man nunca fue destacado por su inteligencia.

—Vine solo. Vine porque estoy harto, estoy dispuesto a todo por recuperar a mi hijo. — la convicción de Fly man era sincera, sus palabras fuertes, osadas, negligentes. Black hat alzó una ceja. Sus ojos tomaron un brillo maligno y poderoso.

—¿Eres consciente que ahora tu esposa ha perdido, no solo a un hijo por mi mano, sino también a su marido? —Black hat se regodeó claramente entretenido—Es agradable tu visita, estaba aburrido, ahora puedo dedicar el tiempo libre a torturarte.

—¡Déjate de juegos! Devuélvemelo. Devuélvenos a nuestro hijo. Devuélvenos a Ofiuco, animal. Mátame si quieres, pero deja ir a mi hijo.

—¿Ofiuco? ¿Qué clase de nombre es ese para Flug? Ese nombre es maltrato ¿lo sabes? —se restregó la frente con una leve jaqueca—Has venido solo, con un plan condenado al fracaso, ¿de verdad pesabas que esto iba a salir bien?

El héroe bajó la cabeza. Sí, se había dejado llevar por las emociones, pero le había plantado cara después de tantos años lamiendo sus heridas. Su orgullo había sido restaurado.

—Lo cierto es que...me acabas de dar una idea. Te voy a presentar a mi hijo.

—¿Qué?

—Será una bonita reunión familiar. —sonrió enseñando sus dientes afilados y verdosos— Flug cumple la mayoría de edad, también va a graduarse con la máxima excelencia en el bachillerato de villanos. Falta saber cómo ha ido su prueba contra Sky High ¿Shining Star y tú os conocisteis ahí? Aún quedan un par de meses más de clase pero quiero darle un regalo tan especial que no lo pueda olvidar. Llevamos un tiempo peleados, quiero hacer las paces ¿sabes? Y todo se va a arreglar gracias a ti, Fly man. Volverás a ver a tu querida cría humana.

Escondiendo sus pasos caminó por los luminosos pasillos de aquel instituto. Llamaría demasiado la atención si alguien veía a un estudiante merodear durante el horario de clase. Entró en la sala del archivo, lugar en el que se almacenaba toda la información sobre los alumnos, profesores antiguos y nuevos. Si hubiese hecho la prueba diez años en el futuro, todo lo que contenía la sala estaría informatizado y solo necesitaría un pendrive y media hora.

En su mente hizo eco la palabra "quieto". La voz era reconocible y por ello se apresuró, sabía lo que podría ocurrirle si escuchaba esa voz en sus oídos en vez de en su mente.

—¡Alice! ¡Alice! Soy yo ¡Flug!

—¿Flug?

Alice se quedó quieta. Para ella la cara de Flug era su bolsa, conocer su autentico rostro se le hacía falso. La voz era la misma, su cuerpo igual y los motivos aéreos dejaban claro que ese muchacho era su amigo. Se enfrentó a sus ojos claros tras los cristales de sus gafas, su revoltoso cabello dorado que daba un aire tierno y juvenil que no encajaba con la actitud descarada y vil que tenía.

—Sí, soy yo. —confirmó más tranquilo—Era la única forma que tenía de infiltrarme sin tener que andar guardando mi espalda.

Alice miró de arriba abajo a su amigo arrugando el rostro, para luego relajarlo y encogerse de hombros.

—Jamás imaginé que fueses a ser así.

—Pues sorpresa. —parloteó con sarcasmo. Vio como la villana volvía a lo que debía ser su plan original—Veo que tuvimos la misma idea.

—Las grandes mentes piensan igual.

—Y siendo que puedes manipular la realidad a tu antojo, ¿por qué no explotas tu poder para el examen?

—No es un poder que puedas usar a la ligera. —contestó con desgana— Pueden salir tantas cosas mal...Por eso mejor robar—sacó varios archivadores de los estantes más altos gracias a su 1,90 de altura— toda la información posible y de vuelta al instituto.

—He visto a varios de camino que se han metido en peleas, supongo que quieren llevarse alguna cabeza de héroe como trofeo para superar el examen.

—"El asesinato no hace al villano" — citó Alice a uno de sus profesores.— Como si los héroes no mataran.

Acumularon una torre con información bastante jugosa y se limpiaron las manos de polvo.

—¿Cuál era tu plan para sacar todo esto sin que nadie se diera cuenta? — preguntó Alice con acidez. Flug le enseñó un modelo de pistola de portales primitiva. Podía crear pequeños portales por un máximo de 12 segundos.— ¿Funciona?

Flug pateó los archivadores dentro del portal que había formado en el suelo, tan grande como una bañera. Sin complicaciones los documentos desaparecieron. Alice le tendió la mano al no-embolsado y saltaron dentro antes de cerrarse el portal.