N: Las aventuras del pequeño Flug

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1977 — Ciudad de Gothapolis

La densa niebla cubre la ciudad de Gothapolis. No era un detalle importante para aquellos que viven en la ciudad, ya que no saben que es polución y que es niebla, es más solo los habitantes más ancianos de la comunidad alguna vez vieron el cielo azul. Es una urbe industrial y llena de la peor calaña del estado. Un sitio propicio para hacer negocios para el más destacado de los villanos.

Black hat caminaba por una calle desierta de la más baja clase obrera. Respira profundamente embriagado con el aroma de la contaminación. Las pocas personas que podía advertir iban con el rostro tapado para no respirar ese veneno que igualmente les mataría, si no les mataban por cualquier otro motivo. Esa ciudad era un lugar encantador para el villano del sombrero pues el mal estaba muy bien acomodado allí, gracias a él por su puesto.

Pero su visita llegaba a su fin, ya había cerrado varios jugosos acuerdos de diversa índole y tocaba volver a casa. Después de que su último equipo de científicos había tenido su última oportunidad, tenía que renovar la plantilla y rápido.

Ajeno a su entorno, entre la espesa niebla se mueve una criatura de peculiar silueta. Lleva tiempo siguiendo al afamado villano esperando el momento para actuar. Su plan es simple, acercarse al hombre, hacerle enloquecer cuando tuviera contacto visual, robarle y salir de allí antes de que llegara la policía. Un plan eficaz mientras no se cruce en el camino de alguien poderoso.

La chica se acercó un poco más dejando verse a la luz de una defectuosa farola. Sus ropas están desgatadas y llenas de parches, le quedan grandes, están algo descoloridas pero poco importa mientras abriguen en ese barrio que parecía el más frío de la ciudad. Ahora lo que necesitaba era un abrigo bueno que le durara, y ese hombre, Black hat, tenía uno de tela muy cara. Se rascó su cabeza enmarañando aún más su pelo corto y sucio. Sus orejas de conejo blancas le avisaron de que su víctima se había detenido frente a un puesto cerrado.

Era su oportunidad.

Usó sus poderes para proyectar la ilusión de un grupo de borrachos jaleosos. Su víctima no tardó en centrar su atención en la trampa, le escuchó gruñir acompañado de un par de sonidos que no parecían humanos. El hombre no parecía muy corpulento pero no iba a jugársela por la información que le daba ese ambiente borroso. Dirigió la ilusión hasta la víctima para que vertieran el alcohol imaginario sobre su abrigo. Lo que no pudo ver la chiquilla fue como el hombre atravesaba una de sus ilusiones con sus propias manos, extirpándole un pulmón con salvaje violencia, después acabó con las otras dos ilusiones. Black hat no paraba de maldecir, su abrigo estaba arruinado.

Mientras su víctima se quitaba el abrigo realmente furioso, la chica se colocó en el borde del callejón, oculta a los ojos del hombre. Salió corriendo y le arrancó el abrigo de las manos, corrió hasta esconderse en otro callejón cercano. No había tiempo de enloquecerlo, tenía que robarle ahora o nunca. Ese abrigo la salvaría ese invierno. Se puso de inmediato su nueva prenda y se echó un ojo para ver cómo le quedaba en el reflejo de un charco sucio.

—Pue no me queda nada mal. — dijo entre risas. No le hizo falta usar su habilidad casi nada pero estaba conforme.

Una masa de carne viva llena de ojos y dientes le arrancó uno de sus brazos.

—¿Qué te crees que estás haciendo, mutación nauseabunda? — la rasposa voz de su víctima llenó el callejón. No supo si era el efecto del eco pero por primera vez en mucho tiempo, tembló de miedo. — Mi abrigo, dámelo.

La niña desapareció desconcertando al villano. Apareciendo de nuevo detrás de un contenedor de basura. Black hat empujó con varios tentáculos el contenedor, aplastando a la niña contra la pared más cercana, o eso creyó él. Otra ilusión más apareció tras él y le pateó la parte de atrás de las piernas. Black hat rasgó la imagen falsa de la niña conejo.

Villainous- Brillante estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora