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—Demencia, es la tercera vez este mes. Ten más cuidado. — riñó Belén a la alocada mientras le detenía el sangrado de su brazo amputado. Pronto volvería a crecer y podría sobar a su amado con una piel nueva, mientras tendría que guardar reposo.

—Mimimí mimimí.

Desoyendo como solo ella podía hacerlo, Demencia trató de impulsarse para bajar de la camilla del laboratorio en la que estaba sentada. No pensó que la falta de uno de sus brazos podía complicarle las cosas, irremediablemente se golpeó el muñón y terminó gritando en el suelo. Belén puso los ojos en blanco mientras respiraba con frustración.

—Lo que tiene que hacer una para ganarse un lugar en la historia. — pensó.

Caminó dejando a la otra chica en su sufrimiento, se dirigió al súper ordenador del doctor Flug, una máquina a la que había tenido que meterle coco para poder descifrarla. Cuantas horas invertidas en desentrañar sus secretos, siempre en pequeñas sesiones para no ser descubierta. Con una sonrisa en los labios acarició la ranura desde donde extrajo la RAM. Era una chica traviesa, ahora estaba en su poder, a salvo en su confiable maletín.

—Belén...— la voz de ultratumba de su empleador era inconfundible. Un escalofrío recorrió su cuerpo hasta tensar las puntas de sus rizos cobrizos. Una advertencia natural, un instinto de supervivencia tan básico como el comer. Trató de actuar mas solo tuvo oportunidad de girar sobre sus talones y encarar a la bestia que se le acercaba con su maletín en mano. —Rata infecta, ¿qué diantres te has creído? —la agarró de su bata de laboratorio con una sola mano y la obligó a tumbarse sobre la mesa de controles presionando algunos botones al azar. — ¿Piensas que eres muy lista? ¿Original? ¿Qué vas a salirte de rositas? ¡Contesta!

—Señor, no sé de qué me habla. — contestó con un hilo de voz. Black hat acercó su rostro.

—¡No me tomes por idiota, humana! — el villano la arrojó al suelo con fuerza para luego romper una de sus piernas de un poderoso pisotón. Sus gritos de dolor dejaron en ridículo los de Demencia. Dolía joder si dolía. Echó un vistazo a la pierna mientras aún se retorcía de dolor, estaba en una postura antinatural y que con toda probabilidad daría una recuperación casi imposible e igual de terrible. Flug pronto acudió junto a Namor para encontrarse con tan macabra escena.

—¿Qué-qué está ocurriendo?

—Míralo, tú mismo.

Le lanzó el maletín descubriendo en su interior no solo la RAM robada sino documentos falsos, pendrives, fotografías de las instalaciones, cuadernos que de revisarlos vería contraseñas y códigos y de planos de trabajos suyos.

—Dile lo que has encontrado, chico. — ordenó Black hat a Namor quien hasta entonces había permanecido pegado a la salida.

—Estábamos limpiando y encontramos muchas cosas extrañas bajó la cama de Belén. Una de ellas fueron los planos desaparecidos que tanto buscábamos así como otros tantos que no habíamos percibido su desaparición.

—Has sido tú...—musitó con odio Belén. Trató de levantarse y encararle.— cabronazo.

Oh, ese pequeño hijo de mala reputación. Le había tendido una trampa de seguro, ella no había robado esos planos, Namor había estado actuando como un delincuente igual que ella. Por si quedaban dudas, Namor le sonrió como quien saborea su victoria. No solo le había tenido una trampa, si no que la estaba usando para despejar las posibles sospechas que hubiera sobre él, da igual que lo negara, la habían pillado por medio de mentiras pero gracias a eso podían acceder a la verdad, entonces no tendría escapatoria.

Villainous- Brillante estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora