XXIII: El camino del villano

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Black hat se sintió renacer tras aquel intento suicida de alcanzar el avión de Flug. Su forma física se había licuado al traspasar innumerables planos de la existencia, transformando su cuerpo en materia negra y viscosa en la que su ser se ahogaba antes de recordar moldear su recipiente.

Lo primero que vio Black hat tras recuperar los sentidos imperante en el plano humano como la vista fue el rostro desesperado de Flug. Pálido, débil, derrumbado en el suelo. Lo segundo que vio fue a su enemigo, Joseph Johnstone, aquella familia le había dado suficientes dolores de cabeza, terminaría con el linaje el mismo. Debido al cansancio su cuerpo no tomó su forma habitual hasta unos momentos después, dando tiempo a todos los presentes de asimilar lo sucedido y posicionarse. Joseph fue rápido, tomando su navaja de entre su ropa amontonada y capturando a Flug. El muchacho siseo ante la hoja fría y afilada sobre su dolorido cuello por las arcadas fallidas.

—Quieto ahí. —ordenó con una voz fuerte y decidida el héroe Joseph—Si te acercas, lo mato.

Black hat reconoció que la advertencia no era ningún farol. Con su cuerpo totalmente recuperado pero con una desagradable sensación de fatiga en su fondo, evaluó la situación. Joseph solo era un humano sin poder más allá de saber empuñar un arma y como usarla. Justo lo que ahora lo tenía en jaque, terrible ironía.

—Vamos a llegar a un acuerdo. —anunció Joseph pero no era un indicio de achantarse, más bien lo contrario. Sus ojos estaban confiados. —Va a dejarnos pasar hacia el mando del avión o nos terminaremos estrellando. Dejé el piloto automático pero al desviar el rumbo más tiempo de lo programado, no tardará en ponerse la cosa peligrosa. Cuando empecemos a caer...— la punta de la navaja amenazaba con desaparecer bajo la piel de Flug.

El gesto de disgusto se plasmó perfectamente en el rostro del más grande de los villanos. La arrogancia de aquel simple mortal fue suficiente para querer destruirlo, aunque eso significara llevarse a Flug por delante. No reparó en la mirada suplicante de su científico, desconcertado por la presencia del villano ¿No se suponía que su seguridad solo recaía en sí mismo? Desanimado, pensó que lo más probable es que Black hat estuviera allí no por Flug, si no como respuesta a una amenaza a la empresa. Su cuerpo todavía luchaba contra la droga que le estaba drenando las fuerzas pero podía notar como estaba siendo obligado a avanzar por Joseph.

De pronto el avión comenzó a inclinarse.

Joseph no mentía.

Black hat se sostuvo de uno de los asientos mientras que los humanos terminaron por tropezar y caer sobre los mandos, apretando botones de forma aleatoria. La mejor forma de solucionar la situación. Joseph consultó la altura a la que se encontraban, muy por debajo de lo que esperaba. El avión planeaba sobre edificios cada vez más cercanos a una velocidad que cuestionaba su supervivencia. El gran villano se acercó a la cabina ¿y si en su teletransporte había modificado la posición espacio-tiempo del avión? ¿Y si en vez de moverse hacia el avión, lo había atraído a su mansión?

—Sácanos de aquí. — suplicó Flug arrodillado en el suelo.

Black hat desperdició un momento en considerar la idea. Si su forma física se había visto comprometida con el viaje de ida, el cuerpo de Flug no soportaría ni el arranque. No, de esta tendrían que salir de la forma más ordinaria y mortal de todas, aterrizando el avión. Flug pareció leer la reflexión de su jefecito y se sintió al borde de un ataque de ansiedad. Joseph se puso a los mandos para ejercer como piloto, o eso hubiese hecho si estuviera cuerdo. En su lugar volvió a hacer presa en Flug si alejarse lo más posible de Black hat.

—Jefecito, no quiero morir.

Black hat miró alternativamente a Flug y a Joseph con la mandíbula desencajada de puro asombro.

Villainous- Brillante estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora