H: Las aventuras del pequeño Flug

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—Os presento a vuestro nuevo compañero. Flug Slys. Espero seáis amables con él y le ayudáis a adaptarse lo mejor posible.

Con esa presentación comenzó su día. Al lado de la profesora, el pequeño Flug era observado por una clase con niños y niñas de su edad. Nunca había hablado con otra persona que no fuese su jefecito, el Doctor Greasestain o Lunática más recientemente.

Estaba aterrado, como no podía ser de otro modo. Todas esas miradas fijas en él, esos murmullos sospechosos, comentando cada aspecto de su persona. Seguramente sobre lo bajito y delgaducho que era para su edad.

Le mandaron sentar junto a otro chico rubio con el pelo incluso más revuelto que el propio Flug, algo destacable, y al que le faltaban varios dientes. Flug sonrió nervioso y el otro le devolvió una gran sonrisa.

—Me llamo Joseph. —susurró el niño—Encantado de conocerte, Flug.

—Ho-hola. Igualmente.

—¿Quieres ser mi amigo?

—Bueno, sí, claro.

Joseph abrazó a Flug hasta que este la profesora pidió orden en la clase.

—Abrid los libros de texto por la página 103.



Tras la clase llegó el recreo. La escuela disponía de un patio realmente amplio para realizar todo tipo de actividades deportivas, sin embargo, Flug y Joseph preferían refugiarse bajo un porche en la parte trasera, donde estaba un viejo cobertizo abandonado en apariencia, el invierno se acercaba y no venían muy bien abrigados, como tampoco Flug había traído almuerzo al contrario que su compañero quien sacaba de su mochila una bolsa de papel repleta de deliciosa comida.

—¿Entonces nunca habías ido a un colegio? — preguntó Joseph.

—Así es, hoy es mi primer día en mi vida. — jugueteó con los dedos nervioso, aún con el miedo en el cuerpo del primer día.

—¿Y cómo es que estás en nuestra clase? No te enfades, pero es avanzada ¿Dónde has aprendido si no ibas a un colegio?

—Por mi cuenta, el doctor Greasestain dice que soy muy listo para mi edad, que tengo facilidad para el aprendizaje.

—¿Tienes un doctor en casa? ¿Estás malito?

—No es un doctor de esos. Es bueno...trabaja para mi jef-... mi padre.

Flug se sentía realmente extraño, como si estuviera haciendo mal por hablar de su familia a otros. Sentía que en cualquier momento su jefecito se aparecería para regañarle.

Antes de que Joseph pudiera preguntar sobre más, un grupo de tres chicos con no muy buenas intenciones aparecieron en escena. Joseph se levantó rápidamente para arrastrar a Flug al interior del cobertizo. En niño se resistía sin entender nada.

—Leoncito, leoncito. —llamó uno de ellos antes de llegar donde los chicos—Ven, no tengas miedo, nosotros somos tus amigos de toda la vida, ven.

—Escóndete, escóndete ahí. —ordenó el rubio al otro—Hasta que yo te diga. No salgas. — cerró la puerta justo a tiempo para que los tres matones no se percataran de nada.

Flug miró asustado por la pequeña ventanita enmugrecida del cobertizo la escena.

—Tomad. Este es mi almuerzo. — les ofreció su bolsa con la comida esperando que pasara rápido.

—No queremos tu apestoso almuerzo. — el que parecía el líder le arrebató la bolsa y se la lanzó al suelo, desparramando el contenido en la tierra.

Villainous- Brillante estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora