Se sentía incómoda, extraña. Después de semanas yendo durante casi todas las tardes a la casa de Dani para hacerle compañía continuaba sin hacerse a la situación. Desde que cortaron con su relación sentimental no había vuelto a pisar ese lugar. Sin embargo, ahora todo era diferente. Le costaba asimilar cuánto cambiaba todo en tan poco tiempo.
Ni un mes tras el robo en el hotel y su vida parecía estar dada la vuelta completamente. No sabía nada de Jazmín de no ser por Valentina, a la cual seguía viendo de vez en cuando con uno de los españoles. Le contaba más o menos cómo le iba a la pelirroja, cómo se encontraba, qué hacía y hasta cuánto la echaba de menos. En numerosas ocasiones ésta le había insistido en que la llamase para hablar, recordándole que no podían dejar un asunto tan importante a la deriva. Pero ella no quería volver a sacar el tema de lo que ocurrió con el dinero; ni siquiera le mencionó a Valentina lo que escuchó aquel día en la cocina cuando Jazmín literalmente confirmó que ella había sido la ladrona.
No deseaba volver atrás en el tiempo porque lo hecho, hecho estaba. Sin embargo continuaba preocupándose por el bienestar de la pelirroja. Era imposible no hacerlo. Imposible no echarla de menos, no pensar en ella; en su sonrisa, en su manera de mirarla como si el mundo se acabase y empezase en el mismo punto.
Le rasgaba el pecho cuando se cercioraba de que no la tenía cerca.
Pero intentaba llevarlo de la mejor manera posible, y aunque le costase admitirlo, el tiempo que pasaba con Dani la ayudaba a ignorar todo el tema que tenía pendiente con la pelirroja. No es que volviese a sentir cosas por él, era su amigo, pero teniendo en cuenta su enfermedad sabía que su sitio estaba al lado de éste, apoyándole.
—Te agradezco mucho lo que hacés por mí, Flor— la Estrella tragó saliva. Movió su hombro derecho sin poder controlarlo y lo miró con el mismo vértigo de siempre. Cuando le decía esas cosas simplemente no sabía cómo responder. ¿Qué esperaba? ¿Que le girase la cara en algo así?
—No es nada—se limitó a contestar, pero Dani no quedó contento con aquella respuesta y amablemente le agarró las manos, sonriéndole.
La morena cogió aire. No terminaba de acostumbrarse a ese tipo de contacto físico.
—Es mucho— aseguró, mirándola fijamente a los ojos. —Dejás todo por estar acá conmigo. Sos la única que...
—Porque vos no querés decírselo a nadie más—le cortó ella la frase, continuándosela —Si vos contaras esto muchas personas estarían ahí. Lo sabés.
—Sólo me importa que estés vos— aquella confesión se clavó directa en su pecho, y no de la mejor forma.
De manera incontrolable Flor emitió algún que otro tic fónico. Sentía como muchos de sus músculos comenzaban a temblar, y sin decir absolutamente nada al respecto giró el rostro de nuevo para terminar de ver la película.
No quería ser maleducada con él ni mucho menos, pero existían límites para sus propios sentimientos.
—Dale, mirame— pidió como si fuese un niño pequeño al que le faltaba su juguete favorito. La Estrella cerró los ojos con fuerza, buscando un poco de la entereza que le hacía falta para afrontar todo aquello. Cuando por fin la encontró, volvió a mirarle a los ojos. Él la esperaba esperanzado, con un toque tierno en su sonrisa. —Pasamos mucho tiempo juntos durante estas semanas, ¿por qué seguís huyendo de mí?
—No estoy huyendo, Dani—le aclaró —Soy tu amiga y por eso estoy acá.
Éste negó con la cabeza. No estaba de acuerdo.
Ella frunció el ceño.
Entonces sintió como las yemas de los dedos de Dani se enganchaban en su pelo con delicadeza, colocándoselo tras la oreja. Su respiración se agitó. Cerró los ojos otra vez y pensó en Jazmín, en cuánto extrañaba que fuese la pelirroja quien le hiciese aquello.
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Ven hasta aquí, dentro.
FanfictionFanfiction basado en la telenovela argentina "Las Estrellas". Muchos de los personajes que aparecen en ésta historia no me pertenecen. El resto y parte de las tramas son inventadas. #SupportLGBT