Se encontraba desparramada en el sofá con un pote de helado sobre sus piernas y Netflix en su televisión. Era ya de madrugada pero no tenía nada de sueño, esos últimos días ya era normal para ella desvelarse por las noches. Volvió a reproducir por décima vez un capítulo de The 100, episodio en el cual mataban a su personaje favorito. No entendía por qué se empeñaba en torturarse de esa forma, parecía una masoquista por ver morir una y otra vez a su crush. Toda la escena era deprimente.
—Que injusto, Lexa no se merecía ese final—Maldecía una y otra vez.
De repente escuchó unos golpecitos en la puerta. ¿Pero quién podría ser a esas horas? Frunció el ceño pensativa. No estaba esperando a nadie. De mala gana se levantó y se dirigió hacia la puerta de entrada...Observó por el rabillo y se sorprendió al descubrir de quién se trataba. Se quedó inmóvil durante un breve instante sin saber qué hacer. Se volvieron a escuchar los golpes en la puerta, esta vez un poco más fuertes.
Respiró hondo, se acomodó rápidamente el cabello y abrió la puerta.
—Jazmín — Fue lo único que dijo con un hilo de voz.
—¿Que hacés acá a estas horas?—Realmente su presencia la había tomado por sorpresa.
No pudo evitar sentir preocupación por la mujer parada frente a su puerta. Se veía terrible, con los ojos pesados como si estuviera a punto de caer en lágrimas. Parecía cansada.
—¿Puedo pasar?.
La pelirroja dudó. No estaba segura de si era buena idea
—Es mejor que vuelvas al hotel Flor, es tarde. Puedo pedirte un taxi...
—Es que ya no puedo más, necesito que me escuches. Me estuviste evitando todo este tiempo y... —Dio un paso firme acercándose a Jazmín, quién se echó hacia un costado dejándola pasar mientras se mantenía callada. Ella sabía que no podía seguir ignorándola mucho tiempo más, cada día se le volvía más y más difícil. Cerró la puerta tras de si y la miró dispuesta a escucharla.— Perdón— Volvió a hablar Florencia —Perdón por no creer en vos, perdón por ser una insegura de mierda. Perdón por no ser esa persona que vos te mereces. Sé que la cagué, sé que tenía que haber confiado en vos... creo que en el fondo de mi corazón siempre siempre supe la verdad, porque por más que quisiera no podía odiarte.
—Me decepcionó mucho que creyeras que yo era capáz de hacer una cosa así— Su voz era firme. Trataba de no derrumbarse, de no mostrar ningún tipo de expresión en su rostro —De los demás podía esperarme cualquier cosa... pero de vos, me dolió, me dolió mucho.
—Soy una estúpida. Lo arruiné todo y ahora me quiero morir... — No pudo controlarlo más y algunas lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas— Me siento perdida sin vos Jaz. — Respiró hondo y tomó valor para escupir todo lo que tenía guardado y venía sintiendo desde hace días— Capáz no es el momento ideal ni la circunstancia para decir esto, o ya ni siquiera sientas algo por mi, pero tengo que decirlo.
—Pará, Florencia — Sentía que en cualquier momento se iba a echar a llorar también. Debía contenerse para no derrumbarse, para no lanzarse a la morena y contenerla en sus brazos —No hace falta que digas nada, tranquilizate ¿Si? No llores.
La Estrella se echó hacia atrás tomando un poco de distancia cuando la cocinera intentó acercarse llevando las manos a su rostro para limpiarle las lágrimas. Lo que menos quería en ese momento era dar lástima. No iba a caer en sus brazos sin antes decirle todo lo que tenía atragantado por dentro. Se secó ella misma con los puños las pequeñas gotas en sus mejillas y trató de tranquilizarse.
—No. Escuchame por favor — Suplicó. Entonces la pelirroja se detuvo, y la miró atentamente mientras se mantenía callada.
—Cuando entraste en mi vida me sentí la persona más afortunada del mundo, porque te conocí a vos. Porque te convertiste en la mejor amiga que alguien pudiera tener, siempre estabas ahí cuando me sentía mal o necesitaba a alguien, para cualquier cosa vos siempre estabas. Un día me di cuenta que empezaba a pensar en vos más de lo normal y eso me dió miedo, me dió miedo porque desde ese momento ya no pude controlar más mis sentimientos, todo se volvió tan confuso en mi mente. Eras una mujer, y yo nunca en la vida me había sentido ni siquiera atraída por una mujer antes... era algo completamente nuevo para mi y no lo podía entender. Pero de a poco lo estaba aceptando ¿Sabés? porque valías la pena, porque da igual si sos hombre o mujer, me gustaste simplemente por como sos como persona, por tu manera de quererme y cuidarme.
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Ven hasta aquí, dentro.
FanfictionFanfiction basado en la telenovela argentina "Las Estrellas". Muchos de los personajes que aparecen en ésta historia no me pertenecen. El resto y parte de las tramas son inventadas. #SupportLGBT