¡Tercer encuentro!
¿Propuestas indecentes?
Hoy me dedique a hacer arreglos florales siguiendo cada instrucción al pie de la letra mi madre parecía complacida con mis avances, e incluso alabo mis atuendos, quizás se sentía culpable por lo sucedido en la fiesta pero no tenia que sentirse así, no fue su culpa. Por lo demás me rescataron así que no paso a mayores.
"¡Kore!" Escucho el grito sórdido de mi madre, giro para encontrarme con ella, parecía molesta.
"¿Dime?" contesto haciéndome la desentendida.
"¿En qué mundo estás? Llevo llamándote un buen rato."
"Lo siento estaba distraída."
"Cariño, debo informarte que deberé partir de nuevo."
"¿Otro festival?" Mi madre asiente, mientras ella se acerca y me besa la frente en señal de despedida yo pienso en encontrarme lo más pronto posible con él.
"Cariño, Apolo se quedará en la habitación de visitas, no quiero que te quedes sola, y él se ofreció a cuidarte" La miré aterrada no quería que Apolo se quedara conmigo yo tengo otra idea mejor, que se quede mi salvador anónimo, de verdad debo pensar en un nombre, para poder llamarlo de alguna forma.
"¡No quiero a ningún hombre cerca!" Grito, mi madre comprensiva me abraza y luego dice.
"Pero es tu pretendiente" Lloriqueo un poco pero eso no hace que cambie de opinión. Me voy, ya estaba por oscurecerse por lo que me apresuro, teniendo en cuenta que pensaba que estaba molesta no me iría a buscar.
"Llegas tarde." Me dice un poco molesto, me disculpo y luego me siento a su lado.
"Estaba pensando en cómo te podría llamar" Me mira curioso, supongo que es la primera vez que escucha algo así. Por lo que me observa detenidamente, quizás está analizando la situación o quizás ruega con que no le ponga un nombre de mascota.
"Bueno, me puedes llamar como gustes, después de todo te negaste a oír mi nombre" Finge estar dolido.
"Ya sé, te llamaré Dis*" mientras juguetonamente le regalaba una sonrisa.
"Está bien, la verdad no es que me importe mucho, así que como gustes." Mientras toma mi mano y juega con el anillo que me había regalado, yo intento arrebatárselo de las manos mientras torpemente caigo sobre él y jalo de su túnica violácea.
"Quiero... que vengas esta noche a mi habitación" le confieso, me mira extrañado. Mi cara se tiñe de un color carmesí. "Es que Apolo se va a alojar en casa y no quiero... que ocurra lo de la otra noche" Lo piensa un poco y luego me dice "De acuerdo, pero deberé irme antes entonces, debo arreglar unas cosas antes" Aun estoy sentada sobre su estomago, pareciera como si lo hubiese derribado, él en cambio se queda tumbado en césped mirando como el cielo se tiñe de un color naranja.
"¿Dis?" Me mira, y mientras me recuesto sobre su pecho siento que mi cuerpo se empieza a sentir adormecido, la verdad es que jamás había sentido algo así, me sentía muy calmada y mientras jugaba con los bordes de la túnica él se levanta y me deja sentada en sus piernas.
"Qué no sea como Hefestos no significa que no sea un hombre. Y sí, tengo deseos, simplemente que lo sé frenar pero no abuses de eso" Mientras me tomaba por los hombros escondía su cara avergonzada, podía sentir que estaba algo complicado, de verdad ahora sentía que podía ver facetas que antes jamás se hubiese atrevido a mostrar. Me rio, me mira severamente pero sigo riéndome, luego el también ríe.
"Debiste ver tu cara, te veías tan... complicado" El toma mis manos con fuerza y me acerca hacia el trato de apartarlo pero no puedo. El terror llega a mi rostro y cuando se percata de ello me suelta.
"Deberías haber visto la tuya." Y me corre para poder levantarse. Me levanto detrás de él, presentía que pronto se iría por lo que simplemente tomo su brazo y lo apego a mi pecho. Me mira de manera desaprobatoria.
"¿Nunca entiendes?" Yo niego con la cabeza y lo apego más a mí, y dejo mi cabeza descansar sobre su brazo. Lo escucho suspirar, retira su brazo y me abraza.
"Sabes, debo admitir que desde el día en que entraste a mi habitación me sentí atraída hacia ti." Le devolví el abrazo cariñosamente.
"Puedo decir lo mismo, pero te repito. No me tientes..." Cuando termino de acomodarme escucho a los caballos, estaban inquietos y eso era señal de que debía partir.
"Nos vemos en tu habitación." Le sonrío, mientras siento como sus labios se posan en mis mejillas.
Me voy a mi cuarto doy órdenes precisas de que no quiero que nadie entre mucho menos Apolo, mientras me desvisto siento que golpean la puerta.
"Kore ¿puedo entrar?" Me pongo la túnica que uso para dormir y me acerco a la puerta.
"No quiero ver a nadie, Apolo"
"Escucha... Sé que ha de ser difícil pero yo soy diferente a Hefestos... jamás te haría algo así... Sólo quiero que confíes en mi ¿de acuerdo?" Sonaba sincero y quería creer en sus palabras pero estaba más preocupada por mi invitado que podía llegar en cualquier momento.
"¿Podemos hablar de esto mañana? Estoy cansada y... todo esto es muy reciente para mí... Quiero confiar en ti, pero dame tiempo ¿por favor?" Escucho como se aleja de mi puerta.
"Claro, descansa, si me necesitas estaré en la habitación de invitados. Que tengas dulces sueños" Parecía ser sincero, por lo que accedí a darle una oportunidad de al menos conocerlo mejor. Pero eso no ocurriría hoy.
Cuando termino de arreglarme el cabello siento unos dedos helados acariciando mi cuello, me doy vuelta y lo saludo, el me saluda con una sonrisa.
"Pensaba que este lugar era idílico, pero creo que no había visto este paisaje, me parece que es lo mejor de todo este valle" Intento mirar en la dirección pero... simplemente veo los muebles.
Él se ríe silenciosamente.
"¿Y bien? Ya estoy aquí, ahora dime ¿podrás dormir?"
*Dis, la verdad es que pensé varios nombres pero me encontré por ahí que se le llamaba Dis Pater (o sólo Dis) en la mitología romana. No es que Kore sepa quien es pero creo que fue mas adecuado nombrarlo así.
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A Requiem for love
RomanceEn un valle idílico, donde las flores y el encierro se contrastan para armar la más bella cárcel jamás antes vista. Mi madre, la diosa de los cultivos y la abundancia, es tan sobreprotectora como poderosa y hace de mi carcelero junto a mis queridas...