Capítulo XIX: Reuniones.

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Es hora de hablar.

Al día siguiente acudí a la reunión que me había citado Athenea, la verdad es que no iba muy animada tenía que informarle que a pesar de que comprendía que no pertenecería jamás al inframundo y que Hades jamás podría vivir acá en el Olimpo. Yo quería seguir con él, a pesar de no comprender qué relación teníamos, estaba claro que me importaba lo suficiente como para no arriesgarme a perderlo.

"Athenea." La salude, cuando la vi a lo lejos, me empecé a sentir mareada, la verdad es que estaba bajo mucha presión y estrés. Además de saber que con ella no podría ganas jamás. Pero debía intentarlo, al menos le haría saber mi posición.

"¿Kore? ¿Estás bien?" Athenea gentilmente me dio sostén cuando me sentí desfallecer. Pero yo le debía informar que no me importaba, que me arriesgaría, pero aun así me sentí agobiada por la situación.

Pero, a pesar de que él me había dado varias oportunidades para arrepentirme, seguía cuestionándome si mi respuesta había sido lo más acertada ¿habría cambiado de parecer si hubiese sabido quien era desde el primero momento? Era una embustera, me sentí como una al menos, me convencí que su nombre no impedía que él fuese el dueño de mi corazón no cuando ya era demasiado tarde, cuando yo ya me había decidido a quererlo, sin embargo al parecer su nombre si importaba o eso intentaban hacerme razonas ¿pero qué más daba? No me importo en su momento, no veo que deba importarme ahora.

"Sí, lo siento." Ella me da una sonrisa torcida.

"Creo que no debes seguir en esto, ahora entiendes el por qué ¿cierto?" La miré despavorida, ella quería que me retirara, que diera un paso al lado. Agarre mis vestidos de impotencia.

"Entiendo por qué, pero no lo haré. Yo... me enamoré." Dije finalmente, jamás había dicho aquellas palabras, siempre me las confesaba a mí misma pero jamás las había pronunciado. Sentí un gran alivio en mi pecho a pesar de que mi corazón había acelerado su ritmo debido a los nervios.

"No seas ilusa, tu madre se va a oponer. Ella puede hacer que Zeus se oponga también, esto simplemente le causaría más problemas a Hades de los que tú crees. Tú podrías salir libre, tu madre lo justificaría como un encaprichamiento tuyo, pero él..." Ella me rogaba con la mirada.

Dude, comencé a buscar algún tipo de indicios en el valle que tenía una vegetación espesa de los lindes, pero nada venia a mi mente. Trate de despejarme, hubo un largo silencio.

"Me dices esto ¿por qué...?" Ella vio en mí las sospechas que tenia. Se sonrojo, la diosa de la sabiduría estaba frente a mi sonrojada, la miré su esbelta figura con su cabello de color castaño oscuro, que estaba tiesamente arreglado en un recogido trenzado, adornado con bisutería, sus ojos de color celeste como los de su padre se escondían tras unas espesas pestañas. ¿Qué me había hecho pensar que no era una mujer? Por muy diosa que fuese, estaba claro que también tenía sentimientos.

"No es como tú crees, yo... simplemente le quiero como te quiero a ti." Trato de justificarse mientras alejaba su rostro para esconder la vergüenza.

"No lo creo, ¿acaso me has besado y coqueteado?" Pregunte socarronamente, sabía que había caído bajo, pero era algo que ella no me podía decir. No después de todo lo que yo ya había visto.

Ella rio, no sé si por orgullo o por el simple hecho de que una niña como yo la estaba enfrentando y pidiéndole explicaciones de sus actos.

"Kore, entiende..."

A Requiem for loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora