¡Por Zeus! No puedo seguir en ascuas.
Al llegar en la entrada se encontraba Thánatos mirándome con reproche, pero no dijo nada, la verdad es que no había mucho que decir. No es como si él estuviese en la posición para reprenderme, aunque sus ojos me miraban iracundos y de cierta manera podría decir que se sentía algo defraudado por mí actuar. Solo esperaba que Hades no estuviese al tanto, no quería que el tuviese la misma mirada que el dios de la muerte.
"Umm... Disculpa ¿Podrías hacerte a un lado para poder pasar?" dije en un hilo de voz, él estaba tapando la entrada a propósito, probablemente quería hablar conmigo pero debía ser yo quien le diera pie para que eso ocurriera, lo supe por su postura despreocupada pero daba golpes con la punta del pie en el suelo, haciendo ese molesto ruido demostrando su impaciencia, realmente no sé si eso era lo más conveniente pero de igual manera no podía pasar. Parado allí como si nada lo perturbara, era casi cómico ver como su postura no iba con sus ojos que me perseguían.
"Claro, pero antes me gustaría tener algunas palabras contigo." Dijo serio pero sin quitar sus ojos llenos de reproche. Tal y como había previsto, esta parecía no ser una bienvenida. Suspire resignada invitándolo a seguir, mientras más rápido mejor, pensé.
"¿Cómo es que una pequeña diosa como tú, se logra meter en tantos líos en un solo día? Ahora comienzo a comprender el por qué permaneciste oculta para todos los dioses por tanto tiempo, creas el caos por donde pasas." Dijo algo rencoroso, casi podía ver la ponzoña que recorría en cada una de sus palabras.
"No creo que deba daros explicaciones." Fue lo único que se me ocurrió decir, no era muy inteligente, pero tampoco me iba a disculpar, ni que fuese culpa mía el haber sido prisionera en mi propio hogar.
"No, no, claro que no. Bueno, te preguntaras para que he venido hasta acá." Yo asentí tontamente y casi de manera frenética, es que quería que terminara pronto. "Pues bien, digamos que he tenido una pequeña charla con Mint, ¿la recuerdas no? Y pues me ha contado todo lo ocurrido hace unos años. Mis disculpas por entrometerme, pero debía hacerlo. Creo que por el bien de Hades y del todo el inframundo, lo más sano es que te vayas." Concluyó, la verdad es que en algún momento me lo cuestione, pero ¿qué sería de mí después de eso? Volver a aparentar que no ocurrió nada. No, no lo toleraría.
"Ah, o sea que me has venido a esperar a la entrada al palacio con la intención de que me pegue la media vuelta y me vaya donde mi madre." Fue más una afirmación, él seguía sin mostrar señales de impresión alguna.
"Básicamente sí, ya he arreglado un escolta que te acompañara de regreso. Llegarías sana y salva y sin ningún percance a tu hogar. Es lo menos que puedo hacer, no puedo permitirme que Hades vaya en tu búsqueda preocupado. No, claro que no." Su plan tenía todo previsto, solo faltaba mi aprobación y todo iría tal y como él se lo había imagino. ¿Lindo no? Pues para mí no lo es, me entro toda la rabia y me acerque a él.
"Claro, esta todo perfecto." Le dije siguiéndole el juego, al ver que no me había rehusado de plenas a primeras pude ver como una pequeña mueca se transformaba en una sonrisa. Me hirvió la rabia, y basto un solo segundo para que mi mano llegara y golpeara su mejilla. "Lo único que os falto, fue pensar que traigo barullo queriéndolo o no. Ahora si me disculpas, Hades me ha de estar esperando." Y claro, me pegue la media vuelta pero en dirección al palacio, no se la iba a hacer fácil.
Pero lo que más me molestaba era que Hipnos no anduviese por allí intentando defenderme, sabía que le agradaba más a Hipnos que a Thánatos, sin embargo el primero solía intentar llevar la balanza a mi favor. Ya saben, las ninfas del inframundo no me tienen mucho cariño.
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A Requiem for love
RomanceEn un valle idílico, donde las flores y el encierro se contrastan para armar la más bella cárcel jamás antes vista. Mi madre, la diosa de los cultivos y la abundancia, es tan sobreprotectora como poderosa y hace de mi carcelero junto a mis queridas...