¿Será así de simple?
Habían pasado dos semanas de nuestro último encuentro, los primeros tres días fueron horribles, me quedaba esperando donde acordábamos pero nada, jamás llegó.
Decidí que esto no me llevaría a ningún lado, por lo que me dedique a mejorar la relación que tenia con Apolo como le había dicho, le iba a demostrar que conmigo no se juega, que si en algún momento tuvo una oportunidad conmigo, pues la perdió.
"Queridísima, Kore." Se acerco y me beso la mejilla.
"Apolo, ¡Qué gusto! Esperaba que llegaras." Me sentía sola y Apolo estaba ahí, sé que fui cruel y tomé lo más fácil. Pero quería que todo fuese más simple, ya no quería más complicaciones mi razón lo pedía a gritos... y mi corazón... dejé de escuchar a mi corazón. No es fácil decirse a uno mismo a quien amar, pero si es fácil elegir no sufrir, yo tenía pesadillas pensando en él y Athenea, no era justo ni para mí ni para nadie.
"Kore, quiero pedirte algo ¿está bien?" Él irradiaba luz y eso acallaba mis gritos de socorro, él era mi bastón, y desee poder amarlo tanto como amé... ni su nombre supe al final.
"Sí, pídeme lo que gustes" Le regale mi mejor sonrisa, esperaba poder corresponderle en algún momento y a veces sentía un leve cosquilleo en mi estomago. Pero no era como... de nuevo, comparando. Debo dejar de hacer esto.
"Quisiera que saliéramos, a un picnic, solo los dos." Me tomo las manos y cerró los ojos con fuerza, realmente era encantador. ¿Cómo es que no me había dado cuenta? Retire mis manos suavemente y las puse tras mi espalda y mientras me giraba sobre mi talón el abrió uno de sus ojos.
Suspiro pensativa y digo "Me parece que es una cita" Al oírlo él me toma entre sus brazos y me da una vuelta. Creo que esto puede resultar.
Cuando Apolo se va, voy corriendo donde Acacia, pero me encuentro con ella y con Sophi, ambas me miran animadas.
"¿Sabías que Athenea ha estado vigilando a Thánatos ahora último?" ¿Qué acaban de decir? ¿¡Thánatos!? Por un leve momento todo cuadraba, quizás ella en su labor se enamoró de él, teniendo que cuidarlo las 24 horas del día y los 7 días de la semana. ¿Mi salvador era Thánatos? No podía creerlo. Mi rostro estaba desfigurado pero ninguna de mis amigas se dio cuenta, ¡Gracias! Ahora entendía mejor algunas cosas.
"Sí, al parecer el Dios que rige el inframundo, cree que Thánatos está en una competencia constante con su hermano gemelo Hipnos. Por lo que le pidió a ella que lo vigile." Comentaba Sophi, me preguntaba cómo es que ambas sabían tanto. Y mientras cada cosa comenzaba a encajar poco a poco en mi cabeza....
Aclare un poco mi garganta y sin interés pregunte, fingido por supuesto, me moría por saber. "¿Y ustedes saben... si Athenea tiene algún tipo de relación amorosa con Thánatos?" Ambas me miran como si me hubiese vuelto loca, luego se echan a reír.
"No, no. Para Athenea es imposible amar. ¡Nunca! ¡Jamás!" Esto parecía no tener sentido, pero me había prometido no pensar más en ello, por lo que decidí no indagar más, si tenía la oportunidad se lo preguntaría a él mismo.
"Cuéntanos... ¿qué tal van las cosas con Apolo?" Ambas esperaban expectante mi respuesta, ella creían que estábamos sumergidos en una maravillosa relación amorosa, que él me amaba a mi tanto como yo a él. Y yo quería creer lo mismo.
"Van bien, mañana tenemos una ¡cita!" Me sonroje al decirlo, ellas lo tomaron como una señal del enamoramiento, yo lo tome como una señal divina. Porque me sonroje no por lo que ellas creían yo estaba avergonzada de mi misma por usarlo.
"¿Y que más han sabido?" Trate de cambiar de tema, no quería que me investigaran más, en cualquier momento podría decir algo que haría que ellas sospecharan de mí, es molesto que sean tan perceptivas. Ambas se miran con complicidad, luego se acercan a mí y susurran algo que no logro oír. Cuando al fin se ponen de acuerdo empiezan.
"Pues hay un rumor."
"¿Qué rumor?"
"Es acerca de... "Sophi le da ánimos a Acacia. "Hades" Me cubro la boca, no sabía en verdad sobre quien hablaban pero por la reacción de ambas me pareció lo más oportuno de hacer.
"Dicen... algunos dioses que él se ha enamorado perdidamente y que es un castigo de Afrodita"
"¿Y Qué tiene que ver ella con esto?" Pregunto para tratar de comprender de quien se trata sin delatar mi ignorancia.
"Al parecer él se negó en devolverle uno de sus amantes, y la restringió de entrar al inframundo hasta que aprendiera su lección." Me sentí igual, me identifique mucho con Afrodita, quizás era el amor de su vida y se tenía que conformar con Hefestos, quien no era de su gusto pero que estaba ahí cuando ella lo necesitaba. Yo no podía permitirme eso, no quería volverme una adultera. Tenía que terminar esto de una buena vez, iba a ir a donde solíamos encontrarnos. Sólo para dejar en claro que ya no lo necesitaba.
"Chicas, ¿me disculpan?" Ambas me miraron pero no me prestaron mucha atención, corrí entre la pradera y llegue donde solíamos encontrarnos "Todo sigue igual" Pero algo me llamo la atención, estaba lleno de narcisos... antes habían solo margaritas. "¿Qué es...?" Debajo de una corona de flores había una nota.
"Siento haberte abandonado así, pero era necesario. Te he dejado unos narcisos para cuando te sientas sola, ellos estarán allí para ti en reemplazo mío.
Espero me perdones, mi actitud fue reprochable.
Dis (H.)"
¿H?... No, no me debo desconcentrar, no cuando me he convencido, esto era lo último que me faltaba, ¡Pero por Zeus, lo amo, lo sigo haciendo! Y no quiero esto para mi, ya no puedo más quiero algo sencillo, algo simple. Arroje la nota, no la quiero, ya es muy tarde.
Agarre y jalé todos los narcisos que estaban a mi alrededor, intente, realmente lo intente, pero me quede observando uno... y lo lleve conmigo a mi habitación.
Me quedé allí reflexionando sobre todo, mientras hacia un bordado. Curiosamente estaba bordando un sol que sería Apolo, él era mi luz ahora, él me protegería. Y con eso debería bastar.
A la mañana siguiente me levante temprano para poder arreglar lo del picnic, incluso preparé algunas cositas, quería que fuese perfecto, él se lo merecía. Esta vez no me iba a coartar mi felicidad.
Corro al hall para darle la bienvenida pero en vez de eso me encuentro con un dios fornido, con un rostro más adulto y preparado para la guerra, llevaba un casco, un escudo, y a su lado una espada.
"¿Disculpa?... estoy algo perdido y busco a Deméter" Quedé boquiabierta era hermoso, mi corazón daba vuelcos de felicidad y yo simplemente lo miraba atontada.
"Sí, ¿buscas a mi madre? Ella ha de estar..." Él me miró un poco complicado. Así que me ofrecí a llevarlo.
"Mi querido Ares, ¿qué te trae por acá?" Ares y mi madre se abrazan como si fueran grandes amigos, quizás lo eran. Pero yo desconocía todo eso, generalmente estaba encerrada en mi cuarto y se me prohibía ver algún cuerpo masculino, incluso se me prohibía verlos en pinturas o en algún tallado. Ahora todo era distinto, pero seguía en una cárcel.
"Veo que ya has conocido a mi encantadora hija, Kore." Él me mira crítico, sentía que me observaba de manera obscena por lo que mis mejillas se tiñen de color de rosa.
"Tienes una hija muy bella" Yo rápidamente escondo mis manos, por lo que se acerca a mí y me besa suavemente la mejilla.
"Ares... es un placer." Digo con la voz algo entrecortada.
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A Requiem for love
RomanceEn un valle idílico, donde las flores y el encierro se contrastan para armar la más bella cárcel jamás antes vista. Mi madre, la diosa de los cultivos y la abundancia, es tan sobreprotectora como poderosa y hace de mi carcelero junto a mis queridas...