¿Mi nueva tutora?
A la mañana siguiente nadie me vino a despertar, esperaba que viniera Sophi o Acacia para poder interrogarlas pero nada ocurrió. Jamás llegaron, me vestí como de costumbre con un chitón un tanto corto tratando de provocar a mi madre o para saber si su mal humor se iba a enfocar en mi o si su disgusto seguía con las ninfas.
"Querida madre." Me asome a la terraza corriendo para ver si me decía algo.
"Kore, cariño ¿Qué ocurre, que te trae con tanto apuro?" Nada, sin reacción, ella siempre me gritaba que su maravilloso piso marmolado se arruinaría si corría, que me vería impura si no ocupaba un chitón largo. Que no me vería como la dulce hija de Deméter, sino como una común y mortal humana.
"Madre, ¿no crees que ahora ultimo... han venido muchas personas a visitarnos?" Trate sutilmente de que captara la indirecta.
"Cariño ¿qué ocurre? Pensé que querías ver a los demás dioses, que querías conocerlos." Sus manos frágiles alcanzan mis hombros y hace que me siente a su lado.
"Disculpa... es que... Creo que todo esto es muy repentino y no me adapto a tanto cambio." Trate de sonar los más inocente y convincente que pude, en verdad quería esto, pero sentía que algo andaba mal y mi madre se comportaba rara.
"Hija mía, créeme que lo sé, pero es que..." Y antes de que me confiara algo llega alguien que en mi vida había visto.
"Permiso ¿interrumpo algo?" Era una joven hermosa de la piel pálida y virginal, me parecía haberla visto antes y como no si en las reuniones de Zeus todos asistían. Pero me daba la impresión de haberla visto en otras circunstancias.
"¡Koré, tanto tiempo!" Veo como esta persona corre hacia a mí y me abraza, mi nombre sonó algo raro en su boca, pero eso me recordó algo de mi niñez. "Seguramente no me recuerdas, y es lógico, nos veíamos más seguido cuando aun eras una bebé encantadora, no es que no lo seas ahora pero ya estas mucho mas grande. Ahora ya no te puedo tomar en brazos." Escuchaba como parloteaba y hablaba de mí con tanta familiaridad miré extrañada a mi madre pero ella parecía ida.
"Disculpa... pero... ¿Quién eres?" me atreví a ser algo descortés aprovechando de la ausencia del juicio de mi madre. Ella me miro sorprendida pero sin dejar de sonreír y parecer algo divertida con mí pregunta. Ella me recordaba a alguien, sus ojos eran de un color platinado tenían algo que me hacia recordar a alguien pero no estaba segura.
"Soy Artemisa, ¿no me recuerdas? Solíamos jugar cuando eras más pequeña, recuerdo esas mejillas sonrojadas. ¡Daban ganas de comerte!" Yo la miraba atónita, no recordaba mucho de mi infancia y que me vinieran con esto, justo ahora.
"Artemisa, un gusto verte." Ella ríe dulcemente y me acaricia la cabeza, de verdad detesto que me vean como a un bebé. Y esa era la impresión que ella tenía de mí en sus ojos. Lo sentía, ella me veía como una niña.
"¡Cuando me entere de que habíais aceptado a mi hermano como tu prometido, casi lo golpeo!" Ahora entiendo porque me parecía que se parecía a alguien, eran muy parecidos la única diferencia era el color de ojos y de cabello, el de ella era mucho más claro, y también transmitía esa aura tan virginal.
"¿Son gemelos?" Se echa a reír, y asiente, me percato de que tiene unas horquillas en forma de media luna en sus cabellos. Ese aspecto angelical realmente le quedaba.
"Claro, que somos gemelos, si tenemos el mismo rostro, claro que yo soy más bella. Y más delicada, el bruto de mi hermano ¿te ha tratado bien? Porque si no... ¡ya se las verá con la diosa de la caza!" Esto me causo gracia, era de los pocos dioses que hablaba cuanto se le antojaba, parecía que nos llevaríamos bien. Se veía como alguien agradable y si eventualmente algo pasaba entre Apolo y yo... pues se convertiría en mi cuñada.
"Cariño, de ahora en adelante Artemisa se preocupara de tus estudios, ella es tu nueva tutora." Más sorpresas, pero la verdad no estaba de ánimo para alegar. Artemisa se acerca a mí y me susurra "La verdad es que soy pésima para el bordado, ¿te parece si vamos a disfrutar el día recogiendo algunas flores?" Me alarme, ¿era una prueba?
"¿hablas en serio? No deberíamos estar... no sé... enseñándome algo" Ella vuelve a reír.
"No le diremos nada a tu madre, es que el día esta maravilloso, ¿no se te apetece aprovecharlo? Te aprobare si me haces una corona de flores." Y sin más me guiño un ojo y se dirigió hacia el jardín.
"Koré, apresúrate"
"Es Kore..." la corregí.
"¡Vamos, Koré! Que debo enseñarte algo" Me toma del brazo y me jala, me hace correr como nunca antes lo había hecho. ¿He de mencionar que quedé agotadísima? Parece que no se cansaba nunca.
"Ven acércate, mira" Me acerco y veo que hay un cervatillo.
"¿Qué ocurre?" Pregunto.
"Va a parir. Ven ayúdame, cógele la cabeza. Trata de calmarla, le gusta que apoyes tus manos en su cabeza con cuidado."
Después de ayudar en las labores de parto a la recién madre cervatillo, nos ponemos a conversar con Artemisa, realmente me gusto tenerla como mi nueva tutora, realmente no me esperaba ayudarla a recibir a un bebé. Era una experiencia nueva y reconfortante.
"¿Dime, Koré? He oído rumores por ahí que dicen que Athenea está en una relación o algo así. ¿Qué crees de eso?" Mientras observaba como la luna comenzaba a asomarse, preparándose para quitarle el protagonismo al sol.
"Creía que solo eran rumores." Me mira sorprendida.
"¿Acaso no te has enterado aun? ¿Tu madre no te ha dicho?"
"¿De qué hablas?" Ella me mira con cautela, luego simplemente se calla.
"Yo creo que Athenea está con Thánatos, los vi juntos." Confesé, y me dolió sentí como se volvía a abrir esa herida, de verdad no quería tocar el tema, pero si lo decía estaba segura de que ese era el paso para poder avanzar, aunque cada vez que avanzaba un paso retrocedía dos.
"¿Cuándo?" No podía decirle todo lo que había sucedido por lo que mentí, no quería recordarlo pero verla a ella besándolo me daban nauseas, yo quería olvidarme, olvidarme que eso ocurrió. Pero no podía olvidar ese beso porque seguido de eso él me beso a mí, algo por lo que yo había estado tan ansiosa, y me besó cuando menos esperaba recibirlo, no lo quería, no en ese momento, no cuando lo odiaba, no cuando me odiaba por quererlo para mí, no cuando me sentía egoísta.
"En la fiesta que hubo hace un tiempo atrás."
"Es imposible, Thánatos no puede salir del inframundo, él solo sale cuando debe ir en busca de algún alma, es la única manera de que él salga."
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A Requiem for love
Storie d'amoreEn un valle idílico, donde las flores y el encierro se contrastan para armar la más bella cárcel jamás antes vista. Mi madre, la diosa de los cultivos y la abundancia, es tan sobreprotectora como poderosa y hace de mi carcelero junto a mis queridas...