Capítulo XIV: Sentimientos encontrados.

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¿Es qué no sé aburren?

Aun estaba sentada bordando, Artemisa se había puesto a jugar con una mariposa que acababa de entrar. Era una imagen bastante chistosa, además que iba relatando su 'cacería'. Mientras yo me apresuraba por terminar.

"¿Qué estás bordando?" Me preguntaba mientras sostenía la mariposa en sus manos.

"Unas margaritas."

"¿Cuánto te falta?"

"Poco, dentro de poco nos podremos ir a acostar. Lamento que te hayas tenido que perder la cena por mi culpa" Me disculpe, realmente lo sentía.

"No hay problema." Y seguía molestando a la mariposa.

Al terminar pase primero por la pieza de mi madre, fui a darle las buenas noches y mientras caminaba por el pasillo me distraje con la luna, estaba llena. Se veía hermosa, grande y redonda. Mientras seguía el camino hasta mi cuarto me puse a pensar que ahí fue donde él me llevo la primera vez, cuando me rescato de aquel 'apagón' donde los dioses desataban todos sus deseos.

Me entristeció saber que quizás todo eso fue una simple ilusión. Al llegar a mi cuarto me siento en una silla, la acerco a mi escritorio y saco el narciso, de la nada me vino un ataque de rabia y lo quise lanzar lejos. Era lo único que me ataba, eso y todos los otros narcisos que estaban regados en el pasto donde solíamos encontrarnos.

"No pareces tú." Y ahora estaba escuchando su voz profunda que me atravesaba... de verdad tenía que estar loca, ignore la mala pasada que me estaba dando mi propia mente. Quizás creía oírlo debido a que ahora último he estado un poco depresiva. Seguí observando el narciso, pero este se resbalo entre mis dedos y al tocar el suelo se destruye.

"Por Zeus..." Comienzo a sollozar. Siento como unas manos me envuelven.

"No lo tomes, te vas a cortar" Esa voz... era él, estaba ahí conmigo. No me voltee dejé que él me abrazara y me mantuviese entre sus brazos, extrañaba estar así. Lo extrañaba de verdad y ahora estaba acá conmigo.

"¿Qué haces acá? Pensé que no volverías más." De mis ojos brotaban lágrimas.

"No quise..." Me abraza más fuerte me apega a su cuerpo y hace que me voltee. Pero no lo miro, no quería encontrarme con sus ojos azules grisáceos que me hipnotizaban.

"Deberías irte, no... por favor suéltame." Trataba de deshacerme del abrazo, sé que es tonto, que había estado sufriendo por él, porque no estaba a mi lado, pero debía superarlo y la mejor manera de ello era dejándole en claro que yo no me merecía esto o eso me decía la razón.

"Espera... quiero explicarte" me susurro. Yo simplemente lo bofeteo y le digo. "No tengo nada que hablar contigo, me dejaste sola. Arruinaste a propósito cualquier oportunidad de haberme podido enamorar de Apolo. Y me dejaste sola, te espere, juro que lo hice, pero jamás llegaste. ¡Es tu culpa que me sienta así!" Y mientras golpeaba su pecho mientras lloraba, y él simplemente me abrazaba y me acariciaba el cabello.

"Déjame, no quiero que me toques, no te quiero ver. Por favor..." le rogué para que se fuera pero en verdad gritaba porque se quedara, mis suplicas decían una cosa pero significaban otra.

"Siento no haber venido antes." Sentía que hablaba en serio, quería creerle quería estar con él. Pero no era la misma, habían ocurrido muchas cosas desde que lo conocí he tenido sentimientos que nunca antes había sentido.

"No te quiero oír, por favor, vete."

"Necesitaba verte."

"Vete...vete..." Me iba desmoronando mientras pronunciaba las palabras el simplemente me agarra con fuerza y me levanta, evitando que mis pies toque el suelo.

A Requiem for loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora