Cuando la confusión te nubla... no hay nada que hacer.
"Kore, se hace tarde. Debes levantarte." Susurro Hades cerca de mi oído. Me di media vuelta creyendo que seguía soñando y de ser así no me quería despertar.
Sentí su voz grave nuevamente, que me llamaba entre mis sueños, abrí los ojos. Él simplemente estaba abrazando bajo las sabanas, solo intuí a cubrirme la cara sonrojada. Recordando así que la noche anterior no había sido un sueño sino que había ocurrido de verdad. Pero aun así, lo que haya pasado la noche anterior no significaba que mi pudor se hubiese esfumado. Él simplemente se rio y se sentó.
"¿Qué hora es?" pregunte con la voz adormilada. Mientras intentaba arreglarme el cabello lo mejor que pude. Puesto que sentía su mirada sobre mí, tenía un semblante curioso ¿Será que me veo muy mal cuando despierto? ¡Por Zeus! Necesito un espejo... ¡Seguro que he babeado todo! Ya me lo decía Acacia, que debía ser más femenina...
"Oh, es temprano." Comento mientras, yo estaba entrando en pánico. Gracias a todos los dioses del Olimpo, sentí que se acercaban las ninfas. Fue como música para mis oídos escucharlas entrar. Me llamó la atención que traían nuestro desayuno, al parecer Hades llevaba despierto de hacia un buen rato. Lo suficiente para haber ido a pedir nuestro desayuno. Lo cual me altero mucho más, sabiendo que pudo haberme observado mientras babeaba... o peor aun ¡Roncar! De todos modos es algo que viene de familia. Según una de las ninfas de la corte de mi madre, comento que la había escuchado roncar a mi madre a media tarde, cuando tomaba su siesta. Aunque ahora pensándolo bien... Quizás lo he heredado... de tal palo tal la astilla ¿no?
"Buenos días, Señor Hades y la joven... ¿va a desayunar?" pregunto una de las ninfas que estaban arreglando los platos y servicios. Yo seguía intentando ver mis opciones para salir de esta.
"Ahh... nuestra joven reina va a desayunar, pero les pediré que nos dejen a solas." Al oír sus palabras suspire de alivio, supongo que para verme así... y aun quererme como su reina era algo que definitivamente hacia mi mañana la mañana más perfecta de todas las diosas que pisan el Olimpo entero. Solo atine a sonreírle de vuelta, me senté en la cama y cubrí mis pechos, fue lo primero que hice, después de todo el ajetreo de la noche anterior no se me paso por la mente el ponerme algo después...
"Gracias." Le dije mientras recibía entre mis manos un racimo de uvas. Ambos sonreímos. Me pregunte si todas nuestras mañanas iban a ser así.
"Kore, si deseas puedes quedarte en cama todo el día, no es necesario que te levantes..." Comenzó, yo simplemente negué con la cabeza.
"No, quiero ir contigo, ahora puedo ¿no? ¡Ah! Pero casi se me olvida... quedé de ver a unas almas." Casi lo olvidado completamente que había quedado de ir a ver a las almas, realmente lo había olvidado por completo tenía que preguntar como había ocurrido todo este enredo de las almas que cada día se conglomeraban más y más en la entrada sin un entierro digno, ni pase para el inframundo, quizás ahora que era reina podría ayudar un poco más.
"Siempre has podido, lo único que te lo impedía eran tus heridas. ¿Y qué es eso de que quedaste de ver unas almas?" Pregunto curioso, yo lo miré y luego mire al cielo. Intentando parecer inocente.
"Digamos... que me di una vuelta por el inframundo a escondidas. ¡Era mi deber como futura reina!" Dije sin pensarlo, nuevamente los colores se me habían subido a la cara, Hades reía complacido.
"Por supuesto." Dijo afirmando lo que yo había dicho, después de esa conversación ya habíamos terminado de desayunar. Hades se fue primero, yo tenía que vestirme aun, por supuesto se ofreció a ayudarme a vestirme pero supuse que eso nos retrasaría más. "Solo una última cosa"dijo antes de irse. "Ve con cuidado, seas reina o no me preocupa que andes divagando con la almas, muchas no son tan buenas e inocentes como crees."
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A Requiem for love
RomanceEn un valle idílico, donde las flores y el encierro se contrastan para armar la más bella cárcel jamás antes vista. Mi madre, la diosa de los cultivos y la abundancia, es tan sobreprotectora como poderosa y hace de mi carcelero junto a mis queridas...