Capítulo XLIV: Hogar, dulce hogar.

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Ni tan dulce, ni tan mi hogar.

Amaneció un día lúgubre, y no por su falta de luz, sino porque era el día en que volvía a casa, lo había meditado lo suficiente y Thanatos había coincidido conmigo de que era lo mejor que podía hacer. A pesar de que hacerlo era abandonar el único lugar donde Zeus no tenía derechos, pero ello solo conllevaría a mas desgracias y los mortales no tenían por qué pagar. De hecho, nadie más se tenía que meter en temas que solo nos concierne a Hades y a mí,  ni mi madre ni nadie podría impedirnos el estar juntos o al menos es me repetía una y otra vez.

No deseaba dar la noticia de mi decisión. Ya sabía que Hades seguía en reunión con Hermes discutiendo sobre lo mismo, que lo más sensato era que me dejase ir, y mientras él se negaba y golpeaba fuertemente la mesa yo lo observaba a lo lejos. Baje las escaleras y me acerce a la enorme puerta y golpee el macizo, esperando así calmar las aguas entre ellos. Unos segundos más tarde con un sonido seco se abrieron las puertas de par en par.

"Kore... No deberías estar acá."  Dijo.

"Debemos hablar... es importante." Respondí, mirándolo fijamente. Hermes comprendió y se alejó excusándose de que iría por un poco de ambrosía. En lo que atravesaba el umbral de la puerta me mira y revuelve mis cabellos. Me aleje de sus manos mientras procedía a entrar mientras cerraba la puerta tras de mí.

Esta fue una de esas conversaciones que quedan plasmadas en la memoria, Hades no se opuso fervientemente, en mi imaginación todo iba a ser más caótico, pero resulto ser aun peor de lo que me podría haber imaginado. Apenas le informe mi decisión no hubo discusión, ni gritos, nada, solo silencio de su parte... Quise salir del gran salón por unos minutos, dejando a mi amado donde se quedó quieto en su trono. Su mirada quedó fija en el suelo mientras su rostro descansaba sobre su mano como si esto ya lo hubiese previsto. Cuando me cruce con Hermes que volvía a la habitación le informé de todo, no quería perder mucho tiempo conversando con él ya que me quedaba poco tiempo con Hades y prefería pasarlo con él... Si es que alguna vez me lo perdona. Me armé de valor para cuando volví al salón e Intenté sacarle palabra, pero era en vano, estaba claro que ambos necesitábamos un respiro, pero me preocupaba, no dio ninguna respuesta, ni siquiera una mirada, nada... tanto silencio me asustaba.

Lo que pasó después paso a ser un recuerdo muy borroso, Hades continuo sin hablarme en lo que nos quedó de tiempo ya que al informarle a Hermes que partiría con él, este último se apresuró a que arreglara mis cosas y me preparara para partir ese mismo día.

No me quería llevar nada, quería pensar que sería un viaje de ida y de vuelta para aclarar de que Hades jamás me había raptado, sino que había venido por mi propia voluntad. En mi habitación, más en bien en nuestra habitación solo tome lo necesario un par de cosas que Hades me había obsequiado durante los días que había estado junto a él.

Sorpresivamente no escuche cuando la puerta se abrió, cuando me volteo veo al dios de la muerte con un semblante sombrío, me acerque a él esperando que me recibiera entre sus brazos, añoraba tanto una muestra de cariño de su parte.

"¿Hades?" Susurré antes de salir de aquel lugar, esperando que me regalara alguna palabra, algo que me dijera que confiaba en mí.

"Kore... no vayas. Si es necesario liberaré a los titanes, y crearé el peor de los caos para que te quedes. Porque sin ti el inframundo no tiene significado." Me tomo firme por la cintura y me abrazo como si no me fuera a soltar jamás. Besé su mejilla y mis brazos se sujetaron a su cuello. Mi respiración se hacía pesada, no quería que fuera una despedida porque yo sabía que volvería a él. Así tuviese que volver arrastrándome al inframundo.

A Requiem for loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora