12. Ex Boggart

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Llego corriendo a la entrada del cine y antes de que pueda acercarme siquiera a la taquilla una voz me hace girar de inmediato.

—Creí que no vendrías — Alec esta recargado en una de las paredes de entrada del cine y me mira con los ojos llenos de esperanza recuperada, viste un traje camel que le queda perfecto... bueno en realidad a él todo le queda perfecto.

—No... yo solo tenía que deshacerme de un boggart...

Creo que capto la indirecta pues regresa su vista al piso y sonríe un poco.

— ¿Y lo lograste?

—Espero que si...

—En ese caso... ¿lo podemos llamar ex boggart a partir de ahora?

—Definitivamente.

Me acerco lentamente y me recargo en la pared junto a él.

—Creo que esta noche es muy hermosa como para ir al cine ¿No crees?

—Eso mismo estaba pensando... ¿A dónde quieres ir?

—Contigo... a donde sea.

Esas simples palabras me roban la respiración.

—Entonces vamos.

Caminamos hasta su auto y nos metemos en él con el fin de protegernos un poco del frio. Arranca el carro y comenzamos a vagar por las calles de Nueva York. Alec tiene su mano sobre mi muslo y yo coloco una de mis manos sobre esta.

El camino pasa entre miradas, sonrisas y un amor que va a creciendo poco a poco, hasta que nos detenemos frente al edificio más grande de Nueva York.

El baja antes de que pueda preguntar cualquier cosa y abre mi puerta para que pueda bajar.

— ¿Qué hacemos aquí Alec?

—Tú solo confía en mí.

Jala mi mano y hace que lo siga.

—Confío en ti, en lo que no confío es en que nos dejen cruzar esa puerta sin autorización y a estas horas de la noche.

—Calma... tu solo camina.

Este hombre es un lunático... pero me encanta.

Cuando llegamos a la recepción del Empire State una chica de cabello rojo le sonríe ampliamente a Alec y lo saluda con un abrazo que me obliga a soltar su mano.

— ¡Alec! Dios, como te extrañaba, ¿Por qué siempre desapareces durante tanto tiempo?

—Lo siento Clary... ya sabes últimamente el trabajo no es de lo mejor en mi vida y eso me quita bueno... tiempo...

—Lo se... trabajar es una asco, pero... deberías pasarte por el departamento Jace te extraña muchísimo y si no lo visitas lo más pronto posible, es capaz de ponerse a llorar en medio de la 5ta avenida.

Ambos ríen y yo solo puedo observar lo hermoso que se ve Alec riendo y me doy cuenta que deseo poder ser yo la causa de esas sonrisas.

—Clary... este es Magnus.

—Que tal Magnus, soy Clary la mejor amiga de esta jirafa.

— ¡Oye! — Intenta defenderse Alec.

—Encantado de conocerte Clary.

Ella me sonríe y sus hermosos ojos verdes van directo a los de Alec.

—Eres imposible Alec... vamos entra y no te preocupes por el tiempo hoy tengo el turno de la noche. — Se encoge de hombros y abraza a Alec una última vez antes de regresar a su lugar de trabajo y tomar un cuaderno de dibujo.

Entramos al elevador y selecciona el último piso y como veo un poco de tiempo a mi favor no puedo evitar preguntarle

— ¿Tienes mucho de conocerla?

— ¿A Clary? Si... bueno unos años, mi hermano Jace esta con ella y aunque al inicio no fue de mi total agrado, actualmente es mi mejor amiga, sabe todo de mí y es simplemente genial.

—Oh... no sabía que tenías hermanos.

—Si... los tengo, Jace, Isabelle y Max.

—Familia numerosa — Le sonrío mientras nuestras miradas se conectan — Pero dime... ¿Por qué estamos aquí?

—Bueno primero, porque tengo acceso ilimitado gracias a la zanahoria de recepción y segundo porque quiero mostrarte las estrellas, desde el edifico más grande en la ciudad.

—Eso suena maravilloso.

Estamos demasiado cerca el uno del otro, al igual que la noche de la fiesta. La diferencia es que ahora deseo que suceda, quiero besarlo y quiero que él me bese. En este momento sé que el siento lo mismo que yo y ahora que no tengo a alguien esperando por mí, me siento libre de demostrarle todo lo que siento en un beso, en un abrazo, en una mirada.

Nuestro labios se rozan y ese simple toque manda un escalofrió a todo mi cuerpo y me hace desear más y cuando estamos a punto de ir por ese más, las puertas del elevador de abren y nos muestran una hermosa vista de la noche invernal de Nueva York desde lo más alto.

Alec solo me ve y sonríe, toma mi mano y me guía a la hermosa noche fría y estrellada y en ese momento sé... que la noche apenas comienza. 

PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora