39. Claxon

134 25 13
                                    

«Alec»
Las cosas claramente se salieron de control y las palabras de Magnus me hicieron reaccionar hasta que lo vi arrancar.

Simplemente se fue y se llevó todo, sin una explicación, sin nada.

Me lo merezco y lo sé. No tengo excusa, le falle en muchos sentidos, cuando él dio todo por mi.

La luz del atardecer se cuela por una pequeña rendija de la ventana, dejo que mis pensamientos e ideas me inunden, hasta que el teléfono suena.

De mala gana extiendo el brazo y tomo el teléfono que descansa en la mesa de noche.

—Diga...

—¿Magnus Bane?

Escuchar su nombre duele.

—No él, no está aquí.

—¿Pero vive con usted?

—Lo hacia.

— El dejo este número, en caso se que le solicitará.

¿Solicitará?

—¿Con quien habló?

Y en cuanto la llamada termina, tomo lo primero que está a mi alcance y me meto al auto a toda velocidad.

¿Que podría llamarle? Claro que si, pero esta noticia no se da por teléfono, ademas es un pretexto para verle de nuevo.

«Magnus»

Mi habitación está tal cual la dejé. Nada ha cambiado y parece que mis padres se han encargado de eso.

Los posters en la pared, dibujos de diseños, libros y discos, me recuerdan a esa persona con miles de sueños, con ideas por hacer y con ganas de más.

Era un joven hambriento, deseaba vivir.

Lo sigo haciendo, solo que ahora la cosa es un poco más... complicada.

—¡Cariño la cena está lista!

—¡Voy!

No sabia cuánto extrañaba esto, hasta este momento.

Mis pies tocan el frío suelo de madera, camino por la casa, con las manos en los bolsillos y en cuanto llego al comedor, les regalo una sonrisa a mis padres.

Comemos en silencio, pues pedí no preguntaran nada, yo les contaría cuando me sintiera listo y cuando supiera lo que iba a hacer.

El claxon de un auto se escucha de pronto y se mantiene luego de eso. Mis ojos se levantan de inmediato del plato con comida apenas picado.

Recorro de forma rápida la corta distancia del comedor a la ventana y lo que veo hace que sonría y que me quiera abofetear por hacerlo.

Quien toca el claxon es él. Es Alexander.

PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora